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lunes, 6 de enero de 2025

MANIFIESTO POR LA DEMOCRACIA EN 2025

Comparto el manifiesto por la democracia de George Lakoff (el autor de "No pienses en un elefante" y uno de los pensadores progresistas de mayor relevancia del mundo anglosajón). Las quince propuestas de actuación son un llamada a la movilización de las fuerzas progresistas... Aunque también nos ayuda a calibrar el nivel de preocupación (incluso de frustración) por lo que nos espera en los próximos años a escala global.


LAS COPAS DE CHAMPÁN Y LOS PECHOS DE MADAME POMPADOUR

 

Los asnos también pueden participar en los hipódromos. De un proverbio indio.

Llevado por la morbosidad, leo donde no acostumbro que el escritor (y académico) Arturo Pérez Reverte no se decantó por ninguna opción televisiva para despedir el año y optó por un método más tradicional para tomarse las doce uvas, porque: «no hay nada como un buen reloj en casa, de campanadas. De los de toda la vida. Se completa con unas uvas, una botella de champán y copas adecuadas».

Además de denostar a diestro y siniestro, seguro que el competente académico y rotundo sabelotodo habrá disfrutado de una copa de champán en las copas adecuadas, pero ¿cuáles son los tipos de copa adecuados? Lo cuento para el común de los mortales.

Un poco de historia o de como un fraile inventó el champán

El champán se produce principalmente a partir de uvas tintas (¡sí, tintas!) en la región de Champaña, Francia. Desde el momento en que se prensan las uvas Pinot Noir en el viñedo, seguido de un proceso en el que se pone una meticulosidad casi enfermiza para garantizar que ni siquiera un rastro del pellejo tinto termine en el caldo blanco, hasta que llega el momento en que se descorcha, el champán recibe más cuidados y atenciones que cualquier otro vino del mundo.

En el siglo XVIII, Dom Perignon, un monje ciego, fue el primero en dar el primer puntazo. Descubrió que, si se cerraba herméticamente una botella de vino antes de que terminara la fermentación, las burbujas de dióxido de carbono no podían escapar y se obtenía una bebida efervescente.

Su agudo sentido del olfato, fruto de su ceguera, le permitió maximizar el sabor del vino mediante una meditada y paciente combinación de diferentes caldos de uva. Hasta el día de hoy, el champán se produce con los métodos iniciados por Dom Perignon.


Ahora, las copas. Moet et Chandon, en Reims, es el productor de Dom Perignon, el rey de los champanes. Según explican los guías a los visitantes (que quedan encantados), en una preciosa leyenda apócrifa, las tradicionales copas de champán con forma de platillo fueron diseñadas siguiendo la forma de los pechos de Madame de Pompadour. La amante favorita de Luis XV, según cuenta la fábula, encargó a un soplador de vidrio que hiciera las copas para complacer al rey, que estaba muy enamorado de sus lindos pechitos.

Sea cual sea la auténtica etiología de esas copas, una cosa es segura: no tienen la forma adecuada para beber champán, porque a nadie le cabe duda de que el mayor atractivo de esa espumeante bebida es la presencia de burbujas: unos cinco millones de burbujas en cada copa. Se requiere un esfuerzo enorme para mantenerlas encerradas en la botella y para ayudar en lo posible que se mantengan en la copa para que no dejen de cosquillearnos en la nariz.

Desgraciadamente, por mucho que uno añore los pechos femeninos, una copa con forma de platillo proporciona una gran superficie de contacto con el aire, lo que maximiza la velocidad a la que escapan las burbujas. Por lo tanto, lo ideal es beber champán en una copa alta y estrecha.

Pero ¿por qué debemos dar tanta importancia a la forma en que se debe beber el champán? Si pagamos un dineral por una botella de Dom Perignon, es lógico que también queramos aprovechar al máximo el cosquille deseado. ¡Las burbujas deben estallar en la boca, no en la mano!

La solubilidad del dióxido de carbono disminuye a medida que aumenta la temperatura. Servir el champán frío minimiza la cantidad de gas que se escapa antes de levantar la copa y garantiza esa deliciosa sensación de hormigueo cuando la bebida entra en contacto con la boca a 36 grados.

