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viernes, 6 de diciembre de 2024

EL GIGANTESCO BULO DEL TIBURÓN GIGANTE

 

Carcharocles megalodon, el tiburón más grande de todos los tiempos, ha cautivado durante décadas la imaginación del público y de los paleontólogos. La fascinación científica se debe a la enormidad de sus dientes fosilizados. Grandes como zarpas de oso y afilados como cuchillos de carnicero, le servían para destazar los cetáceos que tuvieran la mala suerte de cruzarse en su camino. La cultura popular le ha dado una fama que, como no podía ser menos, ha saltado al prolífico y bien abonado terreno de los bulos.

Desde el pasado mes de noviembre circula en redes sociales una fotografía que muestra el hallazgo de un supuesto ejemplar gigante de megalodón por unos pescadores de nacionalidad alemana a principios del siglo pasado. Sin embargo, el contenido gráfico es falso.

Las publicaciones virales en Facebook y Threads al respecto dan a conocer una descripción detallada del presunto descubrimiento de ese animal. La traducción literal dice:

A principios del siglo XX, los pescadores alemanes a bordo del "Seesturm" tropezaron con un descubrimiento extraordinario en el Mar del Norte: un megalodón viviente, una criatura que se creía extinta desde hacía millones de años.

Mientras la colosal sombra rodeaba su barco, los pescadores enfrentaron un desafío desalentador.

Con arpones improvisados y cuerdas resistentes, se involucraron en una feroz lucha contra el antiguo leviatán. Contra todo pronóstico, lograron someter al megalodón y remolcarlo de regreso a puerto, donde su historia se extendió como la pólvora.

La comunidad científica, inicialmente escéptica, quedó maravillada ante el fósil viviente.

La tripulación del Seesturm, que en su día eran simples pescadores, se convirtió en leyenda local. Multitudes se reunieron para presenciar el impresionante megalodón, y los pescadores se vieron empujados a la fama y la fortuna.

Su encuentro con el gigante prehistórico resonó a través del tiempo, un testimonio de las inesperadas maravillas que acechan bajo la superficie del vasto y misterioso mar.

Si se hace una búsqueda inversa en Google, la prueba más antigua de la imagen es una publicación hecha el 22 de febrero de 2024 en Instagram por la página AI Art, especializada en la creación de contenidos gráficos por Inteligencia Artificial (IA). La fotografía es la primera de las tres que incluye el post y su contenido es idéntico al de las publicaciones virales posteriores.

Primer registro de la instantánea en la web. Foto: captura de Instagram


Si con objeto de definir su grado de autenticidad analizamos la foto viral con el programa detector de bulos Is it AI? el resultado es que existe una probabilidad de 81% de haber sido elaborada con IA. Además, el detector de bulos subrayó que el potencial método utilizado fue el generador Midjourney.

Si se utiliza el programa Hive AI Detector para ratificar el análisis anterior, el resultado es un porcentaje del de 98,2% de que la imagen haya sido generada digitalmente.

Item más. Sin necesidad de recurrir a los detectores de bulos, la inconsistencia principal que puede observarse en la imagen son los rostros deformes de los supuestos pescadores, algunos de los cuales, incluso, sin cara, lo que refuerza el hecho de que se trata de una imagen manipulada digitalmente.

En rojo, las anomalías encontradas en la composición de la imagen, particularmente manifiestas en las caras de los presentes. Foto: captura de Google

¿Existió el megalodón?

Megalodón (GeoPlaneta, 2024), del paleontólogo, explorador y conservacionista australiano Tim Flannery, que ha sido profesor de Biología Evolutiva en Harvard y director del South Australian Museum, es una historia de todo lo que sabemos (y todavía ignoramos) de una criatura marina que se ha convertido en un icono del terror contemporáneo a partir de la novela Meg, de Steve Alten (Ediciones B, 1997) y de las dos malas películas basadas en ella.

La idea de un tiburón muchísimo más grande que el tiburón blanco de Tiburón, la película de Spielberg es aterradora: las estimaciones de peso del megalodón van de 50 a 100 toneladas (el tiburón blanco actual más grande, apenas pesa dos), su tamaño, hasta 20 metros (tres veces más que el mayor tiburón blanco).



Su boca medía tres metros de alto y otros tantos de ancho. La fuerza de su mordedura era, explica Flannery, la más poderosa de cualquier animal que haya existido, 14 veces la del tiburón blanco y hasta 3 veces la del Tirannosaurus rex (que pesaba solo 7 toneladas). El diente más grande que se ha encontrado del mega tiburón mide un palmo y pesa un kilo y medio. Parece que el bicho se alimentaba de ballenas y de otros tiburones: un superdepredador y un caníbal. Medía dos metros al nacer y podía vivir cien años.

Denominado científicamente Carcharocles megalodon, es considerado el "rey de los mares" hasta su extinción, vinculada con el enfriamiento de las temperaturas marinas, la escasez de sus principales presas (ballenas) y el surgimiento de nuevos competidores por el dominio de los recursos disponibles de la naturaleza.

Comparación de los tamaños de un diente de megalodón con otros de tiburón blanco. 

El megalodón es conocido por la ciencia desde la década de 1840 gracias a sus dientes fosilizados, aunque no se dispone de un esqueleto completo. De hecho, su nombre significa "diente grande" en el idioma griego antiguo. Los dientes son casi lo único que se encuentra de estos animalitos pues su esqueleto era de cartílago y resulta difícil que se fosilice. Con ellos y algunas vértebras hay que reconstruir el aspecto que tenían, lo que, confiesa Tim Flannery, hace que mucho sea suposición.

En conclusión, la imagen viral es un bulo del tamaño, al menos, de un megalodón. Es una imagen creada digitalmente. Aunque sabemos de la existencia del megalodón desde el siglo XIX, no existe ningún esqueleto completo de este animal.