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sábado, 17 de mayo de 2025

EL EXTRAÑO CASO DE LA FLORISTA ENVENENADA

En 1932, la intoxicación accidental por nicotina de una florista llevó a descubrir los riesgos de la absorción de compuestos químicos a través de la piel

La joven florista sintió que se mojaba al sentarse en una silla. Se levantó, miró y olió: se dio cuenta de que debía haber derramado Nico-Fume, un producto líquido que usaba como insecticida.

Corría el año 1932, y en aquella época, las soluciones concentradas de nicotina extraída del tabaco se comercializaban como insecticidas sin más riesgo para los humanos que el que se derivara de una ingestión accidental. Por eso, nuestra florista no le prestó más atención al derrame. De repente, quince minutos después, sufrió náuseas, sudoración fría, vértigos, dificultad para respirar, pupilas contraídas y taquicardias. Llamaron a una ambulancia; de camino al hospital, la florista sufrió un síncope y perdió el conocimiento.

Cuando abrió los ojos estaba en una cama de hospital. Si que los médicos tuvieran un diagnóstico ni siquiera aproximado, comenzó a recuperarse lentamente y al cabo de cuatro días le dieron el alta. Pero su calvario no había terminado. Le devolvieron la ropa que llevaba puesta, todavía húmeda después de haberla guardado en una bolsa de papel. Una hora después de abandonar el hospital, volvió a ingresar: los síntomas habían reaparecido.

Aunque el insecticida no tenía etiqueta advirtiendo su posible absorción cutánea, el origen del problema resultó evidente para el doctor James Faulkner, que decidió investigar más a fondo. En su laboratorio, frotó la piel de cinco gatos con la solución insecticida. Todos sucumbieron envenenados. En cambio, tres gatos (más afortunados) a los que aplicó el mismo tratamiento pero con Black Leaf 40, otro insecticida con nicotina, no presentaron síntomas tóxicos.


La diferencia radicaba en la diferente estructura química de los compuestos con nicotina elaborados por cada fabricante. En la planta de tabaco, la nicotina se presenta en forma de sal, a partir de la cual se puede producir nicotina "libre" mediante el tratamiento con una base. Como escribió Faulkner en un artículo publicado en 1933 en el Journal of the American Medical Association, la nicotina libre del líquido Nico-Fume se absorbía fácilmente a través de la piel, mientras que el sulfato de nicotina del Black Leaf 40 se absorbía mucho más lentamente, lo que causaba niveles sanguíneos más bajos.

Aunque ya no se venden insecticidas con nicotina, el problema de la absorción de nicotina a través de la piel continúa. La "enfermedad del tabaco verde" puede afectar a los trabajadores que cosechan hojas de tabaco verde a mano. Pueden presentar dolores de cabeza, náuseas, aumento de la sudoración, tos y problemas respiratorios si están en contacto prolongado con hojas de tabaco húmedas.

Las sales de nicotina (la forma natural con la que la nicotina aparece en las plantas) son solubles en agua y se pueden absorber a través de la ropa y de la piel que se mojan después de cosechar hojas empapadas por la lluvia o por el rocío mañanero. La enfermedad se puede prevenir usando un impermeable o cosechando solo cuando las hojas estén secas.

A veces, sin embargo, se busca la absorción cutánea. Los fármacos penetran la piel con dificultad, pero los que exhiben alta lipofilicidad sí que la cruzan, como ocurre con la nicotina. Hay un puñado de fármacos lipofílicos que se administran por vía cutánea en forma de parches, por ejemplo, los estrógenos en terapias de reposición hormonal, el fentanilo para el tratamiento del dolor agudo intermitente o la nicotina en parches, en programas de deshabituación tabáquica. Los parches tienen la ventaja de que liberan el fármaco de forma sostenida y evitan el metabolismo presistémico.

Ese es el caso no solo de los ya clásicos parches de nicotina, también de las pequeñas bolsitas que contienen nicotina diseñadas para colocarse entre los labios y la encía con el fin de prevenir los daños causados ​​por el tabaquismo, un hábito que cada año mata a millones de personas en todo el mundo. El daño lo causan los numerosos compuestos carcinógenos que se introducen en el organismo al quemar tabaco.

Se espera que proporcionar nicotina sin humo cancerígeno reduzca las enfermedades relacionadas con el tabaco. Las últimas incorporaciones al mercado de los sustitutos del tabaco son las bolsitas ZYN. Al colocarse entre el labio y la encía, liberan lentamente una sal, el bitartrato de nicotina. Sin duda, convencer a los fumadores de que cambien a un método alternativo para satisfacer sus ansias de nicotina es una forma de reducir las enfermedades relacionadas con el tabaco inhalado por combustión.

¿Pero qué pasa con los no fumadores que podrían recurrir al “zynning” como una forma fácil de emborracharse? ¿O con quienes se creen lo que dicen en redes sociales los "zynfluencers", que  afirman que meterse la bolsita en la boca puede aumentar la concentración, mejorar la virilidad, suprimir el apetito, ayudar en los entrenamientos deportivos y mejorar la función cerebral?

Uno de los defensores más activos era el comentarista político conservador estadounidense Tucker Carlson, quien describía el ZYN como un potente potenciador de la calidad de vida, un potenciador de la testosterona y un remedio contra el Alzheimer y el Parkinson. Lo llamaba potenciador de la agudeza mental, una afirmación que parece muy cuestionable teniendo en cuenta la escasa habilidad mental de Carlson, que cree que exponer los testículos a la luz roja aumenta la potencia sexual.

Carlson también afirmado que llevaba una bolsa de ZYN en la boca cada segundo que está despierto, lo cual contradice las instrucciones del fabricante de limitar la exposición a media hora. El uso prolongado puede causar irritación de las encías, llagas en la boca y reducción de la secreción salival, lo que puede provocar caries. De todas formas, el enamoramiento del presentador Carlson con ZYN ha terminado. Ahora lo desdeña porque ha creado su propia marca. Abajo les dejo el video en el que anuncia su cambio (de marca, que no de vicio).

Philip Morris International, la empresa tabacalera que comercializa ZYN, publicita que sólo se dirige a los fumadores que están preocupados por las consecuencias de su hábito para la salud, pero que su intención no es promocionar el producto entre los no fumadores.

