Según una simulación que acaba de ser publicada, si alguna vez existieron civilizaciones extraterrestres, el cambio climático pudo acabar con ellas. Utilizando modelos matemáticos, un equipo germano-norteamericano de astrofísicos ha simulado cómo varias civilizaciones alienígenas podrían surgir y desaparecer a medida que usan los recursos naturales del planeta.
Desde la segunda mitad del siglo XX, ha quedado claro que la actividad
humana ha alterado el estado de la Tierra. El calentamiento global y el cambio
climático, impulsados por las emisiones de gases de efecto invernadero, son la
representación más dramática del impacto de la civilización en el planeta. Sin
embargo, existen otros indicadores del impacto humano, tales como como la
colonización de la superficie terrestre en detrimento de los ecosistemas
naturales; el transporte de compuestos y materiales claves; la alteración de
biomas; la apropiación humana de la productividad terrestre y de la energía. En
conjunto, estas alteraciones de los sistemas planetarios se han descrito como
la entrada de la Tierra en una nueva época geológica, el Antropoceno. Se
desconoce el impacto a largo plazo del Antropoceno en la civilización humana, aunque
hay predicciones que van desde la adaptación al colapso.
Figura humanoide de Puma Punku, Bolivia. |
Pero, lo que está ocurriendo en la Tierra, ¿es una situación única? En
particular, dada su escala global, ¿podría la transición representada por el
Antropoceno ser una característica genérica de cualquier planeta en el que haya
prosperado una especie que explote intensamente los recursos para desarrollar
una civilización tecnológica? La pregunta que se hace mucha gente es si
existieron o no civilizaciones avanzadas extraterrestres que serían responsables de determinadas construcciones como la pirámide de Gizeh, los megalitos de Puma Punku en Bolivia, con sus figuras que parecen astronautas, o las de Stonehenge en Reino Unido, los
moais de la isla de Pascua o la Ciudad de los Dioses de Teotihuacán. Y si
existieron, ¿qué pasó con ellas? Lo que se preguntaron los científicos es si
algún tipo de cambio climático similar al presente pudiera haber acabado con
todos los alienígenas que algunos andan buscando.
En un
artículo publicado el pasado 1 de mayo en la revista Astrobiology, el equipo de investigación de astrofísicos encabezado
por Adam Frank , profesor de la Universidad Rochester de Nueva York, presenta los resultados de un análisis al que llaman “un punto
de vista a una distancia de 10.000 años luz" del cambio antropogénico, es
decir, del cambio climático inducido por los humanos. Utilizando modelos
matemáticos basados en la desaparición de una civilización extinguida en la
Tierra (los antiguos habitantes de Isla de Pascua), Frank y sus colegas
simularon cómo varias civilizaciones alienígenas podrían crecer y desaparecer
si seguían convirtiendo incesantemente en energía los siempre limitados recursos
naturales de su planeta.
Según Frank, las leyes de la física exigen que cualquier población
joven que construya una civilización mediante un uso intensivo de la energía
como hacemos los humanos provocará duras consecuencias en el planeta. Lo que
han hecho los científicos es examinar el cambio climático en un contexto
cósmico para darnos una mejor idea de lo que nos está sucediendo ahora y cómo
enfrentarlo.
Ladera del Rano Raraku con una serie de moáis, estatuas creadas por los habitantes originarios de Isla de Pascua. |
Como cabía esperar, los resultados han sido desalentadores. De
las cuatro "trayectorias" simuladas para civilizaciones con una
demanda intensa de energía, tres terminaron en catástrofes con pérdidas masivas
de población. El cuarto escenario, una trayectoria que incluía obtener toda la
energía de fuentes sostenibles, solo entró en vigor cuando las civilizaciones
reconocieron el daño que estaban causando al planeta y actuaron de inmediato.
Pero este último escenario resulta el más aterrador, porque incluso de hacer lo
correcto, pero demasiado tarde, no podrían impedir el colapso de la población.
Para Frank, la base para modelar un apocalipsis es el caso de la Isla de Pascua, que a
menudo se toma como una lección de insostenibilidad global. Muchos estudios
indican que los habitantes de Isla de Pascua agotaron sus recursos, lo que
llevó al hambre y, finalmente, a la extinción. Trabajando a partir de ecuaciones anteriores que modelaron la
caída de la población de Isla de Pascua junto con el agotamiento de sus
recursos, el equipo encontró cuatro posibles puntos finales para una hipotética
civilización alienígena limitada por el abuso de los recursos naturales.
En el primer escenario, la población se dispara en un corto período de
tiempo y como absorbe energía y emite gases de efecto invernadero, la
temperatura del planeta también aumenta. La población alcanza su máximo para luego
caer bruscamente a medida que el aumento de las temperaturas hace que la
supervivencia sea cada vez más difícil. La población podría nivelarse
eventualmente, aunque con menos personas de las que vivían antes. Para calibrar
lo que significa este primer caso, imagínese si siete de cada 10 personas que
usted conoce mueren rápidamente. No está claro si una civilización tecnológica
compleja podría sobrevivir a ese tipo de cambio.
Tanto el segundo como el terecr escenario se llaman "colapsos". Como en el primer escenario, tanto la población del planeta como su temperatura aumentan dramáticamente en un corto período. Pero esta vez, cuando la gente comienza a morir por falta de recursos básicos, no hay sobrevivientes. Que una civilización simplemente muera o se derrumbe por completo depende de cuán sensible sea el medio ambiente y cuán rápido responda a las poblaciones crecientes.
El cuarto escenario es la sostenibilidad. En este escenario, tanto la población del planeta como su temperatura global aumentan rápidamente, pero luego se estabilizan cuando la civilización reconoce cómo su manejo de recursos está afectando a la naturaleza. Para alcanzar un equilibrio, la población tendría que cambiar de recursos que representan un alto coste para el planeta (como el petróleo) a recursos más sostenibles (como la energía solar). La civilización lograría salvarse.
Incluso si la civilización se da cuenta de que está dañando el medio y
hace intentos por cambiar sus hábitos al uso de recursos sostenibles, aparece un
escenario llamado "colapso con el cambio de recursos", que resulta demasiado
tardío. La civilización podría ver una desaceleración temporal en el declive de
la población, pero se extinguirá de todos modos. El daño está hecho; la
civilización está condenada.
La diferencia entre un futuro sostenible y un colapso mortal dependía
en gran medida de la previsión de la población: cómo de pronto se dio cuenta de
que estaba destruyendo su planeta y con cuánta rapidez actuó. Esta diferencia
debería motivar a los humanos a tomarse en serio el cambio climático. En el
espacio y el tiempo cósmicos, aparecen ganadores, que lograron ver lo que estaba
pasando y trazaron un camino para escapar del desastre, y perdedores, que
simplemente no cambiaron de actitud y acabaron con su civilización.
La pregunta es, ¿en qué categoría queremos estar? ©
Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.