domingo, 9 de febrero de 2025

LLEGA SAN VALENTÍN: OLVÍDATE DE LOS AFRODISÍACOS

 

Phallus impudicus. Wikipedia

Febrero, 14, día de San Valentín: llega el amor y su deseable consecuencia. el sexo. Entonces es cuando entran en juego los afrodisíacos. ¿Cuerno de rinoceronte, ginseng, mandrágoras, espárragos o “moscas españolas” para potenciar la sexualidad? No te lo creas.

Según se dice, las sustancias afrodisíacas, que llevan el nombre de Afrodita, la diosa griega del amor y la pasión, están destinadas a estimular la libido y representan algo así como el bálsamo de Fierabrás para quienes de alguna manera se sienten sexualmente insatisfechos.

Hubo un tiempo en que estaba muy extendida la creencia de que una sustancia de origen animal o vegetal podía servir como afrodisíaco si su forma se parecía al cuerpo humano o a una parte de este (preferiblemente relacionada con lo genital).

Probablemente por su apariencia fálica, el cuerno de rinoceronte que, a pesar de que está hecho exclusivamente de queratina, la misma proteína que forma el cabello y las uñas, todavía se venera en algunas partes de Asia como un estimulante "mágico". Consumir cuerno de rinoceronte en polvo tiene más o menos el mismo efecto sobre el apetito sexual que morderse las uñas. Desgraciadamente, el rinoceronte ha sido cazado casi hasta estar en peligro de extinción debido a la absurda creencia en sus efectos afrodisíacos.

Las raíces de ginseng, procedentes de varias plantas del género asiático Panax, suelen tener un aspecto remotamente similar al humano, lo que probablemente haya contribuido a su popularidad como impulsor de la sexualidad. Veamos.

Hay algunas pruebas clínicas, de que el ginseng ejerce un efecto sobre la disfunción eréctil al desencadenar la liberación de óxido nítrico, un neurotransmisor, cuyo mecanismo de actuación es exactamente el mismo de la Viagra. Incluso si se confirmara eso, que todavía está por ver, ni el ginseng ni la Viagra pueden clasificarse como afrodisíacos. Ambos pueden proporcionar cierta ayuda “mecánica”, pero no aumentan la libido, cuyo control reside en una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales.

En algunos lugares, ciertas orquídeas han sido consideradas un símbolo de amor y admiración, porque sus raíces bituberculadas evocan la imagen de los testículos masculinos (de hecho, “orquis” significa testículo en griego). Algo así ocurre con un extraño hongo maloliente, el falo de perro (Phallus impudicus), que tiene un supuesto efecto estimulante sobre el pene humano al que se parece. Bucee en PubMed, la principal fuente de publicaciones médicas, y no encontrará prueba alguna de que se haya observado tal actividad.

Casi todos los alimentos que se han consumido a lo largo de la historia se han asociado en algún momento con ciertas propiedades afrodisíacas. Los tomates se llamaban antiguamente "manzanas del amor" y se creía que eran la verdadera fruta prohibida del Edén. Los aguacates (los aztecas usaban la palabra "ahucatl", que significa testículo para denominar esta fruta), las cebollas, el ajo, las anguilas, las almejas, la miel, los huevos, las setas, los plátanos e incluso las espinacas (como ya nos demostró Popeye) tienen fama de ser afrodisíacos.

Las anguilas y los plátanos son obviamente fálicos y las almejas y las ostras se parecen algo a los genitales femeninos. Los espárragos, también fálicos, también se han utilizado mucho como estimulantes sexuales, aunque lo único que consiguen es impregnar la orina de algunas personas con un olor característico.