Por supuesto, ninguna empresa se opone a incrementar sus ventas, y la incorporación de sabores como canela, menta o cítricos no está diseñada precisamente para ahuyentar a los usuarios más jóvenes. Aunque no conozco estadísticas al respecto, parece inevitable que, con el auge en TikTok e Instagram de contenidos que ensalzan las maravillas del ZYN, algunos no fumadores se animen a experimentar, por lo que es fácil que puedan enviciarse. Por ahora, que yo sepa, se desconoce el efecto de la exposición prolongada a la nicotina en los tejidos bucales, así como su efecto en el cerebro de una adolescente, que aún se está desarrollando.

A pesar de que una bolsita de nicotina es sin duda más segura que un cigarrillo, la nicotina sigue siendo potencialmente venenosa. Esto quedó claramente ilustrado por un caso ocurrido en Nottingham, Inglaterra, en 2021. Una mujer de Zimbabue sufría problemas estomacales que continuaban incluso después de consultar a su médico. Su madre buscó la ayuda de un curandero tradicional zimbabuense, quien la trató con hojas de tabaco en polvo, tanto por vía oral como frotándolas sobre la piel.

En poco tiempo falleció a pesar de los intentos médicos por salvarla. El curandero fue acusado de homicidio involuntario. Aunque el juez dijo en que no hubo intención de causar daño, sentenció que el hombre estaba "sobrepasando sus habilidades y comprensión" y lo condenó a dos años de prisión. La cantidad de nicotina absorbida en este caso fue mucho mayor que la disponible en una bolsa de ZYN, pero eso no puede hacernos olvidar la preocupación por la exposición crónica a pequeñas dosis de una sustancia adictiva.

El “zynning” sin duda puede beneficiar a los fumadores, pero también abre la posibilidad de fomentar la adicción a la nicotina en quienes nunca han fumado, pero desean seguir los pasos de los “zynfluencers”. Como es bien sabido, seguir tontunas es hoy por hoy una costumbre inveterada y combatir esa adicción puede ser difícil.

Mark Twain lo sabía todo sobre el potencial adictivo de la nicotina: «Dejar de fumar fue lo más fácil que he hecho. Lo sé, porque lo he hecho miles de veces».

jueves, 15 de mayo de 2025

HEROÍNAS DE GASOLINERA

Algunos productos supuestamente energéticos o dietéticos que se venden en tiendas de conveniencia, estancos y gasolineras contienen un ingrediente llamado tianeptina. Forman parte de una creciente clase de productos no regulados, potencialmente adictivos y ampliamente disponibles.

Acabo de recorrer varios miles de kilómetros por Estados Unidos, conduciendo por carreteras secundarias. En los mostradores de las abigarradas tiendas de conveniencia que suelen acompañar a las solitarias gasolineras perdidas en el corazón de la “América profunda”, entre paquetes de chicle, paquetes de tabaco, latas de rapé, bolsas de jerky y latas de bebidas energéticas, llamaron mi atención unos pequeños frascos con aspecto de medicamentos.

En una de ellas interrogué hábilmente a un encargado que debía haberse gastado toda la paga mensual en gomina y tomé unas fotografías mal que bien; una botellita de la marca que movió mi curiosidad, Neptune's Fix, disponible en sabor limón, tropical, cereza o chocolate con vainilla, costaba alrededor de 16 dólares. El vendedor me dijo que los clientes solían comprar cajas de una docena y que un cliente compraba diez cajas cada semana; no sabía si era para revender o para uso personal. A mi regreso a casa, una sencilla búsqueda en internet me ha llevado a una información muy interesante. Aquí la cuento.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos está lanzando campañas para que los consumidores eviten comprar o consumir tianeptina —a la que por allí llaman "heroína de gasolinera"—, una droga sintética que suele venderse en tabletas o polvo y que se puede comprar online y en tiendas de conveniencia de gasolineras y estancos. Es el ingrediente activo de Neptune's Fix, la marca que movió mi curiosidad. 

La tianeptina es pariente de otros productos similares que suelen incluir fármacos sintéticos y sustancias de origen vegetal. Algunas, como el kratom (las hojas del árbol surasiático Mitragyna speciosa) y el fenibut, pueden ser adictivas y, en raras ocasiones, mortales. Suelen ser originarias de otros países, como Indonesia y Rusia, donde se venden libremente e incluso se recetan, para controlar el estado de ánimo. Sin embargo, la FDA no las ha aprobado como medicamentos en Estados Unidos. 

Hojas y flores de Mitragyna speciosa

Aprobada en algunos países como medicamento antidepresivo con receta, la tianeptina produce efectos similares a los de opioides como el fentanilo. Por lo tanto, su consumo acarrea riesgos similares de adicción, síndrome de abstinencia y efectos psicóticos, convulsiones, daño renal y muerte. 

A pesar de que, desde 2022, la FDA ha estado pidiendo a los consumidores estadounidenses que eviten el fármaco, vendedores sin escrúpulos continúan promomocionándolo como un suplemento dietético, a pesar de que la FDA ha comunicado oficialmente que no "cumple con la defición legal de un ingrediente dietético y es un aditivo alimentario peligroso".

También se vende online, supuestamente con fines de investigación y no para consumo humano. Actualmente, se realizan ensayos clínicos de tianeptina para el tratamiento del dolor y la depresión, pero los vendedores no hacen nada para que este tipo de etiquetado sea claro para los consumidores ni para restringir las compras a los investigadores.

Mecanismo de acción de la tianeptina

La tianeptina estimula los mismos receptores que opioides conocidos como el fentanilo, la heroína y la morfina. Cuando estos fármacos pasan de la sangre al cerebro, se unen al receptor opioide de tipo "mu", que desencadena el ansiado alivio del dolor y la euforia propios de estos fármacos, así como efectos peligrosos como la respiración lenta o interrumpida traducida en jadeos.

Las dosis altas de tianeptina pueden producir efectos eufóricos similares a la heroína y también pueden generar el efecto disociativo (la percepción de que la mente está desconectada del entorno y del cuerpo) que recuerda a la ketamina, un anestésico que tiene un papel en el tratamiento del trastorno de estrés postraumático y la depresión, pero del que también se ha abusado como droga callejera.

