Flor de Thevetia peruviana |
Pongo en el navegador “nuez de la India” y obtengo 7.380.000
resultados. Según acaban de advertir las autoridades sanitarias de Estados
Unidos, además de ser un fraude como adelgazantes, algunos productos
etiquetados como 'nuez de la India' pueden contener adelfa amarilla, una planta
muy venenosa.
Poco antes de leer la noticia que ocupará este artículo termino de ver El negocio del dolor,
una película de Netflix dirigida por David Yates con el gancho de que sus
protagonistas son Emily Blunt y Chris Evans. La manifiestamente mejorable cinta gira alrededor
de una investigación real sobre el negocio de los opioides que, por
el incremento de víctimas mortales y de adictos, preocupa, y mucho, en Estados
Unidos.
Es el mismo tema que sirvió como argumento para las miniseries Dopesick:
Historia de una adicción y Medicina letal, con la ventaja de que
ofrece un enfoque más concreto y directo fruto de tener menos tiempo para
abordar la complejidad de un tema que afecta de lleno a la clínica farmacéutica
y a la parafarmacia.
Probióticos, complejos vitamínicos, dietoterápicos, remedios chinos, antioxidantes,
medicinas ayurvédicas y naturoterapias, el mundo esotérico de la paramedicina y
el enorme negocio que genera la parafarmacia han traído como inevitable consecuencia una
corte de los milagros en la que legiones de buscavidas campan por sus respetos
vendiendo unas pócimas tan milagrosas como el quijotesco bálsamo de Fierabrás.
Las últimas (por ahora) en acampar en este patio de Monipodio donde toda
falacia encuentra cómodo asiento han sido las “nueces de la India”, procedentes del árbol indomalayo Aleurites
moluccanus, utilizado en algunas medicinas
tradicionales asiáticas, cuyos frutos algunas empresas avispadas se
empeñan (con notable éxito) en venderlos como un remedio natural para
adelgazar. No hay evidencia alguna que respalde las afirmaciones de pérdida de
peso, pero eso sí, comerlas crudas puede tener poderosos efectos laxantes y vomitivos.
Inflorescencia y hojas de Aleurites moluccanus |
Conocida desde muy antiguo por su capacidad laxante y por haber utilizado su aceite como barniz, la nuez de India se popularizó hace algunos años gracias a su poder curativo frente a trastornos como jaquecas, náuseas, vómitos y síntomas del embarazo y, sobre todo, a sus supuestos beneficios para perder peso. Sin embargo, el verdadero efecto que produce su ingesta es la deshidratación del cuerpo y la eliminación excesiva de minerales, por lo que la pérdida de peso se debe a una deshidratación transitoria por vía urinaria en el mejor de los casos y a fuertes diarreas en otros, que no se sostiene en el tiempo.
Pero como en el río revuelto de las medicinas alternativas pesca todo
el mundo, incluidos los desalmados protagonistas de El negocio del dolor,
a veces los productos anunciados como nuez de la India pueden no serlo en
absoluto. Según una investigación de la Agencia Estadounidense de Fármacos y
Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) algunos de los productos
comercializados con la atractiva nuez de India pueden contener una planta
altamente venenosa nativa de Suramérica, la adelfa amarilla Thevetia peruviana.
«La
ingestión de adelfa amarilla puede provocar efectos adversos neurológicos,
gastrointestinales y cardiovasculares que pueden ser graves o incluso mortales.
Los síntomas pueden incluir náuseas, vómitos, mareos, diarrea, dolor abdominal,
alteraciones cardíacas (arritmias) y otros», ha
advertido en un comunicado la FDA.
Todas las partes de la planta de esta adelfa, un arbusto tropical con
flores amarillas que, a pesar de la toxicidad que comparten y del hecho de que
ambas pertenecen a las Apocináceas —una familia bien conocida por su arsenal de
productos venenosos— nada tiene que ver con las adelfas mediterráneas (Nerium oleander),
son venenosas si se ingieren.
La toxicidad se debe a que contiene glucósidos cardíacos, unos compuestos
naturales que aumentan la potencia con la que el corazón bombea la sangre y al
mismo tiempo reducen la frecuencia cardíaca. Esas moléculas también pueden
afectar al estómago, los intestinos y al sistema nervioso, provocando síntomas
como náuseas, dolor de estómago, alucinaciones, visión borrosa y debilidad.
Los glucósidos cardíacos también se encuentran en la
dedalera (Digitalis purpurea) y en el medicamento Digoxina,
que se deriva de la dedalera y a veces se usa para tratar la insuficiencia
cardíaca y los latidos irregulares. Sin embargo, el medicamento no es un
tratamiento de primera elección porque se acumula fácilmente en el cuerpo, lo
que aumenta el riesgo de efectos secundarios peligrosos y sobredosis.
El reciente análisis de la FDA encontró dos marcas, Nut
Diet Max y Todorganic
Natural Products, cuyos productos etiquetados como “nuez de la India”
en realidad contenían adelfa amarilla. Los fabricantes, ambos con sede en
Florida, han iniciado la retirada voluntaria de sus productos. Si por estar en
Florida creen que están a salvo, los productos se distribuyeron en línea a
través de Amazon. Según mi búsqueda, ambas marcas han desaparecido del
distribuidor al menos en España.
La FDA ha instado a los consumidores a dejar de utilizar los productos
retirados del mercado; para otros productos con etiquetas similares, la «FDA
insta a los clientes a tener cuidado debido a la apariencia física similar
entre las semillas de nuez de vela (que no son tóxicas) y las semillas de
adelfa amarilla altamente tóxicas». Además de llevar la etiqueta “nuez
de la India”, estos productos suelen comercializarse como "alimento
botánico", "nueces de la India para bajar de peso",
"semillas adelgazantes", "semillas de la India para bajar de
peso" o "semillas dietéticas", advierte la agencia.
Además de las nueces de la India, se ha descubierto que otros
supuestos suplementos para bajar de peso contienen adelfa amarilla. Recientemente,
los Centros para
el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos informaron de
un caso de un niño hospitalizado después de ingerir un suplemento
mal etiquetado comprado por su madre. El producto estaba etiquetado como raíz
de tejocote (Crataegus mexicana), pero en realidad era 100% T.
peruviana. El niño se recuperó tras ser tratado con un antídoto. ©Manuel
Peinado Lorca. @mpeinadolorca.