Como el dióxido de carbono es menos denso que la solución líquida que lo rodea, las burbujas fluyen hacia la superficie. Por eso es importante beber champán en una copa alargada y de alta calidad, lo más lisa posible en su interior y que tenga pocas imperfecciones. Porque, de no ser así, al servir la bebida pueden quedar pequeñas burbujas de aire atrapadas en las muescas por imperceptibles y el dióxido de carbono disuelto se evapora en esas pompitas.

Por la misma razón, los palillos para cócteles a base de champán, que pueden tener muchas imperfecciones en la superficie, están obviamente contraindicados si se desea obtener un buen sabor. Así que ahora ya lo sabes. ¡Feliz año nuevo!

POR QUÉ ES MÁS DULCE LA LECHE SIN LACTOSA

 

Que me disculpen los lectores mejor informados, pero empezaré por aclarar unos conceptos que nos permitirán entender mejor este artículo. El término “sacárido” proviene del francés saccharide, a su vez derivado del latín sacchărum (traducible como «azúcar»). Decir sacárido es lo mismo que decir hidrato de carbono, carbohidrato, glúcido o azúcar, que son términos sinónimos.

Los sacáridos son biomoléculas, es decir, moléculas que, como las proteínas o los lípidos, constituyen un ser vivo, se forman con átomos de oxígeno, hidrógeno y carbono, entre otros elementos, y cumplen funciones fisiológicas fundamentales.

Tomando como referencia la cantidad de unidades de azúcar y las características estructurales de las moléculas, los sacáridos se clasifican en cuatro tipos principales:

Monosacáridos: constan de una sola unidad de azúcar y, por tanto, no se pueden descomponer en unidades más pequeñas por hidrólisis. Algunos ejemplos son la glucosa, la fructosa y la galactosa. El término azúcar solo puede usarse para los monosacáridos y los oligosacáridos más pequeños (disacáridos). En singular (azúcar) se suele utilizar para referirse a la sacarosa o azúcar de mesa.

Disacáridos: formados por la unión de dos monosacáridos mediante un enlace glucosídico. Algunos ejemplos de disacáridos son la sacarosa (glucosa + fructosa), la lactosa (glucosa + galactosa) y la maltosa (glucosa + glucosa).

Oligosacáridos: son cadenas cortas de monosacáridos unidos por enlaces glucosídicos. Contienen más de dos unidades de azúcar, generalmente de tres a nueve.

Polisacáridos: son carbohidratos formados por la unión de muchos monosacáridos. Son macromoléculas y pueden estar compuestos por cientos o miles de unidades de azúcar. Ejemplos de polisacáridos son el almidón, la celulosa, el glucógeno y la quitina. Desempeñan funciones importantes en el almacenamiento de energía, la estructura celular y el soporte estructural en organismos.

Es importante señalar que, desde el punto de vista fisiológico, las células animales funcionan con reacciones que producen energía utilizando, por lo general, monosacáridos. Si se absorben cadenas más largas, estas deben romperse para formar monosacáridos. Las cadenas largas se rompen mediante reacciones químicas de hidrólisis que se desencadenan con la colaboración imprescindible de otras moléculas llamadas enzimas.

Para diferenciarlas a lo largo del texto, las enzimas se denominan con la terminación -asa, mientras que los sacáridos terminan en -osa. Por lo tanto, la lactosa es un azúcar, mientras que la lactasa es la enzima que interviene en la descomposición hidrolítica de aquella.

Mediante una reacción de hidrólisis, la lactosa se divide en dos monosacáridos,: galactosa (1) y glucosa (2). La reacción se cataliza por la presencia de la enzima lactasa.

La leche sin lactosa

Los helados, la leche, el queso, el yogur, la nata, la mantequilla y todos los demás productos lácteos son la pesadilla de las personas con intolerancia a la lactosa. Más del 68% de la población mundial tiene algún grado de incapacidad para digerir adecuadamente la lactosa, el disacárido que se encuentra en los productos lácteos.

Hasta la introducción de la leche sin lactosa, las personas intolerantes podían tomar comprimidos de distintas marcas para poder disfrutar de algunos de sus alimentos favoritos. Esos comprimidos se componen principalmente de lactasa, la enzima que permite la descomposición de la lactosa en sus componentes glucosa y galactosa, que se absorben fácilmente.

Con la leche sin lactosa puedes olvidarte de las pastillas. Pero ¿cómo se elabora esta leche especial?

