Flores masculinas de Catasetum osculatum. Foto |
En general, las orquídeas presentan flores perfectas, lo que quiere
decir que contienen órganos masculinos y femeninos. Sin embargo, en la
naturaleza no hay excepciones a la regla y en una familia tan grande como la de
las orquídeas, las excepciones siempre están a la vuelta de la esquina. Tomemos
como ejemplo a las orquídeas del género Catasetum.
Las más de 160 especies descritas de este género presentan flores unisexuales,
bien masculinas, bien femeninas, pero nunca hermafroditas. Además, la
morfología floral de unas y otras es tan distinta que algunas especies se
describieron como distintas según su sexo.
Flores femeninas de Catasetum osculatum. Foto. |
Fue Charles Darwin el primero en descubrir que las plantas de diferentes
sexos pertenecían a la misma especie por más que algunos botánicos las hubieran
descrito como especies diferentes. El género Catasetum cautivó a Darwin, quien consiguió hacerse con una
excelente colección para estudiar gracias a los ejemplares que le regalaron
amigos y corresponsales de todo el mundo. Darwin no solo resolvió la cuestión
nomenclatural, sino que también describió el singular mecanismo de polinización
de estas orquídeas tropicales. Los detalles de este proceso son tan extraños
que los hallazgos de Darwin fueron ridiculizados por algunos científicos de la
época. Pero una vez más, Darwin tenía razón.
Si tener plantas individuales masculinas y femeninas no era lo
suficientemente extraño para estas orquídeas, el mecanismo por el cual se logra
la polinización es literalmente explosivo. Las Catasetum son polinizadas por grandes abejas del género Euglossine. Atraídas por el dulce aroma
de las flores masculinas, las abejas se posan en el labelo y comienzan a explorar
la flor. Sobre el labelo hay dos estructuras semejantes a pelos. Cuando una
abeja entra en contacto con estos pelos, la flor dispara hacia abajo una
estructura, la polinia, que contiene lo sacos de polen (Véalo en este vídeo). Una almohadilla
adhesiva en la base de la polinia garantiza que una vez que golpea a la abeja,
se adhiera firmemente a ella.
Flores femeninas de C. longifolium. Foto |
Las abejas pronto se dan cuenta de que las flores masculinas son
lugares inhóspitos de los que no obtienen nada positivo, por lo que parten en
busca de otras flores en la que libar sin ser golpeadas por unos objetos
pegajosos. Posiblemente sea esa la causa de que las flores de sexos diferentes parezcan
tan distintas entre sí. Cuando las abejas visitan las flores femeninas, los
sacos de polen que llevan en su dorso se deslizan en un surco perfecto que
existe en la entrada del ovario de las flores femeninas y así se logra la
polinización.
La singularidad de esta estrategia reproductiva ha hecho que las
orquídeas Catasetum sean el centro de
atención de botánicos y horticultores quienes se preguntaban cómo se determina su
sexo ¿Es un sexo genéticamente determinado o hay ciertos factores ambientales
que lo condicionan? Como resultado de múltiples investigaciones, parece ser que
la disponibilidad de luz puede ser una de las señales más importantes para la determinación
sexual en Catasetum.
En
un artículo publicado en 1991, Jess K. Zimmerman describió que había
patrones en la ratio de sexos para al menos una especie de Catasetum. Las plantas femeninas se encontraban con mayor
frecuencia en los bosques más jóvenes, mientras que las proporciones se
aproximaban a 1:1 en los bosques más viejos. Lo que los investigadores
encontraron fue que las plantas son más propensas a producir flores femeninas bajo
doseles abiertos y flores masculinas bajo doseles cerrados. Es posible que,
debido a que la producción de semillas es un esfuerzo muy costoso para las
plantas, los individuos con acceso a más luz sean más propensos a presentar
flores femeninas.
Además de sus extraños hábitos reproductores, la ecología de estas
plantas también es fascinante. Nativas de los trópicos del Nuevo Mundo, las Catasetum viven como epífitas en las
ramas y los troncos de los árboles. Vivir en el dosel arbóreo puede ser
bastante estresante y las orquídeas han evolucionado para resolver los problemas
ecológicos. Para empezar, son caducifolias. La mayoría de los hábitats en los
que aparecen experimentan una estación seca. A medida que las lluvias desaparecen,
las plantas pierden las hojas y perviven gracias a un denso grupo de
pseudobulbos verdes. Estas estructuras bulbosas sirven como almacenes de
energía y agua que impulsarán el crecimiento tan pronto como vuelvan las
lluvias.
C. silvestre creciendo como epífito. Foto |
El dosel también puede ser bajo en nutrientes vitales como el nitrógeno
y el fósforo. Al igual que todas las orquídeas, las Catasetum son micorrízicas, es decir, cuentan con una asociación
íntima con hongos micorrizógenos que les suministran esos nutrientes. Tales
asociaciones son vitales para la germinación y el crecimiento. Sin embargo, los
hongos con los que se asocian se alimentan de madera muerta, que es baja en
nitrógeno. Eso ha llevado a otra relación más complicada y altamente
especializada que se conoce en al menos algunos miembros de este género de
orquídeas.
Las Catasetum maduras se
encuentran frecuentemente creciendo sobre nidos de hormigas arborícolas. Las
que no lo hacen, a menudo albergan colonias de hormigas dentro de sus
pseudobulbos ahuecados. Esta asociación con hormigas cumple una doble función.
Al instalarse dentro de la orquídea o alrededor de sus raíces, las hormigas
proporcionan a la planta una fuente vital de nitrógeno en forma de heces y
otros productos de desecho. Al mismo tiempo, las hormigas atacarán con fiereza a
cualquier cosa que pueda amenazar su nido. Al hacerlo, mantienen a raya a herbívoros
potenciales.
Contemplar una Catasetum en
floración es algo extraordinario. Son maravillas de la evolución y una prueba
viviente de que parece que no hay límites para la capacidad de las orquídeas para
sobrevivir. Afortunadamente para la mayoría de nosotros, no hay que viajar a la
jungla y escalar un árbol para ver de cerca una de estas orquídeas. La facilidad
para cultivarlas ha hecho que la mayoría de los jardines botánicos disfruten al
menos de una especie o dos de este género. Si encuentra una Catasetum, tómese tiempo para admirarla
en todo su esplendor. Se sentirá feliz de haberlo hecho. ©Manuel
Peinado Lorca. @mpeinadolorca.