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jueves, 8 de agosto de 2024

LECTURAS DE VERANO: EL SUDOR DE LOS BOTIJOS



Si dejamos un botijo a una temperatura ambiente de unos treinta grados centígrados y una humedad del 40%, logrará enfriar el agua de su interior unos diez grados en apenas una hora. ¿Cómo consigue hacerlo?

En principio, el material que se utiliza en su fabricación es arcilla cocida sin esmaltar, un material poroso, que por capilaridad permite que parte del agua pase del interior a la superficie, es decir, que el botijo “sude”, o lo que es lo mismo, que se filtre agua poco a poco hacia afuera.

El agua “sudada” se evapora en cuanto entra en contacto con el aire del exterior, pero para que pase de un estado líquido a otro gaseoso (evaporación) necesita energía (calor), que “robará” del exterior, pero también del agua contenida en el botijo, produciendo el enfriamiento progresivo de la misma. Es exactamente lo mismo que pasa cuando sudamos: cuando nuestro cuerpo necesita enfriarse porque hace mucho calor, se abren los poros, sale el sudor, y al evaporarse nos enfría un poco.



En las zonas donde hace más calor y el aire es más seco, la evaporación es más rápida, los botijos ofrecen un mayor rendimiento y pueden hacer descender la temperatura del agua hasta quince grados. Si en el exterior hay mucha humedad, no funcionan tan bien. Los que se comercializan barnizados son inútiles para enfriar.

Un buen botijo tiene que "sudar" para enfriar y cuanto más, mejor.