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lunes, 6 de enero de 2025

LAS COPAS DE CHAMPÁN Y LOS PECHOS DE MADAME POMPADOUR

 

Los asnos también pueden participar en los hipódromos. De un proverbio indio.

Llevado por la morbosidad, leo donde no acostumbro que el escritor (y académico) Arturo Pérez Reverte no se decantó por ninguna opción televisiva para despedir el año y optó por un método más tradicional para tomarse las doce uvas, porque: «no hay nada como un buen reloj en casa, de campanadas. De los de toda la vida. Se completa con unas uvas, una botella de champán y copas adecuadas».

Además de denostar a diestro y siniestro, seguro que el competente académico y rotundo sabelotodo habrá disfrutado de una copa de champán en las copas adecuadas, pero ¿cuáles son los tipos de copa adecuados? Lo cuento para el común de los mortales.

Un poco de historia o de como un fraile inventó el champán

El champán se produce principalmente a partir de uvas tintas (¡sí, tintas!) en la región de Champaña, Francia. Desde el momento en que se prensan las uvas Pinot Noir en el viñedo, seguido de un proceso en el que se pone una meticulosidad casi enfermiza para garantizar que ni siquiera un rastro del pellejo tinto termine en el caldo blanco, hasta que llega el momento en que se descorcha, el champán recibe más cuidados y atenciones que cualquier otro vino del mundo.

En el siglo XVIII, Dom Perignon, un monje ciego, fue el primero en dar el primer puntazo. Descubrió que, si se cerraba herméticamente una botella de vino antes de que terminara la fermentación, las burbujas de dióxido de carbono no podían escapar y se obtenía una bebida efervescente.

Su agudo sentido del olfato, fruto de su ceguera, le permitió maximizar el sabor del vino mediante una meditada y paciente combinación de diferentes caldos de uva. Hasta el día de hoy, el champán se produce con los métodos iniciados por Dom Perignon.


Ahora, las copas. Moet et Chandon, en Reims, es el productor de Dom Perignon, el rey de los champanes. Según explican los guías a los visitantes (que quedan encantados), en una preciosa leyenda apócrifa, las tradicionales copas de champán con forma de platillo fueron diseñadas siguiendo la forma de los pechos de Madame de Pompadour. La amante favorita de Luis XV, según cuenta la fábula, encargó a un soplador de vidrio que hiciera las copas para complacer al rey, que estaba muy enamorado de sus lindos pechitos.

Sea cual sea la auténtica etiología de esas copas, una cosa es segura: no tienen la forma adecuada para beber champán, porque a nadie le cabe duda de que el mayor atractivo de esa espumeante bebida es la presencia de burbujas: unos cinco millones de burbujas en cada copa. Se requiere un esfuerzo enorme para mantenerlas encerradas en la botella y para ayudar en lo posible que se mantengan en la copa para que no dejen de cosquillearnos en la nariz.

Desgraciadamente, por mucho que uno añore los pechos femeninos, una copa con forma de platillo proporciona una gran superficie de contacto con el aire, lo que maximiza la velocidad a la que escapan las burbujas. Por lo tanto, lo ideal es beber champán en una copa alta y estrecha.

Pero ¿por qué debemos dar tanta importancia a la forma en que se debe beber el champán? Si pagamos un dineral por una botella de Dom Perignon, es lógico que también queramos aprovechar al máximo el cosquille deseado. ¡Las burbujas deben estallar en la boca, no en la mano!

La solubilidad del dióxido de carbono disminuye a medida que aumenta la temperatura. Servir el champán frío minimiza la cantidad de gas que se escapa antes de levantar la copa y garantiza esa deliciosa sensación de hormigueo cuando la bebida entra en contacto con la boca a 36 grados.

Como el dióxido de carbono es menos denso que la solución líquida que lo rodea, las burbujas fluyen hacia la superficie. Por eso es importante beber champán en una copa alargada y de alta calidad, lo más lisa posible en su interior y que tenga pocas imperfecciones. Porque, de no ser así, al servir la bebida pueden quedar pequeñas burbujas de aire atrapadas en las muescas por imperceptibles y el dióxido de carbono disuelto se evapora en esas pompitas.

Por la misma razón, los palillos para cócteles a base de champán, que pueden tener muchas imperfecciones en la superficie, están obviamente contraindicados si se desea obtener un buen sabor. Así que ahora ya lo sabes. ¡Feliz año nuevo!