¿Qué es la lactosa?

La lactosa es un disacárido que se encuentra en todos los productos lácteos, el prefijo “di” indica que está compuesto por dos monosacáridos glucosa y galactosa. Nuestro sistema digestivo solo es capaz de absorber monómeros, por lo que necesitamos enzimas para realizar todo el trabajo de descomposición.

Mientras que la glucosa y la galactosa se absorben fácilmente en el intestino delgado, la lactosa no. Es demasiado compleja para ser absorbida tal cual y, por lo tanto, debe ser descompuesta por la lactasa. La lactasa se produce de forma natural en el intestino delgado. Los enterocitos que recubren las paredes intestinales con vellosidades son las células encargadas de su producción.

Estas células forman lo que se llama el “borde en cepillo”, que es la barrera a través de la cual deben pasar todos los alimentos para ser absorbidos. Los alimentos pasan por el tracto gastrointestinal, llegan al borde en cepillo y, si contienen lactosa, serán descompuestos por la lactasa y absorbidos en el intestino delgado.

Borde en cepillos con las vellosidades intestinales que tapizan el epitelio interno del intestino delgado. 

Si este proceso de descomposición no funciona correctamente, la lactosa no digerida pasa al colon, donde será fermentada por bacterias. La fermentación produce gases que pueden causar hinchazón y dolor. Eso se diagnostica como deficiencia de lactasa: la lactasa se produce en cantidades insuficientes o inexistentes en el cuerpo, lo que provoca problemas gastrointestinales y frecuentes visitas al baño.

Leche sin lactosa

Pero ¿qué pasa si alguien quiere disfrutar de los lácteos pero no puede producir lactasa?

Desde 1985, gracias al Servicio de Investigación Agrícola del departamento de Agricultura estadounidense (USDA), está a disposición de los consumidores intolerancia a la lactosa. Desde entonces, el producto fue comercializado por muchas empresas. No existen reglas estrictas para estos productos. La principal restricción es que el envase "no debe llamar a engaño". Por lo tanto, si afirma que es "sin lactosa", no debe contener lactosa, y si es "bajo en lácteos", debe poseer una reducción significativa de los productos lácteos normales.

¿Cómo lo consiguen?: por hidrólisis de la lactosa y un proceso de filtrado por membrana.

Elaboración industrial de la leche sin lactosa

Este proceso suele constar de dos pasos: hidrólisis previa de la lactosa y posterior hidrólisis aséptica. En primer lugar, durante la prehidrólisis de la lactosa, se añade lactasa neutra a la leche cruda antes de pasteurizarla. La lactasa realiza una descomposición inicial de la lactosa en la leche cruda mientras que el tratamiento térmico de la pasteurización garantizará que no queden enzimas residuales en la leche. Una vez hecho esto, para reducir el azúcar se lleva a cabo un filtrado más de la leche.

Luego, durante el proceso posterior de hidrólisis aséptica, se añade lactasa estéril a la leche. La poshidrólisis aséptica necesita tiempos de incubación más largos y cantidades menores de lactasa, y la hidrólisis se produce directamente en el envase. Por último, para garantizar que la leche esté completamente libre de lactosa, se suele aplicar una secuencia de filtrado adicional. En algunos casos, el filtrado puede prolongar la vida útil de la leche (microfiltración).

Cómo se fabrica la leche sin lactosa. En inglés, con subtítulos en castellano.

La reacción de Maillard

La leche sin lactosa suele tener un sabor más dulzón que las otras leches convencionales. No hay de qué preocuparse: tiene la misma cantidad de azúcar que la leche normal, pero hay una diferencia. Como la leche sin lactosa se elabora añadiendo lactasa a la leche cruda para descomponer la lactosa en galactosa y glucosa, una gran parte de la lactosa se descompone inicialmente en el primer paso de la hidrólisis de la lactosa, con lo que se consigue un gran parecido con la leche normal.

Ahora bien, la glucosa que se forma posee características químicas y físicas diferentes, lo que aumenta la sensibilidad de la leche sin lactosa a la reacción de Maillard (RM), se puede producir a partir de muchos productos diferentes. Requiere azúcares “reductores” como la glucosa, aminoácidos libres y altas temperaturas. La reacción, sumamente compleja, es la responsable del color y el aroma de la carne asada o del café tostado, entre otros muchos ejemplos que definen una “reacción de pardeamiento no enzimático”, que altera el sabor de los alimentos.

