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Hembra de la araña Nephilengys malabarensis en su tela. Foto de ekavieka / Alamy Stock Photo. |
La arañas ermitañas (Nephilengys
malabarensis), que viven en el sureste de Asia (India, Sri Lanka,
Filipinas, China, Japón e Indonesia) alimentándose de pequeños insectos, no son
unos arácnidos comunes; han desarrollado una adaptación que les permite
reproducirse mientras escapan del canibalismo de las hembras: pueden desprenderse
de su “pene” y de alguna que otra pata.
Esta especie de araña presenta un
dimorfismo sexual extremo, lo que significa que machos y hembras tienen una
apariencia muy diferente. Las hembras pueden medir hasta aproximadamente 1,5 centímetros,
mientras que los machos apenas miden menos de medio centímetro.
Los machos se enfrentan a riesgos considerables durante el apareamiento debido a la agresiva voracidad de las hembras, que pueden matar y devorar a sus parejas antes o después de la cópula. El sexo puede ser tan peligroso para los machos que han desarrollado la capacidad de desprenderse el pene para dejarlo bombeando esperma mientras huyen a toda prisa.
En este proceso de "cópula a
distancia", el palpo de la araña macho (su órgano de liberación de
esperma, del cual posee dos) puede desprenderse dentro del tracto reproductivo
de la hembra. El palpo desprendido permanece dentro de ella y continua
bombeando esperma incluso después de que el macho haya puesto pies en polvorosa.
Al estudiar este "fenómeno autocapador",
los biólogos han descubierto no solo que cuanto más tiempo permanece el palpo
cercenado en los genitales femeninos, más espermatozoides transfiere; también que
la amputación del palpo inducida por la hembra acelera la transferencia de
espermatozoides.
El “pene desmontable” también
cumple otra función importante: actúa como tapón de apareamiento. Tras
romperse, el émbolo —una estructura similar a una aguja que transporta el
esperma— permanece alojado en el orificio reproductivo de la hembra para evitar
que otros machos se apareen con ella. Eso reduce la competencia espermática y
aumenta la probabilidad de transmisión de los genes del macho.
Después de perder el miembro, la
araña macho también se vuelve más agresiva y protege a la hembra de otros
machos que podrían intentar desalojar el "tapón palpo" e inseminar a su
“amada”. Y es que según un estudio
publicado en la revista Animal Behaviour con el sugestivo título de
“Los eunucos son mejores luchadores”, la eliminación de un palpo reduce
el peso corporal de la araña y aumenta su resistencia, lo que potencia su
capacidad de lucha.
Este descubrimiento respalda lo
que los investigadores denominan una estrategia de apareamiento en la que las
arañas no tienen otra razón de vida que proteger a sus posibles crías. Las
arañas macho también tienen otro truco para evitar ser devorados por las
hembras: a veces, les ofrecen una de sus patas como distracción durante el
apareamiento. Este acto de autoamputación reduce el riesgo de ser atacado o
devorado durante el apareamiento. Además, le permite al macho ganar tiempo para
poner sus otras siete patas en marcha.
Nephilengys malabarensis. a:
Dimorfismo sexual entre hembra (izquierda) y macho (derecha). b: Un macho
encima de la hembra listo para insertar su palpo durante la cópula. c: un macho
rompe su palpo que se aloja en el órgano receptor (epiginum) de la hembra
(encerrado en un círculo).
Mutilación de palpos en Nephilengys malabarensis. A: La punta del émbolo se rompe (a la derecha) después de que el palpo se use para la cópula. B: fragmento del émbolo (mostrado por una flecha) alojado en la espermateca de la hembra.