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Phallus impudicus. Wikipedia |
Febrero, 14, día de San
Valentín: llega el amor y su deseable consecuencia. el sexo. Entonces
es cuando entran en juego los afrodisíacos. ¿Cuerno de rinoceronte, ginseng, mandrágoras,
espárragos o “moscas españolas” para potenciar la sexualidad? No te lo creas.
Según se dice, las sustancias afrodisíacas,
que llevan el nombre de Afrodita, la diosa griega del amor y la pasión, están
destinadas a estimular la libido y representan algo así como el bálsamo de
Fierabrás para quienes de alguna manera se sienten sexualmente insatisfechos.
Hubo un tiempo en que estaba muy
extendida la creencia de que una sustancia de origen animal o vegetal podía
servir como afrodisíaco si su forma se parecía al cuerpo humano o a una parte de
este (preferiblemente relacionada con lo genital).
Probablemente por su apariencia
fálica, el cuerno de rinoceronte que, a pesar de que está hecho exclusivamente de
queratina, la misma proteína que forma el cabello y las uñas, todavía se venera
en algunas partes de Asia como un estimulante "mágico". Consumir
cuerno de rinoceronte en polvo tiene más o menos el mismo efecto sobre el apetito
sexual que morderse las uñas. Desgraciadamente, el rinoceronte ha sido cazado
casi hasta estar en peligro de extinción debido a la absurda creencia en sus
efectos afrodisíacos.
Las raíces de ginseng, procedentes
de varias plantas del género asiático Panax, suelen tener un aspecto remotamente
similar al humano, lo que probablemente haya contribuido a su popularidad como impulsor
de la sexualidad. Veamos.
Hay algunas pruebas clínicas, de
que el ginseng ejerce un efecto sobre la disfunción eréctil al desencadenar la
liberación de óxido nítrico, un neurotransmisor, cuyo mecanismo de actuación es
exactamente el mismo de la Viagra. Incluso si se confirmara eso, que todavía
está por ver, ni el ginseng ni la Viagra pueden clasificarse como afrodisíacos.
Ambos pueden proporcionar cierta ayuda “mecánica”, pero no aumentan la libido, cuyo
control reside en una combinación de factores biológicos, psicológicos y
sociales.
En algunos lugares, ciertas orquídeas
han sido consideradas un símbolo de amor y admiración, porque sus raíces bituberculadas
evocan la imagen de los testículos masculinos (de hecho, “orquis” significa
testículo en griego). Algo así ocurre con un extraño hongo maloliente, el falo
de perro (Phallus impudicus), que tiene un supuesto efecto estimulante
sobre el pene humano al que se parece. Bucee en PubMed, la principal fuente de
publicaciones médicas, y no encontrará prueba alguna de que se haya observado
tal actividad.
Casi todos los alimentos que se
han consumido a lo largo de la historia se han asociado en algún momento con ciertas
propiedades afrodisíacas. Los
tomates se llamaban antiguamente "manzanas del amor" y se creía
que eran la verdadera fruta prohibida del Edén. Los
aguacates (los aztecas usaban la palabra "ahucatl", que significa
testículo para denominar esta fruta), las cebollas, el ajo, las anguilas, las
almejas, la miel, los huevos, las setas, los plátanos e incluso las espinacas (como
ya nos demostró Popeye) tienen fama de ser afrodisíacos.
Las anguilas y los plátanos son
obviamente fálicos y las almejas y las ostras se parecen algo a los genitales
femeninos. Los
espárragos, también fálicos, también se han utilizado mucho como
estimulantes sexuales, aunque lo único que consiguen es impregnar la orina de
algunas personas con un olor característico.
Las bebidas alcohólicas han sido probablemente los "afrodisíacos" más utilizados. Su consumo puede producir cierta disminución de las inhibiciones, pero siempre hay que recordar el famoso verso de Macbeth sobre cómo «el alcohol provoca el deseo, pero quita la capacidad de actuar».
