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domingo, 12 de enero de 2025

LOS VIENTOS DE SANTA ANA Y LOS INCENDIOS DEL SUR DE CALIFORNIA

 

Los vientos de Santa Ana empujan el humo de los incendios de California hacia el Pacífico. Imagen de la NOAA de los incendios Thomas de 2017. En los de 2025 los focos son practicamente los mismos.

La primera vez que realicé trabajos de campo en Baja California, hace ya treinta y cinco años, escuché a mis compañeros, todos ellos botánicos expertos, hablar sobre la peligrosidad de los vientos de Santa Ana, principales responsables de los incendios que, después del caluroso verano californiano, con la tierra recalentada, asolaban el sur de California y el norte de Baja California, unos territorios de clima mediterráneo cubiertos por una vegetación arbustiva de chaparral, un combustible natural extraordinariamente inflamable.

A partir del 7 de enero de 2025, esos vientos, a veces casi huracanados, golpearon con fuerza las montañas de las afueras de Los Ángeles y provocaron incendios forestales en varios barrios rodeados de una vegetación de chaparral con encinos y pinos. Un día después habían ardido más de mil edificios, en su mayoría viviendas, y al menos cinco personas habían muerto.

Mientras escribía este artículo, la tarde del 11 de enero, el número de fallecidos había ascendido a once y los incendios seguían fuera de control, porque con vientos tan fuertes los bomberos poco podían hacer para controlar las llamas. Las autoridades han instado a unas 200.000 residentes a evacuar.

Estado de los incendios en el sur de California a las 9:30 am del 11 de enero de 2025. Las zonas marcadas en amarillo son las que ardían en ese momento. Fuente. En ese enlace puede seguirse interactivamente la evolución de los incendios.

¿Cuál es la causa los vientos de Santa Ana?

Cada temporada, entre septiembre de un año y enero del siguiente, los potentes vientos secos de Santa Ana soplan desde las montañas costeras hacia el litoral del sur de California. Se producen una media de diez vientos al año y cuando el clima otoñal ha sido seco, como ha ocurrido en 2024, con el chaparral convertido en yesca potencial, estos vientos se convierten en un grave peligro de incendio.

Los vientos de Santa Ana se producen cuando hay altas presiones al este, en los desiertos y semidesiertos del interior (Gran Cuenca y Mohave), y un sistema de bajas presiones frente a la costa. Las masas de aire se mueven de alta a baja presión, y cuanto más extrema es la diferencia de presión, más rápidos y potentes soplan los vientos.

El mapa muestra cómo soplan los vientos de Santa Ana, que soplan desde las montañas hacia la costa, secándose y calentándose a medida que descienden. Modificado a partir de un croquis del USGS.

A medida que los vientos descienden desde la cima de las montañas de San Bernardino y San Gabriel, se recalientan y se secan por efecto föehn. Cuando los vientos llegan al punto en el que se declaró el incendio de Eaton en Altadena el 7 de enero, el viento tenía menos de un 5% de humedad relativa, es decir, prácticamente la misma que emite un secador de pelo.

Los angostos barrancos típicos de las abruptas montañas costeras californianas actúan como chimeneas canalizadoras de los vientos. Por eso, resulta sorprendente que algunas zonas (las situadas en las desembocaduras de barrancos y cañones), estallarán en llamas mientras que las aledañas apenas sufrieran daños, Cuando acabe el incendio, la topografía la escala local denunciará lo que estoy escribiendo. Cuando trabajaba en las montañas costeras, la distribución de las diferentes comunidades de chaparral (prostradas en las zonas venteadas y erectas con algunos encinos en las zonas protegidas) permitía dibujar con precisión los mapas de vegetación.

La imagen muestra los fuertes vientos que soplan en alta mar a lo largo de la costa del sur de California. Los vientos más rápidos se indican en rojo, con los colores naranja, azul, negro y gris que representan velocidades de viento progresivamente más lentas. Fuente.

¿Por qué el riesgo de incendio era tan elevado?

Un estudio realizado hace unos años por ecólogos de la Universidad de San Diego demostró que la humedad otoñal reduce el riesgo de incendios provocados por los vientos de Santa Ana. Normalmente, en estas fechas el sur de California ya ha llovido lo suficiente como para que la vegetación esté húmeda y no arda con facilidad.

Este año, sin embargo, el sur de California presenta condiciones muy secas, con muy poca humedad en los meses de otoño. Con estos vientos extremos, los incendios indomables estaban servidos. Los bomberos de la zona lo saben: si con un tiempo como este hay un incendio fuerte provocado por Santa Anas, evacuarán a la gente antes del frente hay muy pocas posibilidades de detenerlo hasta que amaine.

¿Han cambiado los vientos de Santa Ana?

Los vientos de Santa Ana no son nuevos, pero en los últimos años se repiten con mayor frecuencia más a menudo en esta temporada. En un estudio en el que se comparan 71 años de vientos de Santa Ana a partir de 1948, se ha comprobado que la actividad global de los vientos es prácticamente la misma, pero que el calendario está cambiando, pasando de menos fenómenos en septiembre a más en diciembre y enero.

Aunque esta vez la conexión de este incremento con el cambio climático parece fácil, por el momento no hay pruebas sustanciales de ello, aunque como ha ocurrido con la DANA valenciana el urbanismo desordenado y desaforado multiplica los riesgos producidos por eventos naturales.

California está experimentando crecimiento de la población, la red eléctrica se ha ampliado y cada vez hay más gente viviendo en zonas semisilvestres rodeadas de naturaleza, lo que aumenta las oportunidades para que se produzcan incendios. En condiciones meteorológicas extremas, los tendidos eléctricos corren un mayor riesgo de desplomarse o de ser golpeados por las ramas de los árboles, lo que acaba por producir las chispas provocadoras de incendios.

La superficie quemada a causa de incendios relacionados con tendidos eléctricos se ha ampliado enormemente: hoy en día es la principal fuente de ignición de los incendios destructivos en el sur de California.

El incendio de Eaton, en Altadena/Pasadena, al noreste Los Ángeles, que ha calcinado muchas viviendas, se encuentra en las faldas de las montañas de San Gabriel. Hace 50 años, vivía allí menos gente y algunas zonas del piedemonte estaban rodeadas de huertos de cítricos, por lo que los incendios de las montañas se extinguían en los huertos antes de llegar a las casas. Hoy en día, no hay ninguna barrera entre las casas y la naturaleza. El foco de ignición del incendio de Eaton parece haber estado cerca o dentro de uno de esos barrios.

Por lo demás, las casas en Eaton, en Palisades y en mucas áreas residenciales californianas (y en todo Estados Unidos) están hechas de maderas importadas de Canadá y de materiales secos de altísima inflamabilidad. Cuando la atmósfera está reseca, arden como teas, lo que permite que el fuego se propague rápidamente por los barrios con un gran riesgo de incendios destructivos.