Fritillaria delavayi utiliza el
camuflaje y polinizadores especializados para superar los desafíos de la
herbivoría.
Con el tiempo y las fuerzas
impulsoras de la evolución, las plantas y los polinizadores han establecido
relaciones íntimas. Unas y otros han desarrollado estrategias fisiológicas y
morfológicas para aprovechar al máximo sus interacciones. Los polinizadores,
por ejemplo, han desarrollado partes del cuerpo especializadas, como los
cuerpos peludos de abejas y abejorros, probóscides alargadas y espiraladas enmariposas y polillas o picos alargados en colibríes, todas ellas destinadas a
recolectar y transportar polen y néctar de manera más eficiente.
A su vez, las plantas han
desarrollado métodos para atraer a los polinizadores, incluidos colores
brillantes, aromas atractivos o repulsivos (que atraen a los carroñeros) y
grandes inflorescencias. Sin embargo, estas estrategias también pueden atraer a
los herbívoros, lo que ha ejercido en las plantas una presión evolutiva
destinada a desarrollar mecanismos de defensa.
Entre los diversos mecanismos de
defensa empleados por las plantas, cabe mencionar el uso de las diferentes
capacidades de visión cromática de mutualistas y antagonistas, las defensas
mecánicas y químicas y el camuflaje. Algunas plantas, por ejemplo, aprovechan
el hecho de que distintos animales ven los colores de forma diferente. Las
flores de color rojo pueden atraer a los pájaros y son menos perceptibles para
ciertos insectos, como las abejas y las hormigas, que pueden actuar como
antagonistas en busca de néctar. En este caso, el color rojo ayuda a las flores
a evitar estos insectos, sirviendo como mecanismo de defensa.
Las defensas mecánicas incluyen
estructuras como espinas y aguijones, mientras que las químicas implican la
producción de compuestos tóxicos o disuasorios. Finalmente, el camuflaje —la
principal estrategia defensiva de la planta alpina himalayense Fritillaria delavayi— ha
surgido en las plantas como una estrategia defensiva en respuesta a la presión
selectiva de los herbívoros.
Fritillaria delavayi en poblaciones no camufladas (A-D) y camufladas (E). Fotos de Huang et al. (2024). |
F. delavayi muestra una variedad
de colores de hojas y flores entre diferentes poblaciones, desde el verde hasta
tonos crípticos como el gris o el marrón, que ayudan a la planta a mezclarse
con los pedregales en los que prospera. Esta adaptación varía entre poblaciones
y está influenciada por las presiones de la recolección humana con fines
medicinales. En la mayoría de las zonas, la planta produce flores amarillentas
que las abejas polinizan. Sin embargo, en algunas poblaciones las flores se
camuflan para que coincidan con el color de las rocas.
Si la polinización de estas
flores crípticas y si su coloración afecta la cantidad de semillas producidas
han sido durante mucho tiempo preguntas sin respuesta hasta un estudio publicado el pasado mes de mayo. Su investigación incluyó experimentos de polinización,
incluida la medición de las características florales, la evaluación de los
colores percibidos por diferentes polinizadores, el análisis de los aromas y
las observaciones del éxito reproductivo en cinco poblaciones del noroeste de
la provincia de Yunnan, suroeste de China.
A pesar de sus flores camufladas,
las plantas produjeron una gran cantidad de semillas, lo que significa que
incluso cuando son crípticas, la polinización sigue sucediendo. ¿Cómo lo
consiguen? Cambiando sus principales polinizadores de abejorros a moscas. En la
población con flores camufladas, las moscas son los polinizadores exclusivos, a
diferencia de las poblaciones de flores amarillas, donde dominan los abejorros.
Las flores camufladas son más pequeñas y se adaptan perfectamente a las
pequeñas moscas polinizadoras.
Polinizadores de Fritillaria delavayi. (F) Un abejorro (Bombus prshewalskyi) visitando una flor amarilla (G) Una mosca de la familia Anthomyiidae visitando una flor camuflada. Fotos de Huang et al. (2024). |
Las flores camufladas se mimetizan perfectamente con su entorno rocoso, lo que las hace casi invisibles tanto para los abejorros como para las moscas. Los abejorros son polinizadores muy conocidos en las zonas alpinas y poseen una visión tricromática, lo que significa que tienen tres tipos de receptores de color en sus ojos.
Esta
capacidad les permite diferenciar varios colores, como las tonalidades
amarillas de las flores no camufladas de F. delavayi. En el entorno alpino,
donde la diversidad de plantas suele ser baja y la eficiencia de la
polinización es crítica para el éxito reproductivo, la aguda visión de los
colores de los abejorros los hace particularmente efectivos para localizar y
polinizar las flores amarillas.
De modo semejante, las moscas
también desempeñan un papel crucial en ambientes fríos y poseen una visión
tricromática. Se sabe que las moscas antomíidas, los principales polinizadores
de la población camuflada, son importantes polinizadores de la flora alpina y
ártica. Estudios previos han demostrado que las moscas pueden discernir
pequeñas diferencias de color, pero dependen más del olfato que de la vista, lo
que les permite localizar estas flores ocultas. En el caso de las fritilarias
camufladas es más que posible que las moscas se guíen principalmente por los
olores.
En términos de éxito
reproductivo, las poblaciones con flores camufladas y no camufladas mostraron
tasas comparables de producción de frutos y semillas. A pesar de ser
polinizadores menos eficientes que los abejorros, las moscas visitan flores
camufladas con mucha más frecuencia de lo que hacen los abejorros en otras
poblaciones. Esta visita frecuente compensa su menor eficiencia, lo que resulta
en tasas similares de producción de frutos y semillas.
Los hallazgos de esta
investigación sugieren que F. delavayi ha desarrollado diferentes estrategias
para atraer polinizadores dependiendo del color de su flor y del entorno. Las
flores camufladas parecen haberse adaptado a métodos menos llamativos visualmente
para atraer a los polinizadores, dependiendo más del olor y haciéndose más
pequeñas para coincidir con sus polinizadores principales, las moscas.
Esta adaptación podría ser una
respuesta a los altos niveles de presión de recolección, lo que lleva a la
supervivencia de aquellas plantas que son menos visibles y, por lo tanto, menos
propensas a ser recolectadas por los herbívoros. Comprender estos mecanismos es
crucial para los esfuerzos de conservación, particularmente en áreas donde la
planta enfrenta una presión de recolección significativa. Proteger tanto a la
planta como a sus polinizadores es fundamental para mantener el equilibrio
ecológico y asegurar la supervivencia de esta especie.