Esta reacción ocurre más rápidamente en la leche sin lactosa, ya que la glucosa es más reactiva que la lactosa. La reacción de Maillard cambia ligeramente el sabor de la leche agregando un poco de esencia caramelizada, en absoluto perjudicial y la mayoría de las personas indetectable, aunque algunas pueden notar la diferencia entre esta leche modificada y la leche normal.

La reacción de Maillard se puede reducir mediante estrictos requisitos de higiene para la lactasa, pasteurizando la leche a una temperatura más baja y bebiéndola poco después de la compra. Al reducir la reacción de Maillard, las dos variedades de leche se volverían casi indistinguibles, lo que evitaría que las personas notaran el sabor (muchos dicen que “a huevo”) de la leche sin lactosa.

Intolerancia vs alergia

Es importante tener en cuenta que la leche sin lactosa sigue siendo un producto lácteo. Básicamente, es leche cruda procesada, por lo que su consumo no es seguro para quienes tienen alergia a los productos lácteos en general.

Eso se debe a la importante diferencia entre intolerancia alimentaria y alergia. Una intolerancia alimentaria afecta solo al sistema digestivo y, por lo general, no causa efectos graves. Una alergia alimentaria afecta al sistema inmunológico y puede desencadenar una amplia gama de síntomas cuya gravedad depende de la persona.

La exposición a un alérgeno puede ser potencialmente mortal incluso si se desencadena por una mera contaminación. Con una intolerancia, las personas pueden seguir consumiendo el alimento que les molesta sin necesidad de tratamiento. Las intolerancias no son divertidas, pero no deben confundirse con las alergias.

Así pues, si eres intolerante a la lactosa, puedes agradecer a las vacas que te den su leche, pero la verdadera heroína de esta historia es la lactasa, sin la cual pasarías la mayor parte del día en un trono de porcelana lamentando haberte tomado ese helado que tanto te gusta.


ROMERO: UNA PLANTA OLVIDADA EN EL RITUAL NAVIDEÑO

 

Flores del romero (Rosmarinus officinalis o Salvia rosmarinus). Autor: Rafael Tormo.

Desde el antiguo Egipto hasta hoy, el aroma del romero ha sido símbolo de consuelo, alegría e inmortalidad.

Cada mes de diciembre, en todo el mundo se adornan los hogares con plantas propias de las fiestas navideñas. Luces y adornos coloridos adornan los abetos, las flores de Pascua de colores vivos alegran las repisas y las mesas de salones y cuartos de estar, al tiempo que con el acebo y el muérdago se tejen guirnaldas y coronas.

Desde la Edad Media hasta el siglo XVIII hubo otra planta que desempeñó un papel igualmente importante en la decoración navideña: el romero, Rosmarinus officinalis. Este arbusto aromático alfombraba los suelos de las estancias domésticas y de las iglesias. Era más que un simple adorno. La historia del romero está entrelazada con la religión, la medicina, la literatura y la gastronomía.

Según la leyenda cristiana, el romero era una de las matas que cubrían el pesebre en el que nació Jesús. Este arbusto de hoja perenne era llamado la “Rosa de María” por sus flores, cuyo color azul pálido simboliza la divinidad de la Virgen. Una leyenda afirma que la Virgen María cambió el color de las flores de blanco a azul después de cubrir con su manto celeste un arbusto de flores blancas. 

La ramita de romero sustituyó al incienso en las iglesias cuando Teodosio quiso diferenciar el culto cristiano del pagano. A todos los dioses paganos les quemaban inciensos en altares; al Dios cristiano, romero. Luego, hasta eso se olvidó, pero a la salida de las iglesias todavía puedes encontrar quien te venda ramitas de romero para evitar el mal de ojo. Y sí, esa también era una superstición romana que se solucionaba con la ramita de romero. 

Estas y otras historias inspiraron la creencia medieval de que oler romero en Nochebuena traería consigo un año de buena suerte, salud y felicidad. Se convirtió en tradición esparcir la hierba en el suelo y pisar sus hojas, que liberaban un aroma fresco y amaderado. Los feligreses también colgaban ramitas de romero junto con acebo y hiedra en parroquias, ermitas y capillas. 

