lunes, 5 de agosto de 2024

EL CALOR EXTREMO DE JULIO HABRÍA SIDO IMPOSIBLE SIN LA INFLUENCIA DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Según el equipo de investigadores del World Weather Attribution, en el pasado mes de julio las temperaturas han sido hasta 3,3ºC más cálidas de lo que habrían sido en Europa sin un clima alterado por la acción humana.

Las olas de calor extremo que está afectando a gran parte de Europa y del norte de África hubieran sido imposibles sin la influencia del efecto del cambio climático provocado por la quema de combustibles fósiles. Así lo indican investigadores del World Weather Attribution, un centro de análisis y atribución del cambio climático.

El análisis concluye que las temperaturas extremas registradas en todo el Mediterráneo en julio habrían sido prácticamente imposibles sin el calentamiento provocado por los gases de efecto invernadero procedentes de los combustibles fósiles. Los termómetros subieron hasta 3,3°C respecto al período preindustrial debido al cambio climático provocado por el hombre (medido y constatado desde finales del siglo XIX).

Estas olas de calor, que antes eran imposibles, ahora son relativamente comunes debido al calentamiento provocado por el hombre y se espera que ocurran aproximadamente una vez por década. Con un mayor calentamiento, serán aún más frecuentes, señalan los investigadores en las conclusiones.

Eventos extremos más frecuentes

Las proyecciones de los estudios del Grupo Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU (IPCC) indican que los eventos de calor extremo como los de julio de 2024 en el Mediterráneo ya no son extraordinarios. Se espera que, con el clima actual, olas de calor similares a las que han afectado a Grecia, Italia, España, Portugal y Marruecos ocurrirán, por lo menos, una vez cada diez años.

Eso se debe al aumento 1,3ºC de temperatura desde la era preindustrial, provocado por el cambio climático inducido por la actividad humana. De hecho, en muchas regiones, la influencia del cambio climático de origen humano es tan grande que las temperaturas registradas durante las olas de calor no serían posibles sin el calentamiento provocado por la quema de combustibles fósiles, reiteran. Este es el caso también del Sahara, África Occidental, Filipinas y otros países de Asia Oriental y algunas zonas de Estados Unidos.

En Canadá, los incendios forestales han acabado con uno de los parques nacionales más famosos del mundo: Jasper.

El fuego destruye Jasper

Una de las joyas medioambientales y paisajísticas más emblemáticas del mundo, el Parque Nacional Jasper, en Alberta, al oeste de Canadá, está a punto de dejar de existir, arrasada por el mayor incendio forestal jamás observado en la región.


Un voraz incendio forestal ha devastado la ciudad turística de Jasper, en el oeste de Canadá, destruyendo hasta el 50% de las estructuras, mientras que a finales de julio los bomberos intentaban salvar tantos edificios como fuera posible.

Canadá está sufriendo, por segundo año consecutivo, la peor ola de incendios forestales de su historia, como consecuencia del calentamiento del planeta, con más de 45 incendios activos durante la primera semana de agosto, cuando yo me encontraba en la cercana Columbia Británica.

Jasper se encuentra en medio del montañoso Parque Nacional Jasper, en la provincia de Alberta. La ciudad y el parque, que atraen a más de dos millones de turistas al año, fueron evacuados el 22 de julio, cuando las autoridades estimaron que había hasta 10.000 personas en la ciudad y otros 15.000 visitantes.

La BBC habla de columnas de fuego de 100 metros de altura, ante las cuales los bomberos no pueden hacer nada y que han destruido no sólo el parque, sino también la ciudad. La cadena de TV británica recoge las advertencias que están realizando los científicos para las zonas más al norte de América y Europa: "el cambio climático podría provocar más rayos en los bosques de las zonas más septentrionales del planeta, aumentando el riesgo de incendios forestales".



CBC News mostró imágenes de una ciudad entera calcinada por las llamas, con edificios y avenidas enteras humeantes reducidos a cenizas. El vídeo en el que aparece entre lágrimas Danielle Smith, primera ministra de Alberta, relatando la magnitud del daño durante una rueda de prensa se ha viralizado.



Reuters ha recordado las advertencias realizadas por el Gobierno de Canadá el pasado abril, indicando que «las altas temperaturas y los bosques extremadamente secos significaban que este podría ser un año catastrófico para los incendios forestales en Canadá».

Julio fue el mes más cálido de la historia, igual que los doce meses anteriores

La ola de calor del mes de julio se ha producido después de una racha de 13 meses seguidos cada uno de los cuales ha sido el mes más caluroso jamás registrado. Junio de 2024 fue, además, el duodécimo mes consecutivo en el que las temperaturas medias mundiales han subido 1,5ºC por encima de las de la época preindustrial.

Durante esta ola de calor ha habido al menos 21 víctimas mortales en Marruecos, donde las temperaturas alcanzaron los 48ºC. En países como Grecia y Portugal, el calor extremo, de más de 40ºC, junto a fuertes vientos, provocaron importantes incendios forestales. En España, Andalucía ha visto cómo sus termómetros ascendían hasta los 44 ºC.

Las olas de calor son los más mortíferos de los fenómenos meteorológico-extremos, y provocan cientos de miles de muertes por causas relacionadas con el calor cada año. El impacto completo de una ola de calor no se suele conocer hasta meses después, una vez que se analizan los certificados de defunción o que los científicos pueden calcular el exceso de mortalidad. Muchos países carecen de buenos sistemas de registro, por lo que las cifras de mortalidad a nivel mundial son significativamente más bajas de las reales.



La Organización Meteorológica Mundial, portavoz de la ONU sobre el tiempo, el clima y el agua, estima que las muertes por calor en Europa han aumentado alrededor de un 30% en las últimas dos décadas y más de 60.000 personas en Europa murieron por calor extremo durante el verano de 2022, según estima un estudio independiente.

La buena noticia es que no necesitamos ninguna solución mágica para evitar que las cosas se pongan peor. Sabemos exactamente lo que tenemos que hacer y tenemos la tecnología para hacerlo: reemplazar los combustibles fósiles por energía renovable y detener la deforestación.