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domingo, 19 de enero de 2025

FLORENCE NIGHTINGALE Y LA ROSA QUE SALVÓ MILES DE VIDAS

 


En 1858, la enfermera, estadística y reformadora Florence Nightingale publicó un documento de más de mil páginas titulado Notas sobre cuestiones que afectan a la salud, la eficiencia y la administración hospitalaria del ejército británico, fundadas principalmente en la experiencia de la última guerra. Presentadas a petición del Secretario de Estado para la Guerra. [Original aquí].

Esta obra impresa de distribución restringida contenía un gráfico estadístico en color titulado Diagrama de las causas de mortalidad en el Ejército del Este, que mostraba que las enfermedades epidémicas, que eran responsables de más muertes británicas en el curso de la guerra de Crimea que las heridas en el campo de batalla, podían controlarse mediante la toma en consideración de una serie de factores, entre ellos la nutrición, la ventilación y el abrigo. El gráfico, que Nightingale utilizó como una forma de explicar estadísticas complejas de forma sencilla, clara y persuasiva, se conoce como el "Diagrama de la Rosa" de Nightingale.

Una adelantada a la “Era de los Datos”

Cuando pensamos en pioneros de la ciencia y la medicina, las referencias habituales suelen ser los “padres de algo”: el “padre de la microbiología”, el “padre de la cirugía moderna”, el “padre de los antibióticos” etc. Pero Florence Nightingale, enfermera, estadística y defensora de la sanidad pública, fue una pionera decimonónica por derecho propio, que la hacen  merecedora del título de “madre” de la estadística y la exposición gráfica de los datos referidos a la salud pública.

Nightingale, más conocida por su incansable labor durante la guerra de Crimea, revolucionó las prácticas sanitarias y redujo significativamente las tasas de mortalidad en los hospitales militares. Pero su legado no se limitó a la enfermería, sino que también se debió a su capacidad para comunicar la urgencia de las reformas sanitarias mediante el poder expositivo de los datos gráficos.

La guerra de Crimea: un campo de batalla por las mejoras higiénico-sanitarias

Durante la Guerra de Crimea (1853-1856), Nightingale y su equipo de enfermeras fueron testigos de las terribles condiciones que imperaban en los hospitales de campaña británicos. Los soldados morían no por heridas sufridas en el campo de batalla, sino por enfermedades prevenibles como el cólera, la disentería y el tifus. En un determinado momento, la tasa de mortalidad en algunos hospitales superaba el 40%.

Nightingale comprendió que mejorar las condiciones sanitarias (ventilación, agua potable y mejor gestión de los residuos) podía reducir drásticamente estas muertes, pero para convencer a los políticos y a los militares de que invirtieran en reformas sanitarias se necesitaba algo más que pruebas anecdóticas: se necesitaban datos.

Así fue como adquirió relevancia el Diagrama de la Rosa. Diseñado en 1858, este gráfico circular representaba visualmente las tasas de mortalidad mensuales en los hospitales militares, diferenciando entre las muertes causadas por enfermedades prevenibles (azul), heridas de guerra (naranja) y otras causas (negro).

Fuente de la imagen: https://www.historyofinformation.com/detail.php?entryid=3815

Lo que hizo revolucionario el Diagrama de la Rosa de Nightingale no fue sólo su atractivo estético, sino su capacidad de contar resumidamente una historia en tres etapas:

Comparación antes y después: Nightingale no se limitó a trazar los datos de manera lineal, sino que creó dos “rosas” distintas: una para el año anterior a la implementación de las reformas sanitarias (derecha) y otra para el año posterior (izquierda). Esta separación, utilizando la misma escala, hizo que fuera imposible ignorar la drástica disminución de las tasas de mortalidad.

Patrones estacionales: El diseño circular destacaba las variaciones estacionales en la mortalidad, con cuñas más grandes representando los meses en los que había más fallecimientos. Eso dejaba claro que las enfermedades prevenibles aumentaban durante ciertas épocas del año, lo que subrayaba la necesidad de mejoras higiénico-sanitarias constantes.

Escalado para una mayor claridad expositiva: Nightingale escaló sus datos utilizando una transformación de raíz cuadrada, un método muy extendido hoy para abordar problemas de asimetría y variación en los datos, lo que significaba que el área de cada cuña del Diagrama de la Rosa representaba las tasas de mortalidad. Esto contrasta con un método típico de representación de datos mediante un diagrama de barras, que tiende a destacar diferencias más grandes en los valores. El uso de la transformación de raíz cuadrada restaba importancia a los valores atípicos extremos, como el número de muertes excepcionalmente alto de un mes, para, en cambio, centrar la atención en las tendencias generales. 

El Diagrama de Rose de Nightingale no era sólo un instrumento científico: era una herramienta política. Al presentar los datos de una forma visualmente atractiva, superó la resistencia burocrática y presentó argumentos innegables a favor de las reformas. Su trabajo ayudó a persuadir al gobierno británico para que reformara las instalaciones sanitarias de los hospitales militares, lo que contribuyó a una drástica reducción de las muertes por enfermedades prevenibles.

Hoy, el Diagrama de la Rosa de Nightingale sirve como recordatorio de que los datos no sirven solo para el análisis, sino que son también una poderosa herramienta para la acción, que viene a recordarnos que para darle sentido a cualquier información compleja la forma en que se presentan los datos puede ser tan importante como los datos en sí mismos.

También es un recordatorio para ver las visualizaciones de datos con ojo crítico. Si el creador de una representación visual de datos tiene un objetivo personal o político, puede manipular fácilmente los datos de formas que no son inmediatamente obvias. Hay docenas de enfoques para manipular las percepciones del espectador de datos visuales, como un eje truncado, un eje invertido o un esquema de colores distorsionador.

La rosa de Nightingale fue impactante precisamente porque tradujo datos complejos en una narrativa visual convincente, facilitando la comprensión a los receptores profanos, si conocimientos científicos. Con el acceso moderno a las herramientas de diseño y gráficos actuales, los lectores deben ser conscientes de que la naturaleza sorprendente del diseño de visualización de datos puede usarse tanto para informar como para desinformar, para exponer correctamente la realidad o para desvirtuarla.

La próxima vez que vea una infografía o un gráfico estadístico, recuerde que gracias Nightingale a veces una imagen no vale más que mil palabras: vale más que mil vidas.