Los productos que contienen tianeptina a menudo se denominan “drogas legales de consumo excesivo”, también llamadas a veces “drogas de gasolinera”, un término utilizado para todas las drogas sintéticas no aprobadas por la FDA que se venden de forma informal en gasolineras, en línea y en otros lugares poco transparentes.

Los datos de ensayos clínicos y los informes de casos registrados en hospitales y centros de control de intoxicaciones de Estados Unidos cuentan que la tianeptina suele inducir agitación, acompañada de taquicardia e hipertensión arterial, confusión, pesadillas, somnolencia, sequedad bucal y náuseas, entre otras afecciones. Los efectos adversos más graves son la dificultad para respirar que puede llegar a la interrupción completa de la respiración, coma, arritmia cardíaca y muerte. Cuando los consumidores habituales intentan dejar el consumo de la droga, suelen experimentar síntomas de abstinencia similares a los de los opioides.

Además, los consumidores deben ser conscientes de que es más que posible que los productos que contienen tianeptina no se elaboren siguiendo las buenas prácticas de fabricación. Esto significa que podrían contener plomo u otros metales pesados, o estar contaminados por microorganismos como salmonela o mohos. También podrían contener otros ingredientes farmacológicos desconocidos.

Además, la cantidad de ingrediente activo del producto puede variar considerablemente, incluso con el mismo fabricante. Por lo tanto, el uso previo no garantiza que la misma cantidad produzca el mismo efecto.

Incluso en los estados donde los productos que contienen tianeptina son ilegales, todavía se encuentran en los estantes de algunas tiendas, entonces:

¿Por qué se venden estos medicamentos si no están aprobados por la FDA?

Sencillamente, porque la FDA no da abasto frente a tanto fraude. 



Si un producto farmacéutico no está aprobado por la FDA para su venta con o sin receta, la Agencia de Control de Drogas (DEA) es la responsable de controlar el acceso al mercado. Pero antes de que la DEA pueda prohibir un ingrediente activo en un medicamento, este debe estar clasificado en la Lista I, lo que significa que el medicamento no tiene un propósito médico legítimo y presenta un alto potencial de abuso. Algunos ejemplos de drogas de la Lista I son: heroína, dietilamida del ácido lisérgico (LSD), éxtasis, metacualona y peyote.

El problema: los fabricantes no tienen que informar a la DEA antes de vender sus productos a ciudadanos estadounidenses. Esto significa que la DEA debe detectar un problema, identificar los productos que lo causan, encontrar los ingredientes activos del producto en cuestión y realizar una revisión científica completa antes de clasificarlo en la Lista I.

miércoles, 7 de mayo de 2025

LA VACUNA TRIPLE VÍRICA NO CONTIENE RESTOS DE “FETOS ABORTADOS”

A pesar de que Robert F. Kennedy Jr., secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos lo asegure, la vacuna MMR (sarampión, paperas y rubéola) no contiene restos de fetos abortados ni fragmentos peligrosos de ADN.

En lo que llevamos de 2025, se han registrado más de novecientos casos de sarampión en Estados Unidos, con brotes significativos en Texas, donde se han reportado más de quinientas infecciones y varias muertes de niños no vacunados. Este resurgimiento de una enfermedad que se había declarado erradicada en 2000 no es un fenómeno aislado: en Europa, los casos se han multiplicado por diez veces en comparación con 2024, con Rumanía como el país con más casos registrados.

La causa principal de este retroceso es la disminución en las tasas de vacunación impulsada por movimientos antivacunas que han ganado terreno durante y después de la pandemia de COVID-19. Figuras públicas como Robert F. Kennedy Jr., el actual y completamente estrambótico Secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, han difundido irresponsablemente información errónea sobre las vacunas, auténticas barbaridades acientíficas que incluyen afirmaciones infundadas sobre su composición y supuestos efectos secundarios. La información ha servido para cometer un enorme error: politizar la vacunación y la salud.

Robert F. Kennedy Jr. afirmó recientemente que algunos grupos religiosos evitan la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) porque contiene «restos de fetos abortados» y «partículas de ADN». Es un paso más en la campaña erosiva que Kennedy ha emprendido para desacreditar la confianza en las vacunas.

No hay restos de fetos en la vacuna MMR

Kennedy dijo que los «restos de fetos abortados» presentes en las vacunas MMR son la razón por la que muchas personas religiosas se niegan a vacunarse. Se refirió específicamente a los menonitas de Texas, una comunidad profundamente religiosa y retrógrada, que se encuentra entre los colectivos más afectados por los actuales brotes de sarampión.

Muchas vacunas funcionan utilizando una pequeña cantidad de una forma atenuada (debilitada) del virus o, en el caso de la vacuna triple vírica, formas atenuadas de los virus que causan el sarampión, las paperas y la rubéola. La suave infección hace que el sistema inmunitario del vacunado aprenda a reconocer y responder a esos virus. Como resultado, si esa persona se expone posteriormente a la infección real, su sistema inmunológico puede reaccionar rápida y eficazmente, evitando la enfermedad.

La afirmación de Kennedy sobre los restos fetales se refiere específicamente al componente de la rubéola de la vacuna triple vírica. El virus de la rubéola se cultiva en una línea celular humana conocida como WI-38, que originalmente se aisló en la década de 1960 a partir del tejido pulmonar de un único feto abortado con autorización médica. Esta línea celular se ha utilizado durante décadas, y desde entonces no se ha utilizado tejido fetal nuevo.

También se han elaborado otras vacunas para algunas enfermedades como la varicela, la hepatitis A y la rabia, cultivando los virus en células fetales. Estas células no se utilizan por su origen, sino porque proporcionan un entorno estable, seguro y fiable para el crecimiento del virus atenuado. Sirven únicamente como medio de crecimiento del virus y no forman parte del producto final.

Podríamos pensar en las células como fábricas de virus. Una vez cultivado el virus, se extrae y purifica como parte de un riguroso proceso para cumplir con estrictos estándares de seguridad y calidad. Lo que queda en la vacuna final es el propio virus y los agentes estabilizadores, pero no células humanas ni tejido fetal.

