miércoles, 28 de agosto de 2024

LECTURAS DE VERANO. BREVE HISTORIA DE LA ARROBA (@)

 



El nacimiento del símbolo más usado de la era de Internet, la arroba (@) se remonta a hace más de 500 años. Usada para formar correctamente las direcciones de los correos electrónicos, la arroba es, sin ninguna duda, el símbolo de la era de Internet más antiguo.

La invención del email

Cuando el ingeniero Ray Tomlinson creó el e-mail en 1971, buscaba un símbolo que identificase las direcciones de correo electrónico y la @ era, entonces, uno de los menos utilizados en informática, a pesar de que, sorpendentemente, estuvies presente en los teclados de los ordenadores.

«Otro punto a favor de este símbolo es que al traducirse como “at” en inglés daba una sensación de localización», decía su creador. Su dirección, “tomlinson@bbn-tenexa”, fue la primera dirección de correo electrónico de la historia, pero Tomlinson nunca se tomó la molesta de guardar el primer e-mail enviado porque jamás imaginó la revolución que estaba generando.

Un símbolo medieval

Dado su utilización actual, casi siempre ligada al ámbito de los ordenadores o del correo electrónico, se podría pensar que la @ es un símbolo especialmente concebido para ese uso, con una antigüedad de décadas. Pero lo cierto es que se trata de un símbolo antiguo, conocido y utilizado en la Edad Media, hace más de cinco siglos.

La mayoría de los historiadores aceptan que el origen de la palabra “arroba” proviene del idioma árabe, concretamente del término “ar-roub“, que significa cuarto o cuarta parte. En cuanto al símbolo en sí mismo, esa especie de “a” encerrada por un círculo, tiene sus orígenes en una práctica común entre amanuenses y copistas encargados de copiar libros en latín, a mano, en la Edad Media.

Estos copistas utilizaban “@”, uniendo entre sí las letras “a” y “d” para formar la preposición latina “ad”, que significa “hasta” o “hacia“. Parece bastante lógico: si tienes que copiar a mano decenas de veces cientos de páginas, lo más probable es que busques todas las formas posibles de ahorrar trabajo.

La preposición “ad” aparecía con mucha frecuencia en esos textos, por lo que tiene sentido que haya sido reemplazada por un solo símbolo. Poco a poco, la “@” fue haciéndose popular en otros ámbitos, y se extendió a otros ámbitos como, por ejemplo, las cartas oficiales, donde se ponía la @ delante del nombre del destinatario.

La @ en un documento de 1775

Uno de los documentos más antiguos que se conocen que contiene una “@” impresa data del año 1536 y se trata de una carta enviada por un mercader italiano desde Sevilla a Roma. A pesar de la antigüedad de ese documento, algunos historiadores aseguran que el símbolo de la arroba ya se utilizaba en el año 1448, en el detalle de un envío de trigo desde Castilla hacia el Reino de Aragón que se incluye en la Taula de Ariza.

En el documento de 1536 se detalla la llegada de tres barcos provenientes de América, cargados de mercancías. Pueden leerse párrafos como «Así, una @ de vino, que es 1/13 de un barril, vale 70 u 80 ducados…». En ese contexto, la arroba representaba una unidad de medida utilizada por griegos y romanos que equivalía a un cuarto de ánfora.

En lo que se refiere a capacidad o volumen, el valor de la arroba variaba de acuerdo con el producto que se estuviese comerciando. Por ejemplo, si se trataba de líquidos, una arroba de aceite era equivalente a unos 12 litros y medio, mientras que si se estaba negociando con vinos, su valor era de algo más de 16 litros.

La arroba aparece en este apunte de 1448 que figura en un documento aduanero aragonés, la Taula de Ariza.

También se utilizó la arroba como medida de masa. En efecto, la “@” representa una masa equivalente a la cuarta parte de un quintal, una antigua unidad de masa y de capacidad usada en España y en Hispanoamérica que equivale exactamente a 46,0093 kg. Una “@”, por lo tanto, equivale a poco más de 11 kilogramos y medio.

Pero con el paso del tiempo, y salvo en determinados ámbitos rurales muy especificos, la “@” dejó de utilizarse. Solamente se mantuvo más o menos viva en los Estados unidos, donde se empleaba en los registros contables, estableciendo el precio unitario de un producto en una factura.

En medio de la descripción de una operación, por ejemplo, podía aparecer algo como “15 cajas @ 5 dólares cada una”, lo que indicaba que el valor de cada caja facturada era de cinco dólares, que en algunos apuntes contables españoles pasó a ser “c/u” (“cada una”). Como en Estados Unidos fue donde se inventó la máquina de escribir a finales del siglo XIX, el símbolo de la arroba se incluyó en su teclado. Y, como el teclado de los ordenadores es una evolución de los de aquellas máquinas, la arroba también se encuentra en ellos.

Hoy, más de cinco siglos después de que alguien la escribiera en la Taula de Ariza, un listado aduanero del Reino de Aragón, la @ ha pasado de medir arrobas de trigo a viajar por las redes sociales de un extremo a otro del planeta. Una carrera estelar para un símbolo tan pequeño.