Las bebidas alcohólicas han sido probablemente los "afrodisíacos" más utilizados. Su consumo puede producir cierta disminución de las inhibiciones, pero siempre hay que recordar el famoso verso de Macbeth sobre cómo «el alcohol provoca el deseo, pero quita la capacidad de actuar»

En tiempos bíblicos, nos recuerda el Antiguo Testamento, la raíz de mandrágora (de aspecto humanoide como la del ginseng) era muy buscada por sus supuestos poderes. En Génesis 29, por ejemplo, puede leerse que Raquel deseaba tanto un poco de esta raíz que permitió que Lea, su hermana, se acostara con su marido Jacob a cambio de un poco de esa raíz.

Hacía tiempo que Lea no concebía, y se creía que la planta, cuyas raíces se asemejan al cuerpo humano, ayudaba a la fertilidad. Frustrada por no poder concebir, Raquel le ofreció a Lea cambiar su noche con su marido a cambio de las mandrágoras. Lea aceptó, y esa noche se acostó con Jacob y concibió a Isaac. Después dio a luz a Zabulón y a una hija, Dina. A continuación, Dios se acordó de Raquel y le dio dos hijos, José y Benjamín.


Como descepar una mandrágora. Imagen del manuscrito del siglo XV Tacuinum SanitatisImagen. 

Pero tal vez el afrodisíaco más famoso sea la “mosca española”, obtenida de los escarabajos cantáridos, supuestamente los favoritos de Casanova y del católico Rey Fernando, quien al parecer los utilizaba para satisfacer a su segunda esposa, la joven Germana de Foix. Como nos recordó Luis Monje en un divertido artículo, «la cantaridina debe su nombre a que se aisló inicialmente de un insecto alargado de color verde metálico llamado cantárida, también conocido como escarabajo del fresno (Lytta vesicatoria) o mosca de España que, al igual que Puertollano que ni es puerto ni es llano, ni es mosca, ni es exclusiva del solar patrio por más que guste de dejarse ver por nuestras fresnedas y alisedas.

[…] cantárida ha permanecido en el discreto anonimato propio del anacoreta, la traviesa cantárida pasó a la posteridad como una famosa e involuntaria agente de intrigas en las cortes europeas, cuyas coronadas cabezas han sido de siempre más aficionadas al fornicio que al cilicio.

La cantárida, como cualquier coleóptero que se precie, tiene un duro exoesqueleto que en esta especie es rico en una feromona irritante llamada cantaridina. Como nos recuerda el profesor de la Complutense José Ignacio Arana en Los grandes polvos de la historia, un ensayo tan riguroso como desenfadado, la cantaridina, transformada en polvo, es buena para el ídem, habida cuenta de que en pequeñísimas cantidades produce una irritación en la uretra que provoca que el miembro masculino se ponga cual mastelero de gavia y que el sexo opuesto entre en lo que ha dado en llamarse furor uterino.

El polvo de cantárida llegó a ser tan usado para doblegar féminas, que eminentes lingüistas y etimólogos atribuyen a su empleo el origen de la frase “echar un polvo”»

La "mosca española" es realmente un coleóptero, Lytta vesicatoria. 

En cualquier caso, no se aficione: la cantaridina es un compuesto potencialmente peligroso que puede provocar inflamación del tracto urogenital y, en dosis lo suficientemente altas, insuficiencia renal.

Por último, se dice que el emperador azteca Moctezuma consumía chocolate para reforzar su virilidad antes de visitar a su harén y en una época se creía que el chocolate era tan provocativo de inmoralidad que la Iglesia en España prohibía su consumo en seminarios y conventos. El supuesto efecto se ha atribuido a la feniletilamina del chocolate, pero no hay ninguna prueba de que tenga un efecto afrodisíaco. Y lo que es más, la feniletilamina, se descompone al pasar por el tracto digestivo, así que su efecto metabólico es nulo.

En cualquier caso, hay mucha más feniletilamina en el chucrut que en el chocolate. Pero no es muy romántico aparecer en la puerta de tu ser amado con un frasco de col fermentada.

Compra bombones y que sea lo que San Valentín quiera. ¡Feliz día!