En tiempos bíblicos, nos recuerda el Antiguo Testamento,
la
raíz de mandrágora (de aspecto humanoide como la del ginseng) era muy
buscada por sus supuestos poderes. En Génesis 29, por ejemplo, puede
leerse que Raquel deseaba tanto un poco de esta raíz que permitió que Lea, su
hermana, se acostara con su marido Jacob a cambio de un poco de esa raíz.
Hacía tiempo que Lea no concebía, y se creía que la planta, cuyas raíces se asemejan al cuerpo humano, ayudaba a la fertilidad. Frustrada por no poder concebir, Raquel le ofreció a Lea cambiar su noche con su marido a cambio de las mandrágoras. Lea aceptó, y esa noche se acostó con Jacob y concibió a Isaac. Después dio a luz a Zabulón y a una hija, Dina. A continuación, Dios se acordó de Raquel y le dio dos hijos, José y Benjamín.
Como descepar una mandrágora. Imagen del manuscrito del siglo XV Tacuinum Sanitatis. Imagen.
Pero tal vez el afrodisíaco más
famoso sea la “mosca española”, obtenida de los escarabajos cantáridos,
supuestamente los favoritos de Casanova y del católico Rey Fernando, quien al parecer
los utilizaba para satisfacer a su segunda esposa, la joven Germana de Foix. Como
nos recordó Luis
Monje en un divertido artículo, «la cantaridina debe su nombre a que se
aisló inicialmente de un insecto alargado de color verde metálico llamado
cantárida, también conocido como escarabajo del fresno (Lytta vesicatoria)
o mosca de España que, al igual que Puertollano que ni es puerto ni es llano,
ni es mosca, ni es exclusiva del solar patrio por más que guste de dejarse ver
por nuestras fresnedas y alisedas.
[…] cantárida ha permanecido en el discreto anonimato propio del anacoreta, la traviesa cantárida pasó a la posteridad como una famosa e involuntaria agente de intrigas en las cortes europeas, cuyas coronadas cabezas han sido de siempre más aficionadas al fornicio que al cilicio.
La cantárida, como cualquier coleóptero que se precie, tiene un duro exoesqueleto que en esta especie es rico en una feromona irritante llamada cantaridina. Como nos recuerda el profesor de la Complutense José Ignacio Arana en Los grandes polvos de la historia, un ensayo tan riguroso como desenfadado, la cantaridina, transformada en polvo, es buena para el ídem, habida cuenta de que en pequeñísimas cantidades produce una irritación en la uretra que provoca que el miembro masculino se ponga cual mastelero de gavia y que el sexo opuesto entre en lo que ha dado en llamarse furor uterino.
El polvo de cantárida llegó a ser
tan usado para doblegar féminas, que eminentes lingüistas y etimólogos
atribuyen a su empleo el origen de la frase “echar un polvo”». La "mosca española" es realmente un coleóptero, Lytta vesicatoria.
En cualquier caso, no se aficione: la cantaridina es un compuesto
potencialmente peligroso que puede provocar inflamación del tracto urogenital
y, en dosis lo suficientemente altas, insuficiencia renal.
Por último, se dice que el
emperador azteca Moctezuma
consumía chocolate para reforzar su virilidad antes de visitar a su harén y
en una época se creía que el chocolate era tan provocativo de inmoralidad que
la Iglesia en España prohibía su consumo en seminarios y conventos. El supuesto
efecto se ha atribuido a la feniletilamina del chocolate, pero no hay ninguna
prueba de que tenga un efecto afrodisíaco. Y lo que es más, la feniletilamina, se
descompone al pasar por el tracto digestivo, así que su efecto metabólico es
nulo.
En cualquier caso, hay mucha más
feniletilamina en el chucrut que en el chocolate. Pero no es muy romántico
aparecer en la puerta de tu ser amado con un frasco de col fermentada.
Compra bombones y que sea lo que San
Valentín quiera. ¡Feliz día!