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miércoles, 8 de enero de 2025

¡WHISKY EN ABUNDANCIA!: UNA HISTORIA DE NAUFRAGIOS Y LICORES

 

Whisky Galore! (Whisky en abundancia), la versión cinematográfica de 1949 (hay una versión menos recomendable de 2016) de la novela homónima de Compton MacKenzie, es una comedia británica basada en la historia de un grupo de isleños escoceses que soportaron con paciencia el racionamiento durante II Guerra Mundial hasta que se agotó su asignación de whisky, todo un desastre para unos isleños aburridos acostumbrados a empinar el codo y para quienes la bebida es una parte esencial de sus vidas.

Su suerte cambió por completo cuando un barco, el SS Politician, encalló en su isla natal. El carguero fue botado en 1921 con el nombre de SS London Merchant. Vendido en 1935, fue rebautizado y su tripulación lo llamaba cariñosamente Polly. Luego, durante la Segunda Guerra Mundial, participó en los convoyes del Atlántico que transportaban mercancías entre Gran Bretaña y los Estados Unidos.

En la mañana del 5 de febrero de 1941 zarpó de Liverpool con destino a Nueva York, transportando miles de botellas de güisqui escocés en un cargamento mixto que incluía importantes cantidades de moneda jamaicana acuñada en Londres. El Politician encalló en unas rocas semisumergidas a lo largo de la costa oriental de Eriskay junto a Calvay, en las Hébridas escocesas. El casco se rompió y se enviaron mensajes de socorro desde el barco.

Una vez que la tripulación llegó a sana y salva a tierra, los habitantes de las Hébridas se pusieron rápidamente manos a la obra para intentar "rescatar" el cargamento de miles de botellas de whisky que se almacenan en las bodegas del carguero. Tuvieron éxito: rescataron unas 24.000 botellas.  [Hago un inciso por si alguien no lo sabe: el whisky es un licor, de color ámbar producido por la destilación del jugo obtenido por la fermentación alcohólica que algunos hongos realizan a partir de granos de cereales como la cebada o el centeno que, una vez destilados, se añeja en barriles de roble].

James Morrison, un isleño de Smerclate, con una de las botellas de güsqui del SS Politician, que se hundió frente a la costa de Eriskay en 1941 (Cortesía de The Scotsman Publications Ltd,)

Liberar un producto ya elaborado de un pecio es una cosa, pero ahora se está planeando un proyecto más ambicioso de fermentación del güisqui basado en un naufragio más antiguo.

El 12 de noviembre de 1878, el James R. Bentley navegaba por el lago Huron cuando se desató una fuerte tormenta. Las grandes olas y los fuertes vientos tumbaron a la goleta de madera de tres mástiles, que se hundió hasta el fondo del lago cerca de la punta norte de Michigan. Un barco próximo rescató a la tripulación, pero el cargamento (36.000 fanegas de centeno) se perdió.

En 2014, después de pasar los últimos 146 años sumergido en las frías aguas del lago Huron, parte de ese centeno empezó una segunda vida. Un equipo de científicos, destiladores y buceadores de Michigan comenzaron los trabajos encaminados a resucitar los granos sumergidos con la esperanza de poder convertirlos algún día en güisqui a partir de lo que se creía que era una variedad del cereal perdida hace mucho tiempo.

A mediados de septiembre, un equipo navegó a través del lago Huron, se sumergió hasta el pecio y llenó varios tubos grandes con semillas de centeno del siglo XIX. El objetivo no era utilizar el material liberado del barco, sino cultivarlo a partir de esas semillas para luego cosechar el grano que producía y multiplicarlo en sucesivas cosechas.

Una vez que los buzos volvieron a superficie, se colocaron las semillas en hielo y las llevaron a un laboratorio de la Universidad Estatal de Michigan. Muchas de las semillas eran negras, blandas y malolientes, pero algunas parecían estar sanas. En el laboratorio, Eric Olson, un botánico especializado en el cultivo y la genética del trigo, comenzó a experimentar para ver si podía lograr que las semillas germinaran. Puso algunas en almacenamiento en frío, sumergió otras en una solución de hormonas e hizo otros ensayos.

Desgraciadamente, ninguna de las semillas germinó, lo que frustró el proyecto original de producción de güisqui. Sin embargo, Olson no se dejó intimidar. No abandonó su proyecto y puso en marcha una idea alternativa: utilizar métodos de edición genética del siglo XXI para extraer ADN del viejo grano procedente del naufragio del siglo XIX e incorporarlo al genoma de una variedad moderna de centeno.

De esa manera, se espera producir un güisqui a partir del grano modificado genéticamente. Si bien cualquier bebida alcohólica producida con este método no será de la variedad original de centeno que se hundió con el barco, será diferente a una bebida hecha con una variedad moderna y puede tener características interesantes y alcanzar precios desorbitantes en un mercado sediento de novedades.

Por lo demás, como nadie da puntada sin hilo, Chad Munger, el fundador de Mammoth Distilling en Michigan, que organizó el rescate y financia el proyecto, espera que su iniciativa conduzca a un resurgimiento de la agricultura del centeno en Michigan, que históricamente fue un importante estado productor del cereal. También quiere ayudar a desarrollar una Ruta del Centeno de Michigan, una iniciativa turística que conectaría granjas y destilerías de todo el estado, similar a la Ruta del Bourbon de Kentucky.

Ese es el espíritu que impulsa la creación de una resucitada bebida espirituosa. Bueno, todavía no hay nada que beber, pero compartir la historia es una excusa para levantar una copa y desearle a todos los lectores del blog un Feliz Año Nuevo. ¡Slàinte mhath!