Cubrir el suelo con hierbas aromáticas era una práctica común en la Edad Media destinada a ocultar los olores desagradables de los suelos de tierra compactada y los malolientes albañales de la época. Se creía que los malos olores traían enfermedades, mientras que los aromas de la naturaleza se consideraban curativos y revitalizantes.

Como escribió el filósofo y médico renacentista italiano Marsilio Ficino en 1489: «Todas las hierbas, flores, árboles y frutas tienen un olor, aunque a menudo no lo notes. Con este olor te restauran y vigorizan por todos lados, como si fuera el aliento y el espíritu de la vida del mundo». La costumbre de esparcir romero en Nochebuena continuó al menos hasta el siglo XVIII.

Aplicaciones en la Antigüedad

En la antigüedad, el romero se convirtió en un símbolo de fidelidad e inmortalidad. Esta tradición comenzó en el área de distribución nativa de la planta, la cuenca del Mediterráneo. El romero florecía en los hábitats secos y rocosos de la región, especialmente a lo largo de la costa. La primera mitad del nombre científico original de la planta, Rosmarinus officinalis, alude a la apariencia semejante al rocío que la espuma del mar creaba en las plantas costeras. Juntas, las palabras latinas "ros" y "marinus" se traducen como "rocío del mar".

Los antiguos egipcios utilizaban romero en sus prácticas de embalsamamiento y enterraban a los muertos con ramitas de la planta para proteger sus almas en el viaje al más allá. Se creía, y aún se cree que esta planta aromática mantiene a raya a los malos espíritus, que de otro modo podrían ejercer una influencia dañina en los ritos importantes de la vida, explican los autores de un reciente estudio sobre las plantas rituales en diferentes religiones.

Los dolientes de la antigua Grecia y Roma solían llevar ramitas de romero en las procesiones fúnebres y las colocaban sobre el cuerpo del difunto en el sitio del enterramiento. Las hojas perennes de la planta simbolizaban la inmortalidad del alma y su aroma ocultaba el olor a descomposición. El romero todavía se usa en los funerales actuales de los cristianos europeos. En 2022, el romero fue parte del arreglo floral que adornó el ataúd de la reina Isabel II.

Las culturas antiguas también reconocían las propiedades medicinales de la hierba. El romero proporcionaba alivio para varias dolencias, incluidos el dolor, la inflamación y la indigestión. El médico Pedanius Dioscórides incluyó el romero en su obra más famosa, De Materia Medica, una enciclopedia griega del siglo I sobre medicina herbal. Según Dióscorides, el romero «es cálido y cura la ictericia... También se mezcla con remedios para eliminar la fatiga».

Romero en el libro de Dióscorides De Materia Medica. Grabados y traducción de Andrés de Laguna, 1555. Biblioteca Digital Mundial

Un médico griego aún más antiguo, Hipócrates, al que se suele denominar el "Padre de la Medicina", trataba el dolor de las articulaciones con ungüentos hechos de flores y hojas de romero maceradas en aceite de oliva.

Además, la hierba se utilizaba como potenciador mnemotécnico. En Grecia y Roma, los estudiantes llevaban coronas de romero durante los exámenes para mejorar su memoria. Estudios recientes parecen corroborar estos beneficios tradicionales: se ha demostrado que consumir romero o respirar su aroma mejora la memoria y otras funciones cognitivas.

El romero en la literatura

El uso y la apreciación que la humanidad ha tenido del romero durante tanto tiempo están en el origen de numerosas menciones literarias de la planta. Tal vez el ejemplo más famoso se encuentre en el Hamlet, de Shakespeare. Mientras Ofelia llora la trágica muerte de su padre, Polonio, y cae en la locura, distribuye flores imaginarias a quienes conoce diciendo:

«Hay romero, para el recuerdo. / Te lo ruego, amor, recuérdalo».

Shakespeare introduce el romero en los mundos de Romeo y Julieta y en El cuento de invierno. En el primero, adopta el significado funerario de la planta. Después de encontrar el cuerpo de Julieta en un trance parecido a la muerte, el fraile les dice a sus deudos:

«Sequen sus lágrimas y pongan romero / sobre este bello [cadáver]».

En El cuento de invierno, Perdita se hace eco del sentimiento de Ofelia y presenta la hierba en un festival de esquila de ovejas como símbolo de recuerdo y gracia:

«Para vosotros, el romero y la ruda. Estos siguen

apareciendo y saboreando durante todo el invierno.