Por lo tanto, las afirmaciones sobre “restos fetales” en la vacuna son falsas. También vale la pena señalar que las principales religiones del mundo permiten el uso de vacunas desarrolladas a partir de células originalmente derivadas de tejido fetal cuando no hay productos alternativos disponibles.

¿Hay fragmentos de ADN en la vacuna triple vírica?

Kennedy afirmó que la resistencia a vacunar se debe a “objeciones religiosas” de los menonitas a lo que describió como “una gran cantidad de restos de fetos abortados y partículas de ADN” en la vacuna MMR.

Esta última afirmación, sobre la vacuna que contiene partículas de ADN, es técnicamente cierta. Es posible que queden trazas de fragmentos de ADN de las líneas celulares humanas utilizadas para producir el componente de la rubéola de la vacuna triple vírica incluso después de la purificación. Sin embargo, esta afirmación implica que dichos fragmentos representan un riesgo para la salud, lo que es rotundamente falso.

Cualquier ADN que pueda persistir en esta vacuna existe en cantidades extremadamente pequeñas, está altamente fragmentado y degradado y es biológicamente inerte, es decir, no puede causar daño. Incluso si, hipotéticamente, la vacuna tuviera ADN intacto (lo que no es el caso), no podría causar daños. Una preocupación común (pero infundada) es que el ADN extraño podría integrarse con el ADN de una persona y alterar su genoma.

Introducir ADN en células humanas de forma que provoque su integración es muy difícil. Incluso cuando los científicos intentan hacerlo deliberadamente, por ejemplo, en la terapia génica, se requieren herramientas precisas, sistemas especiales de administración viral y condiciones controladas.

También es importante recordar que nuestros cuerpos están constantemente expuestos a ADN extraño a través de los alimentos, las bacterias e incluso nuestro propio microbioma. Nuestro sistema inmunitario digiere y elimina este material rutinariamente sin incorporarlo a nuestro genoma. Esta cuestión se ha estudiado ampliamente durante décadas. Varias autoridades sanitarias, incluida la Administración de Productos Terapéuticos de Australia, han alertado y desacreditado la información mailntencionada sobre el daño percibido del ADN residual en las vacunas. En definitiva, también la idea de que el ADN fragmentado en una vacuna podría causar daño genético es absolutamente falsa.

Conclusión

A pesar de lo que Kennedy quiere hacernos creer, no hay restos fetales en la vacuna MMR, y los restos de fragmentos de ADN que puedan quedar en ellas no representan ningún riesgo para la salud. Lo que sí demuestra la evidencia es que vacunas como la MMR ofrecen una excelente protección contra enfermedades mortales y prevenibles que han salvado millones de vidas en todo el mundo.

lunes, 5 de mayo de 2025

EN ESTE APAGÓN NADIE HABLA DE PRECIOS, PERO LA CODICIA DE LAS ELÉCTRICAS ES LA CUESTIÓN DE FONDO

A medida que la red eléctrica se transforma para integrar grandes volúmenes de energías renovables —como la solar o la eólica— surgen nuevos desafíos técnicos que exigen soluciones innovadoras. Uno de los más críticos es la estabilidad de la frecuencia del sistema eléctrico, vital para evitar apagones o daños en los equipos.

Desde hace tiempo, el investigador del CSIC y experto en energía Antonio Turiel viene alertando sobre un apagón masivo por la falta de inversiones y prevención en el sistema energético español. Turiel habla de «responsabilidad criminal» y de codicia por parte de las grandes empresas del sector y sugiere que el Estado impulse «la estabilización», porque en el sistema convergen ahora grandes cantidades de energía fotovoltaica y eólica.

Pero la innovación requiere compromiso de inversión por parte de las eléctricas. Y estas, siguiendo su práctica habitual de economía extractiva, intentan seguir ganando miles de millones de euros anuales interiorizando los beneficios y externalizando los costes y las pérdidas en los consumidores.

Como ha señalado el experto Javier García Breva, han pasado demasiados días sin que se conozca el origen del gran apagón del 28 de abril. Lo que llama la atención a medida que transcurre el tiempo es el hermetismo del sector eléctrico. 

Quizás convendría recordar las prácticas sectarias de un sector como el eléctrico, impregnado de una cultura empresarial fundamentada en la endogamia, en la opacidad y en el secretismo que, de cuando en cuando, cubren con un torrente de tecnicismos que aburren a las ovejas y solamente sirven para que se genere oscurantismo y desinformación. A la interpretación de la factura de la luz me remito sin ir más lejos.

Alguien quiere subir el precio de la electricidad

Se anuncia que tardaremos tiempo en saber las causas del apagón. Solo cabe recordar que un apagón de características similares que sufrió Australia en 2016 tardó dos años en esclarecerse. También existe la posibilidad de que no lo sepamos nunca. Esta realidad, frente al éxito, poco reconocido, de haber recuperado el suministro en menos de veinticuatro horas, justifica el cabreo del presidente del Gobierno y el desconcierto general al ver la capacidad del sistema eléctrico para conseguir lo más difícil y su incapacidad para lo más elemental.

Se trata de la misma opacidad del pool eléctrico y el método de conformación de precios de la electricidad, que se referencian al precio de la energía más cara. Esta metodología ha sido bendecida por Von der Leyen en la última directiva del mercado eléctrico. Especulan con los activos de generación para optimizar beneficios con cargo a las facturas de los consumidores. Dos semanas antes, debido a la abundancia de potencia renovable, pararon las nucleares porque con los bajos precios del mercado mayorista de la electricidad no eran rentables.

La nuclear es la fuente de energía menos flexible. Se para automáticamente, pero su arranque es lento y complejo. Por el contrario, las energías renovables son la fuente más flexible y modulable, que se puede hibridar con cualquier tecnología como el almacenamiento. Además, abaratan el precio de la electricidad y su tendencia de costes es decreciente.

La seguridad energética hoy día la garantiza un sistema energético con mayor capacidad de energía flexible, que es la que permite ajustar la oferta y demanda de energía en tiempo real en cualquier centro de consumo, reduciendo y desplazando la demanda. Eso no es posible con las nucleares ni con las centrales de gas.

