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jueves, 16 de enero de 2025

LA FLOR DE CRISTAL

Diphylleia grayi. Foto

Diphylleia grayi, la flor esqueleto, se vuelve transparente cuando se moja. La estructura esponjosa de sus células capta agua con avidez, lo que provoca que la luz no se disperse y la flor se vuelva transparente.

En el corazón sombrío de las selvas de Asia oriental y Japón, una planta singular, Diphylleia grayi, esconde una de las características que más han fascinado a los botánicos. Conocida como la “flor esqueleto”, esta planta no solo destaca por su delicada belleza, sino también por una propiedad que parece sacada de un cuento: cuando entra en contacto con el agua, sus pétalos se vuelven completamente transparentes.

Diphylleia grayi (familia Berberidaceae) es una herbácea perenne que prospera en lugares sombríos y húmedoscuyas pequeñas flores blancas con seis pétalos escotados crecen de mayo a julio en racimos debajo sus grandes hojas lobuladas. Surgiendo de la mitad de estas hojas hay un racimo o "cima" de hermosas flores blancas. Después de la polinización, la cima da paso a un racimo de bayas que gradualmente se vuelven de un tono azul intenso. Los pedicelos se vuelven de un tono rojo intenso. El conjunto crea una hermosa exhibición de frutos destinadas a atraer a las aves del bosque, los principales dispersores de semillas.

Diphylleia grayi. Yukiguni Botanical Garden. Foto

A sus típicas hojas que se disponen en pares opuestos para formar una especie de marquesina, alude su nombre genérico., que proviene del griego “di” y “phyllon”, que significa “dos-hojas". Su epíteto específico tiene un origen diferente. “Grayi” rinde homenaje a Samuel Frederick Gray, (1766-1828), un naturalista, botánico y farmacéutico británico, quien, además de hacer grandes contribuciones al estudio de las plantas, fue el padre de dos grandes naturalistas y zoólogos: John Edward Gray (1800-1875) y de George Robert Gray (1808-1872).

El enigma de la transparencia

Cuando llueve, los pétalos blancos pierden el color y se vuelven transparentes dejando visible la venación de los nervios de los pétalos. Las gotas de agua se adhieren a la estructura venosa hasta formar una especie de retícula que recuerda a una planta fantasmagórica sacada de las páginas de Alicia en el país de las maravillas.

Racimo de bayas de D. grayi. Foto

Lejos de ser mágico y mal que nos pese, el fenómeno obedece a la organización celular de las flores. Las células de los pétalos se organizan en una especie de formación esponjosa con el objetivo de retener y almacenar la máxima cantidad de agua posible. Cuando la flor está seca, sus células contienen el agua suficiente para mantener esa estructura esponjosa y, a la vez, dejar que la luz que incide en los pétalos se disperse, dando como como resultado una apariencia blanca y opaca.

Cuando llega la lluvia y los pétalos se mojan, absorben más agua. Al hacerlo, las células se expanden y se saturan de agua de forma más uniforme. Con este cambio estructural, cuando la luz pasa a través de los pétalos, incide en su mayor parte con agua, por lo que no se dispersa tanto y puede viajar de manera más directa y con menos obstáculos a través de las flores. Como resultado, los pétalos se vuelven transparentes y la reticulación interna se hace más visible, lo que, con imaginación, recuerda a una flor de cristal.

Por otro lado, se trata de una flor con un enorme simbolismo cultural. Debido a su capacidad para volverse transparente bajo la lluvia, en muchas de esas poblaciones asiáticas se la relaciona con la pureza y la belleza efímera. Además, esa “sensación de vida eterna” que le otorga su apariencia fantasmagórica hace que se consideren símbolo de la buena suerte en algunos lugares de Asia.

Diphylleia cymosa. Senda Porters, Smokie Mountains, Tennessee. Foto

En los Apalaches americanos crece la otra especie del género: Diphylleia cymosa. Hubo una época en la que Norteamérica y Asia estaban conectadas y compartían gran parte de su flora respectiva. Desde entonces, los movimientos tectónicos han aislado a estas poblaciones, lo que ha permitido suficiente tiempo para la diferenciación que condujo a las dos únicas especies que conocemos hoy.