Gracia y recuerdo sean para vosotros dos,

y bienvenidos a nuestra esquila».

En El Quijote, Miguel de Cervantes, contemporáneo de Shakespeare, también alude a las propiedades medicinales del romero. Don Quijote utiliza romero, aceite, vino y sal para elaborar el Bálsamo de Fierabrás, una sustancia milagrosa destinada a curar a quien la beba.

Cultivado para el hogar y la salud

En la actualidad, el romero se ha naturalizado en gran parte de Europa y América del Norte y se cultiva en climas cálidos de todo el mundo. La planta ha evolucionado para soportar la sequía, con hojas que minimizan la pérdida de agua y un sistema de raíces profundo que puede acceder a la humedad incluso en suelos pobres. La resistencia de la planta, su agradable aroma y su valor ornamental de hoja perenne son atractivos tanto para los jardineros domésticos como para los arquitectos paisajistas.

La planta también se cultiva ampliamente para la cosmética y la cocina. Las tiendas de alimentos naturales y las de artículos de baño ofrecen una gran variedad de productos a base de romero, desde aceites esenciales y suplementos hasta jabones perfumados, cremas y lociones.

En el mundo culinario, el sabor picante y a pino del romero con notas cítricas acompaña platos de aves, guisos, ensaladas, cócteles y muchos más. Y es que, si se usa con mesura, el romero realiza una magia sutil en la cocina. Aporta un toque de bosque y aire marino salado, parecido al alcanfor y a la maresía. 

Pero además de su uso culinario, el romero se ha hecho popular en medicina por su empleo en distintos tratamientos, sobre todo en enfermedades infecciosas y problemas inflamatorios. Estudios recientes han descubierto que, como otras especias, la planta tiene potentes propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antimicrobianas. Se pueden encontrar monografías sobre el uso medicinal del Rosmarinus officinalis en documentos del Comité de Medicamentos a Base de Plantas de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA/HMPC, 2010).

miércoles, 1 de enero de 2025

EL CUENTECILLO DEL ATRACO O DE CÓMO APROVECHAR BIEN UNA ASIGNATURA DE “GESTIÓN BANCARIA”

 

Como sucedió con el Krakatoa, nadie sabe qué aspecto tendrá la montaña del capitalismo mundial cuando terminen las erupciones que lo sacuden de cuando en cuando, de las cuales el adviento del dúo Trump-Musk y su corte de antivacunas, multimillonarios, terraplanistas y mangantes, que amenazan con convertir la Casa Blanca en un patio de Monipodio a escala planetaria, se me antoja catastrófico.

Es una intuición que tienen muchos y que no aventura nada bueno, porque en el mundo de la economía, como en tantos otros de la actividad humana, la psicología prima muchas veces sobre la aritmética. El miedo al desempleo, a la pérdida del poder adquisitivo, a la reducción del valor de las propiedades, sean viviendas, acciones o simples cuentas de ahorro, retroalimenta la ciclotimia propia del mercado. Es lo que Keynes denominó "animal spirits" en su Teoría general: el factor humano, en otras palabras, lo irracional, la variable anímica en la determinación del nivel de actividad económica.

Generalmente se tiene a la ciencia económica como una disciplina social árida, complicada e ininteligible. Enfrentadas a su comprensión, muchas personas interesadas terminan por hacer un ejercicio económicamente impecable: un análisis coste/beneficio. Sopesan el tiempo y el esfuerzo de aprender economía con el beneficio que ese aprendizaje les reportaría; consideran que el coste es mayor que el beneficio y deciden abandonar el intento.

Quienes saben poco de economía el común de los mortales y muchos políticos y no pocos periodistas hablan a diario basándose en ideas preconcebidas, en sofismas y en falacias. Pero, además, cuando la palabra la toman quienes dicen saber del tema, la gente echa mano a la pistola, como decía irónicamente Hanns Johst que hacía cuando alguien le hablaba de cultura, o le entran ganas de invadir Polonia, como decía Woody Allen que le ocurría al escuchar alguna sinfonía de Wagner.