El bajo porcentaje de electrificación de la demanda y el escaso desarrollo del almacenamiento en baterías, añadido a la falta de recursos energéticos distribuidos, hace que nuestro sistema energético sea muy poco flexible y susceptible de sufrir crisis por el desequilibrio entre la energía centralizada y la energía descentralizada y distribuida, agravado por la mínima capacidad de interconexión eléctrica con Francia, que apenas ha crecido desde el siglo pasado ante la inoperancia de la Comisión Europea.

Para que no se repita un “cero nacional” habrá que dar pasos hacia la transformación del modelo eléctrico centralizado hacia un modelo de flexibilidad energética apoyado en la proximidad entre los centros de generación y de consumo y la participación de los recursos energéticos distribuidos en el mercado y en el análisis de cobertura mediante la agregación de la demanda.

Lo hitos de la transformación hacia un modelo energético flexible pasan por acabar con la situación de “isla energética” de la península ibérica, desconectada del sistema eléctrico europeo, y denunciar tanto el bloqueo de Francia como la pasividad de la Comisión Europea ante el incumplimiento del objetivo del 15% de capacidad de interconexión, que en España no llega al 3%.

La hibridación de las instalaciones renovables con baterías de almacenamiento en todas las tensiones es imprescindible para un progreso adecuado de las renovables. Todas las instalaciones renovables, tanto las grandes como las pequeñas, nuevas o existentes, deberían obligatoriamente contar con baterías.

La función que han cumplido los grupos electrógenos en este apagón es la función que debería cumplir el autoconsumo con almacenamiento en cada centro de consumo. La generación distribuida aumenta la capacidad flexible del sistema eléctrico, asegura el suministro y la estabilidad de la red eléctrica. Es viable tecnológica y económicamente; pero, aunque las directivas europeas no establecen ninguna limitación al autoconsumo, siguen existiendo barreras regulatorias y del propio sector eléctrico que retrasan su implantación porque aumentan la competencia y, como consecuencia, abaratan los precios.

En este apagón nadie habla de precios, pero es la cuestión de fondo. Todos los que ahora proponen más nucleares, más gas y más redes, deberían hablar de sus costes y de cómo se pagarán. En la regulación vigente todos los costes y déficits del sistema eléctrico se trasladan automáticamente a los consumidores en la tarifa eléctrica. Lo que pretenden es un mercado eléctrico sin competencia porque les garantiza precios altos de la electricidad y la desprotección de los consumidores.

Es el momento de ser beligerantes como nunca contra la desconfianza en las energías renovables.

LA IMPARABLE LLEGADA DE LOS VEHÍCULOS SIN CONDUCTOR

Llevaba cinco años sin pasar unos días en San Francisco. Más allá de otras consideraciones, lo que más me ha llamado la atención ha sido la proliferación de taxis sin conductor, todos ellos de la empresa Waymo, la empresa creada por Google hace ahora diez años.


La conducción autónoma, que se desarrolla a gran velocidad, pero de manera desigual en unos pocos mercados, es ya una realidad que contradice a quienes aseguraban que era imposible y que nunca la veríamos funcionando. Me parece que conviene parar y revisar exactamente dónde nos encontramos.

En apenas año y medio, Waymo ha pasado de 50.000 a 250.000 viajes de pago semanales en sus cuatro mercados estadounidenses (Phoenix, San Francisco, Los Angeles y Austin), una cifra que refrenda de manera definitiva la madurez operativa de la tecnología de conducción autónoma y el interés de los usuarios por un servicio que ya empieza a ser prácticamente cotidiano en algunas ciudades.

Este crecimiento viene acompañado de la preparación de un nuevo informe aún inédito, que analiza 91 millones de kilómetros recorridos sin conductor, y que concluye que el vehículo autónomo Waymo Driver reduce drásticamente los accidentes graves frente a la conducción humana.


La seguridad es un argumento incontestable, porque los datos son rotundos: un 92% menos de peatones heridos, un 82% menos de ciclistas y motoristas y un 96% menos de choques en intersecciones en comparación con los promedios de conducción humana equivalentes. A la vista de este diferencial, resulta difícil discutir que la conducción autónoma será, tarde o temprano, la opción por defecto en zonas urbanas densas. La reducción del coste social de la siniestralidad es demasiado valiosa como para ignorarla. 


Los que pensaban que la conducción autónoma era imposible «a menos que todos los vehículos sean autónomos» se equivocaban: cada vehículo autónomo añadido a un sistema mejora la seguridad de este. La misma investigación reconoce, no obstante, un límite muy concreto, que probablemente es una de las principales barreras de entrada a la adopción a escala mundial: cada despliegue exige una cartografía de alta definición (los llamados HD maps) que hay que crear y, sobre todo, mantener actualizados con todos los posibles incidentes que afectan a las vías. 

La literatura académica señala que los métodos tradicionales son «muy costosos», requieren vehículos de mapeo específicos y personal altamente cualificado, y se vuelven rápidamente obsoletos a medida que la ciudad cambia su fisonomía o simplemente se llevan a cabo determinadas operaciones de mantenimiento, como la limpieza o la reparación de un simple bache. Estos costes ocultos explican por qué todavía hablamos de cuatro o cinco ciudades, y no de cuarenta o cincuenta.

Waymo, de hecho, cartografía exhaustivamente cada nueva región antes de abrir el servicio. Esa dependencia de mapas ajustados al centímetro es la antítesis de la «escalabilidad» con la que solemos asociar al desarrollo de software. Mientras no exista un estándar global y procesos de actualización en tiempo real, exportar el modelo a ciudades con infraestructuras caóticas o sujetas a normativas erráticas o cambiantes, como ocurre en buena parte de Europa, Latinoamérica o el sudeste asiático, resulta muy caro y complejo. 

No obstante, Uber acaba de firmar un acuerdo con la compañía china de conducción autónoma Momenta de cara a una expansión en ciudades europeas el próximo año 2026, así que posiblemente empecemos a poder verlos más de cerca.

Por otro lado, conducir ya no es lo que era. Conviene poner la lupa sobre el hecho de que, paralelamente, conducir se está convirtiendo en una actividad cada vez más insoportable. Entre los radares de tramo, los límites de velocidad cada vez más bajos, las zonas de bajas emisiones, los controles automatizados y la vigilancia constante, el placer de conducir ha desaparecido para la inmensa mayoría. 

