Whisky
Galore! (Whisky en abundancia), la versión cinematográfica de 1949 (hay una versión
menos recomendable de 2016) de la novela homónima de Compton MacKenzie, es
una comedia británica basada en la historia de
un grupo de isleños escoceses que soportaron con paciencia el racionamiento
durante II Guerra Mundial hasta que se agotó su asignación de whisky, todo un
desastre para unos isleños aburridos acostumbrados a empinar el codo y para
quienes la bebida es una parte esencial de sus relaciones sociales.
Su suerte cambió por completo cuando un barco, el SS Politician, encalló en su isla natal. En la mañana del 5 de febrero de 1941 el carguero había zarpado de Liverpool con destino a Nueva York, con las bodegas repletas de miles de botellas de güisqui escocés. Unos días después, el Politician encalló en unas rocas semisumergidas de la costa oriental de Eriskay junto a Calvay, en las Hébridas escocesas. El casco se rompió y, ante la imposibilidad de volver a reflotarlo, el capitán ordenó enviar mensajes de socorro.
Una vez que la tripulación llegó sana y salva a tierra a bordo de un barco que la rescató, los habitantes de las Hébridas se pusieron rápidamente manos a la obra para intentar "rescatar" el cargamento de miles de botellas de whisky que se almacenaban en las bodegas del pecio. Tuvieron éxito: rescataron unas 24.000 botellas.
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James Morrison, un isleño de Smerclate, con una de las botellas de güsqui del SS Politician, que se hundió frente a la costa de Eriskay en 1941 (Cortesía de The Scotsman Publications Ltd,) |
Liberar un producto ya elaborado de un pecio es una cosa, pero ahora se está planeando un proyecto más ambicioso de fermentación del güisqui basado en un naufragio más antiguo.
El 12 de noviembre de 1878, el James
R. Bentley navegaba por el lago Huron cuando se desató una fuerte tormenta.
Las grandes olas y los fuertes vientos tumbaron la goleta de madera, que se hundió hasta el fondo del lago cerca de la punta norte de
Michigan. Un barco cercano rescató a la tripulación, pero el cargamento (36.000
fanegas de centeno) se perdió.
Hago un inciso: el whisky es un licor, de color ámbar producido por la destilación del jugo obtenido por la fermentación alcohólica que algunos hongos realizan a partir de granos de cereales como la cebada o el centeno que, una vez destilados, se añeja en barriles de roble.
Después de pasar lel último siglo y medio sumergido en las frías aguas del lago Huron, parte de ese
centeno está empezando una segunda vida. Un equipo de científicos, destiladores y
buceadores de Michigan comenzado hace un década los trabajos encaminados a resucitar los
granos sumergidos para intentar convertirlos algún día en güisqui a
partir de lo que se creía que era una variedad del cereal perdida hace mucho
tiempo.
Un
equipo de buceadores navegó por el lago Huron, se sumergió hasta el pecio y llenó
varios tubos de ensayo con semillas de centeno del siglo XIX. El objetivo era
utilizar el grano para cultivarlo en laboratorio, cosechar el grano producido y multiplicarlo en el campo.
Las semillas rescatadas se guardaron en hielo y se llevaron a un laboratorio de la Universidad Estatal de Michigan. Muchas de ellas estaban podridas, pero algunas parecían estar sanas. En el laboratorio, Eric Olson, un botánico especializado en el cultivo y la genética del trigo, comenzó a experimentar para intentar que las semillas germinaran.
Después de varios ensayos, ninguna de las
semillas germinó, lo que frustró el proyecto original.
Sin embargo, Olson no se dejó intimidar. No abandonó el proyecto y puso en
marcha una idea alternativa: utilizar métodos de edición genética del siglo XXI
para extraer ADN del viejo grano procedente del naufragio e
incorporarlo al genoma de una variedad moderna de centeno.
De esa manera, Olson espera que con el tiempo se pueda elaborar un güisqui a partir del grano modificado genéticamente. Aunque cualquier
bebida alcohólica producida con este método no será de la variedad original de
centeno que se hundió con el James R. Bentley, será diferente a una bebida hecha con una
variedad moderna que bien pudiera tener características interesantes y alcanzar precios elevados en un mercado sediento de novedades.
Por lo demás, como nadie da puntada sin hilo, Chad Munger, el fundador de Mammoth Distilling, una destilería de Michigan, que organizó el rescate y financia el proyecto, espera que su iniciativa conduzca al resurgir de la agricultura del centeno en Michigan, un estado que históricamente fue un importante productor del cereal. También quiere ayudar a desarrollar en Michigan una "Ruta del Centeno", una iniciativa turística que conectaría granjas y destilerías de todo el estado, similar a la Ruta del Bourbon de Kentucky, que cada año atrae a miles de turistas al "Estado Soleado".
Ese es el espíritu que impulsa la creación de una resucitada bebida espirituosa. Todavía no hay nada que beber, pero compartir la historia es una excusa para levantar una copa y desearle a todos los lectores del blog un Feliz Año Nuevo. ¡Slàinte mhath!