Por su parte, los economistas, para quienes el capital es Zeus y el mercado el Olimpo, gozan de una mala fama probablemente sustentada en que el personal tiene algunas intuiciones morales que son implícitamente anticapitalistas. Galbraight escribió una vez que «aunque en principio la Economía no le gustaba a nadie, en la práctica satisfacía a la mayoría».

Desde que en 1819 el famoso economista Jean-Baptiste Say puso en marcha la primera escuela de negocios (ESCP Business School), las maestrías en Administración de Empresas (en inglés, Master of Business Administration; abreviado MBA) son un título académico de postgrado en negocios. En general, el primer año de un MBA está orientado a entrenar en el conocimiento del contexto empresarial y las tareas operativas de la empresa. El segundo año, más especializado, busca capacitar en temas económicos y administrativos.

Una asignatura estrella de esos MBA es la Gestión Bancaria. Hace algún tiempo publiqué unos “cuentecillos económicos” que han tenido algunos miles de lectores (sin duda gente aburrida que no tenía nada mejor que hacer), así que después de haber echado un vistazo al programa de esa asignatura en una respetadísima escuela de negocios española, me he animado a sintetizarlo en una serie de conceptos que presento en forma de otro cuentecillo.*

El cuentecillo del atraco o de cómo es más rentable gestionar que robar a mano armada

Érase una vez una pareja de atracadores, uno viejo, el otro joven, que entró en un banco gritando a desaforadamente (y con toda razón): «Que no se mueva nadie, el dinero no es de ustedes, su vida en cambio les pertenece».

En silencio, todos en el banco se tumbaron en el suelo.

En un curso MBA, destinado a manipular la manera convencional de contemplar el mundo, a esto se le llama:

"CONCEPTOS PARA CAMBIAR MENTALIDADES"

Cuando todos estaban tumbados en el suelo, algunos procedieron a desprenderse de relojes, joyas y billeteras. Uno de los ladrones, gritó:

«Por favor, compórtense, ¡esto es un robo a mano armada, no un hurto vulgar y corriente!»

En un curso MBA, enfocado a que practiques lo que estás especializado en hacer, a esto se le llama:

"SER PROFESIONAL"

Cuando los atracadores apenas habían llegado a su escondrijo, el más joven (un estudiante MBA) le dijo al veterano (que apenas había superado la ESO): «Oye viejo, contemos cuanto antes cuánto nos llevamos». Estupefacto, pero evidentemente cabreado, el caco veterano contestó: «No seas imbécil, es mucho dinero para contarlo; esperemos a que en las noticias nos digan cuánto perdió el banco».

En un curso MBA, destinado a inculcar que la experiencia es fundamental en la gestión institucional, a esto se le llama:

"EXPERIENCIA"

Una vez que se marcharon los atracadores, el director del banco (un empleado que había alcanzado su puesto ascendiendo desde oficinista) le ordenó al apoderado que llamara de inmediato a la policía. El apoderado (un graduado MBA) contestó: «Tranquilidad, tranquilidad, señor director; antes consideremos los millones que nos faltan del desfalco que hicimos el mes pasado y los incluimos como si los atracadores también se los hubieran llevado». El director respondió: «Correcto. Muy buena idea».

A esto, en un curso MBA, entre cuyos objetivos se cuenta sacar ventaja de una situación desfavorable, se le llama:

"GERENCIA ESTRATÉGICA"

En las noticias de la televisión informaron al día siguiente que un par de atracadores habían robado treinta millones; los ladrones, por su parte, solo pudieron contar veinte. Fuera de sí, reflexionaron: «Arriesgamos nuestras vidas y la prisión por veinte millones mientras los banqueros levantaron diez en suspiro».

En un curso MBA, en el que se demuestra que conviene más estudiar y conocer el sistema que ser un vulgar ladrón, a esto se le llama:

"EL CONOCIMIENTO VALE MÁS QUE EL ORO"

El director y el apoderado, felices y sonrientes, se sintieron satisfechos ya que sus desfalcos y desajustes fueron cubiertas por el robo.

En un curso MBA, a esto se le llama:

"APROVECHAR LAS OPORTUNIDADES”

MORALEJA

DALE UN ARMA A UN HOMBRE Y PODRÁ ROBAR UN BANCO.

DALE UN BANCO A UN HOMBRE Y PODRÁ ROBARLE A TODO EL MUNDO.

He redactado este cuentecillo modificando un texto apócrifo encontrado en Internet. Gracias a quien corresponda.