La conducción privada ya no es el sinónimo de libertad que nos vendían hace años, sino un ejercicio constante de estricto cumplimiento normativo, y todo ello en un entorno de poblaciones cada vez más envejecidas, al menos en el mundo desarrollado. En ese contexto, dejar el volante a un sistema autónomo no es solo más seguro: es más sensato y eficiente, y probablemente, también más placentero.

La administración estadounidense acaba de relajar varias normas federales para que los fabricantes puedan solicitar exenciones de seguridad cuando los vehículos sean exclusivamente autónomos, una medida que pretende «ganar la carrera contra China». El mensaje es claro: Washington está dispuesto a rebajar barreras si eso atrae capital y talento. En la Unión Europea, por el contrario, los marcos normativos siguen fragmentados y llenos de problemas, y constituyen un terreno mucho menos fértil para la experimentación masiva.

Mientras Estados Unidos afina su regulación, la compañía china Pony.ai ha logrado recortar un 70% el coste de su sistema y aspira a la rentabilidad en 2025, apoyada por sus alianzas con Toyota, BAIC y GAC y por un sistema regulatorio más homogéneo dentro de China. Esa combinación de manufactura barata y apoyo gubernamental amenaza con convertir a los operadores chinos en los fabricantes de facto de la conducción autónoma global, sobre todo en mercados emergentes donde Waymo o Cruise ni están ni se les espera.

La respuesta americana no se limita a Waymo: Uber acaba de pactar con May Mobility el despliegue de miles de robotaxis, mientras los camiones de Aurora ya realizan entregas sin conductor entre Dallas y Houston. Pero todas ellas comparten el mismo talón de Aquiles: un crecimiento geográficamente concentrado y dependiente de esos costosos mapas y de acuerdos estrictos con cada autoridad local.

Waymo contempla la posibilidad de vender vehículos autónomos a particulares en el largo plazo. La idea despierta inquietud: si sustituimos el modelo de flota compartida por coches autónomos particulares, podríamos agravar la congestión, no reducirla, porque el coste marginal de mover un coche sin conductor es muy bajo y la tentación de «viajes vacíos» (circulando sin pasajeros) crecería, además del fenómeno de la evolución del uso como vehículo para recogidas, etc. 

Si algo demuestra la experiencia vivida desde la primera ciudad, Phoenix, hasta la última, Austin, es que la conducción autónoma ha dejado de ser un experimento y empieza cada vez más a ser una infraestructura urbana más. No obstante, su despliegue global será desigual: veremos islas de autonomía, centros urbanos bien cartografiados, corredores logísticos, etc., rodeados de áreas donde el volante humano seguirá siendo imprescindible.

Por otro lado, para que la autonomía aporte todo su valor social (menos siniestros, menos emisiones, menos coches aparcados, etc.) necesitamos dos condiciones: una, mantenerla en régimen de flota compartida, integrándola con el transporte público y gravando los trayectos vacíos; y dos, desarrollar estándares abiertos de cartografía dinámica y de intercambio de datos que permitan a cualquier operador actualizar sus mapas sin duplicar cada inversión.

Y si no lo hacemos por eficiencia o sostenibilidad, hagámoslo al menos por aburrimiento: si conducir ya no es divertido, que al menos sea innecesario. Porque lo que está claro es que la autonomía ya ha ganado el debate técnico y ético, ahora solo falta que lo asumamos como sociedad y lo despleguemos inteligentemente.

domingo, 4 de mayo de 2025

EL GRANATE DEL METRO O DE CÓMO LA GEOLOGÍA MOLDEÓ NUEVA YORK

El "skyline", el perfil de los rascacielos de la ciudad de Nueva York, responde a los acontecimientos geológicos de los útimos 400 millones de años.

 

El "Granito del metro". Foto del Museo Americano de Historia Natural

En los Salones Mignone de Gemas y Minerales del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York se muestra al público uno de los ocho granates más impresionantes del mundo, el “Subway Garnet” (“Granate del metro”), una enorme gema (tiene el tamaño de un balón de balonmano y pesa casi cinco kilos) que en realidad fue desenterrada durante unas operaciones de desatranco del alcantarillado de la ciudad, lo que privaba al hallazgo del oscuro encanto que le otorga el ferrocarril subterráneo.

Descubierto en 1885 a unos dos metros y medio por debajo de la calle 35 entre la 7ª Avenida y Broadway, este enorme granate almandino no es exactamente una hermosa gema, pero es el testimonio de un pasado geológicamente legendario del lecho rocoso, el esquisto de Manhattan, que  moldeó el “skyline”, el perfil urbano de una de las mayores ciudades del mundo.

El 27 de mayo de 1930 se inauguró al público el edificio Chrysler, de más de 312metros de altura y la estructura más alta construida por el hombre por aquel entonces. Todavía hoy, Manhattan alberga algunos de los rascacielos más altos del mundo occidental, como la Torre Uno de 547 metros de altura del reconstruido World Trade Center, terminada en 2013, que hoy ocupa parte del enorme solar que dejaron la Torres Gemelas después de los atentados del 11-S de 2001.

Los edificios altos parecen estar por todas partes en Nueva York, pero cuando el avión sobrevuela al despegar de cualquiera de uno de los dos aeropuertos la ciudad, ambos situados en Queens, una mirada más atenta revela que en realidad están agrupados en dos áreas distintas: Downtown, el centro financiero, y Midtown, el barrio en el que se levantan hitos monumentales como el Chrysler y el Empire State Building, construidos entre 1930 y 1931.

Historia geológica de Nueva York

La razón de esos dos núcleos bien diferenciados reside en la historia geológica de Nueva York. La isla de Manhattan consta de tres formaciones rocosas: el esquisto de Manhattan, el mármol de Inwood y el gneis de Fordham.

Estas rocas son los restos de la colisión de dos enormes masas continentales. Hace unos 450 millones de años, la colisión de las zonas bálticas de la Europa moderna con las porciones septentrionales de América formó el continente primigenio de Laurasia. Laurasia acabó por fusionarse con Siberia antes de dirigirse hacia el sur hasta colisionar hace 300 millones de años con Gondwana, una masa continental formada por la unión tectónica de Sudamérica, África, Australia y la Antártida.

La colisión de Laurasia y Gondwana cubrió un océano entero hasta formar una gigantesca masa continental: Pangea. En esa época, la actual Nueva York se encontraba muy cerca del centro de este supercontinente, justo donde los movimientos tectónicos de la orogenia Tacónica estaban levantando montañas ciclópeas.

Izquierda: Reconstrucción artística de cómo era la Tierra hace 460 millones de años. Las masas continentales que eventualmente se convierten en América del Norte (Laurentia), Europa (Baltic), Russia (Siberia) y Africa (Gondwana) se muestran con contornos de esos continentes modernos como referencia. Derecha: Idem hace unos 420 millones de años, justo después de la primera gran colisión, la orogenia Tacónica. Figuras modificadas de los mapas del proyecto PALEOMAP.

Esas antiguas montañas que se alzaban donde hoy se extiende la planicie de Nueva York probablemente alcanzaron alturas similares a las que vemos hoy en el Himalaya. Enterrados bajo trece kilómetros de montañas en crecimiento, los antiguos sedimentos marinos (calizas y arcillas), recalentados a temperaturas cercanas a los 600 ºC y sometidos a presiones inimaginables (se calculan unas 5.000 atmósferas), se transformaron con el tiempo en rocas metamórficas: mármol, esquisto y gneis. El proceso metamórfico también formó minerales como la cianita azul o el granate rojo, que siguen apareciendo hoy durante las excavaciones subterráneas de Nueva York.

La erosión arrasó las otrora imponentes montañas, dejando solo sus muñones. Cien millones de años después, Pangea finalmente se desgarró y los fragmentos de corteza continental comenzaron sus largos viajes para convertirse en los continentes que vemos hoy en día.

Hace tan solo 2,6 millones de años, cuando comenzó un gran período gélido de glaciares, una capa de hielo de miles de metros de espesor cubría la mayor parte de Norteamérica. En su extremo sur, donde hoy se encuentra Nueva York, el hielo derretido depositó toneladas de morrenas compuestas de arenas, guijarros y rocas.

El lecho viejo rocoso y duro de Nueva York se encuentra actualmente a distintas profundidades, desde 5,5 metros bajo la superficie en Times Square hasta 79 metros bajo la superficie en Greenwich Village.

Al estar enterradas y comprimidas bajo la antigua cordillera neoyorquina, las rocas situadas debajo de la ciudad moderna son excepcionalmente duras, capaces de soportar el peso incluso de los edificios más altos. Donde el lecho rocoso capaz de proporcionarles el soporte necesario se encuentra muy por debajo de la superficie, los rascacielos no son prácticos, ya que es demasiado difícil alcanzarlo. Sin embargo, donde el lecho rocoso se encuentra cerca de la superficie se pueden construir edificios altos, por lo que el Downtown y Midtown albergan los rascacielos más altos de Manhattan.

Un recorrido geológico por Nueva York

Afloramiento de esquistos de Manhattan en el corazón de Central Park.

El Museo Americano de Historia Natural tiene elaborada una guía didáctica de Central Park, disponible online con profusión de fotografías y localización de afloramientos de esquistos, mármoles y granitos. Personalmente, prefiero un recorrido por Morgninside Park, donde pueden combinarse geología y literatura; allí, en las faldas de la colina de la Universidad de Columbia, es donde Colson Whitehead sitúa uno de los centros de acción de su Manifiesto criminal, una excelente novela imprescindible para entender el desarrollo de Nueva York desde la década de los 80 del siglo pasado.

ENVUELTAS EN PROPIEDADES CASI MÁGICAS, REGRESAN LAS AZUFAIFAS

Dicen que, las azufaifas, los frutos del azofaifo, ofrecen muchos beneficios para la salud. Quizás sea así... si es que eres una rata o una mosca de la fruta.

Flores de Ziziphus jujuba

Para mí, las azufaifas o azofaifos son recuerdos de mi niñez, de las ferias de barrio en las que los asnos de pequeños comerciantes bajaban de las Alpujarras con los serones repletos de unos frutos (almecinas, azofaifas, pan de higo, moras, zarzamoras y majoletas) que no veíamos el resto del año.

Las azofaifas siempre fueron los pequeños frutos que carecen de cualquier valor nutricional excepcional. Por lo tanto, fue toda una sorpresa cuando me preguntaron si es verdad que, comercializadas ahora como dátiles chinos, pueden combatir el cáncer, mejorar las funciones cerebrales y alargar la vida. Un poco de golpeteo en el teclado del ordenador me reveló que ha habido mucha investigación nutricional dedicada a las azufaifas, pero con resultados poco relevantes.

Lo primero es lo primero. Las azufaifas son los frutos que produce el ginjo o azofaifo Ziziphus jujuba, un árbol originario del sur de Asia, también conocido como jujube, jinjolero, ginjo, jínjol y achufaifo, entre otros nombres comunes. Aunque su tamaño depende directamente de la humedad que haya recibido, es una planta caducifolia que puede llegar a medir más de diez metros de altura, aunque habitualmente alcanza unos dos metros o tres. El tronco es recto, con bultos y corteza muy arrugada. La ramificación zigzagueante y colgante, es muy densa y espinosa, como resultado de su adaptación natural para protegerse de los herbívoros.

Hojas y frutos inmaduros del azufaifo

Las hojas alternas, de rabillo corto, son coriáceas, de entre 2 a 7 cm de longitud, de forma oval-lanceolada con el margen finamente dentado y el ápice agudo o redondeado. Las hojas, de color verde claro brillante, tienen tres nervios principales longitudinales y dos estípulas espinosas en la base.

En el hemisferio norte florece entre abril y agosto. Las flores son pequeñas, poco llamativas, pentámeras, verdosas y situadas en grupos de dos o tres a lo largo de las ramas. El fruto es una drupa comestible con aspecto de aceituna, de unos 2 o 3 cm de longitud, y una sola semilla. La piel del fruto es inicialmente de color verde claro y toma un color marrón rojizo cuando está maduro. Cuando está fresco, la pulpa es verde claro a amarillento pálido, de textura harinosa —parecida a la de la manzana— y dulzona.

El árbol, que da un fruto de color rojo, se cultiva desde hace más de 4.000 años, especialmente en China, donde tiene una larga historia de uso como alimento y como ingrediente en su medicina tradicional. En España es una planta conocida desde hace siglos; en el siglo XVI Cervantes la cita en el entremés de El viejo celoso, cuando Hortigosa, la celestina, lleva un mozo a Lorenza para que disfrute porque su viejo marido no la satisface:

Hortigosa: «Ahora bien, señora doña Lorenza, vuesa merced haga lo que le tengo aconsejado, y verá cómo se halla muy bien con mi consejo. El mozo es como un ginjo verde; quiere bien, sabe callar y agradecer lo que por él se hace; y, pues los celos y el recato del viejo no nos dan lugar a demandas ni a respuestas, resolución y buen ánimo: que, por la orden que hemos dado, yo le pondré al galán en su aposento de vuesa merced y le sacaré, si bien tuviese el viejo más ojos que Argos y viese más que un zahorí, que dicen que vee siete estados debajo de la tierra».

Por supuesto, el hecho de que se haya utilizado como medicina durante milenios no significa que haya dado resultados. Sin embargo, me parece que vale la pena examinar sus posibles efectos sobre la salud.

Azofaifas que parecen aceitunas entre kiwis dorados y pepinos-melón en una mercado de Madrid. Foto de Blanca Olivé

En cuanto a las afirmaciones sobre sus supuestos beneficios, abundan. Se dice que calman la mente, alivian la tensión, curan el insomnio, mejoran la memoria, aumentan la inmunidad, combaten el cáncer, protegen el hígado, mejoran la digestión y alargan la esperanza de vida. Afirmaciones tan variadas levantan sospechas de inmediato porque históricamente no existe una sola sustancia que haya demostrado tener un beneficio clínico en tantas afecciones distintas.

Como cualquier fruta o verdura, las azufaifas contienen cientos de fitoquímicos con algún interés. Contienen polifenoles, vitaminas, terpenos, nucleósidos y muchos otros. Un extracto contendrá muchos de estos y, si lo colocas en una placa de Petri con algunas células cultivadas y juegas con la dosis, algo acabará por pasar. Tal vez las células se multipliquen menos rápidamente, tal vez liberen algunas moléculas señalizadoras, tal vez liberen antioxidantes.

Lo mismo ocurre con ratones o ratas. Aliméntalos con algún material vegetal o extracto en diferentes dosis y algo se observará. Puede que no sea nada útil, pero sí lo suficiente como para conseguir una publicación en alguna revista menor.

Hay una revisión de la literatura terapéutica del azofaifo. En un estudio, por ejemplo, el extracto de azufaifo usado para alimentar ratas aumentó la actividad de las células asesinas naturales (los linfocitos) que combaten a los microbios invasores. En otro, el extracto de azufaifo mató las células cancerosas en un tubo de ensayo. En ratas, un polisacárido extraído de las azufaifas fortaleció su revestimiento intestinal. En otro estudio, unas ratas a las que habían manipulado quirurgicamente para deteriorar la parte del cerebro que controla la atención y la memoria experimentaron cierta recuperación con un extracto de azufaifo.

En el laboratorio, un polipéptido aislado del azufaifo mostró actividad inhibidora de la colinesterasa. La colinesterasa es una enzima que degrada el neurotransmisor acetilcolina, que ya escasea en los pacientes con Alzheimer. Eso fue suficiente para proponer que las azufaifas pueden tener potencial para ayudar a las víctimas de esta enfermedad. Pero existen numerosos inhibidores de la colinesterasa que se encuentran en hongos, organismos marinos y flores, algunos de los cuales, como la galantamina de las campanillas de invierno (Galanthus nivalis), la industria ha convertido en fármaco, y no hay razón alguna para creer que el extracto de azufaifo sea de alguna manera superior a estos, y cualquier sugerencia de que las azufaifas pueden ser un tratamiento para el Alzheimer puede calificarse bondadosamente como prematura.

En lo que respecta a la longevidad, ha habido un estudio que demostró la extensión no solo de la esperanza de vida, sino también de la salud…: ¡en las moscas hembra de la fruta! Las moscas fueron alimentadas con una dieta suplementada o no con polvo de fruta de azufaifo. Las moscas alimentadas con las comidas suplementarias vivieron más tiempo y estaban más sanas.

Ahora bien, ¿cómo se determina el estado de salud de una mosca de la fruta? No hace falta decir que las personas no somos moscas gigantes de la fruta.

Mi búsqueda en la base de datos clínica más utilizada, PubMed, arrojó 677 publicaciones sobre Z. jujuba. Muchas se referían al cultivo de la fruta, pero un gran número describía los efectos de los extractos en las células de roedores y, por lo general, atribuían cualquier beneficio que se observara a los antioxidantes. ¡Pero no apareció ni un solo estudio que investigara los efectos de las azufaifas en seres humanos! El más cercano era un estudio que demostró que el sabor del bizcocho se puede mejorar con la adición de extracto de azufaifo.



Prácticamente todos los estudios provienen de China, en su mayoría de instituciones dedicadas al estudio de las medicinas tradicionales orientales. El hallazgo de algún beneficio en cultivos celulares o en roedores no es una sorpresa porque las azufaifas son una fruta y los extractos de frutas siempre ofrecen beneficios potenciales para la salud, ya sean arándanos, bayas de goji, uvas, manzanas, cerezas o casi cualquier otra fruta o verdura que se les ocurra. El único mensaje que se deduce de todo esto es que deberíamos comer muchas frutas y verduras.

Sin embargo, aprendí algo que distingue a las azufaifas de otras frutas. Hay un árbol antiguo en Al-Qurnah, Irak, muerto hace mucho tiempo, pero que aún se mantiene en pie, y que aparentemente es un azufaifo. Más que eso, se dice de él que es el "árbol del conocimiento del bien y del mal" original que Dios plantó en el Jardín del Edén. 

Si eso es así, entonces resulta que Eva tentó a Adán con un azufaifo y la cosa no resultó demasiado bien. Aunque sea así, como son recuerdos de mi niñez, me encanta comer azufaifas a pesar de que no espero que comerlas me ayude a dormir mejor, calmar mi mente o ayudarme a recordar todo lo que acabo de aprender sobre estos "dátiles chinos" rojos.