Las hembras de un grupo de chimpancés salvajes (Pan troglodytes) son los primeros primates no humanos en los que se ha comprobado que experimentan la menopausia. Las ballenas dentadas como las orcas (Orcinus orca), son los únicos mamíferos salvajes de los que se sabe que las hembras viven mucho más allá de sus años reproductivos.
En animales criados en cautividad, ese es un hecho que parece ser más
común: las hembras de seis de veinte órdenes de mamíferos sobre los que existen
datos experimentan cese de la ovulación mucho antes de morir. Se incluyen entre
ellos los tejones europeos (Meles meles), los ratones domésticos (Mus
musculus) y los caballos. Sigue siendo misterioso por qué sólo algunos
animales experimentan la menopausia.
Las hembras de un grupo de chimpancés salvajes (Pan troglodytes )
son los primeros primates no humanos documentados que experimentan la
menopausia. El hallazgo, publicado
esta semana en Science, incide en el misterio de por qué un puñado
de mamíferos, incluidos los humanos y las ballenas dentadas (odontocetos),
evolucionaron para que la esperanza de vida de las hembras vaya más allá de sus
años reproductivos. Dicho de otra forma, hay muchas especies que se reproducen
más o menos hasta que mueren, pero el enigma es por qué unas pocas escapan a
esta tendencia y dejan de reproducirse mucho antes de morir.
De 1995 a 2016 los investigadores que han publicado el hallazgo de la
menopausia entre chimpancés siguieron a 185 hembras de una comunidad del Parque
Nacional Kibale, en Uganda. Los datos revelaron que, en un patrón similar al de
otros chimpancés y entre humanos, el número de nacimientos disminuyó después de
los treinta años y cesó por completo a los cincuenta.
Sin embargo, varias hembras continuaron viviendo tras dejar de
reproducirse, a veces hasta bien entrados los sesenta años. Las hembras de
Kibale pasan alrededor de una quinta parte de su vida adulta en este período
posreproductivo, aproximadamente la mitad que el de los humanos
cazadores-recolectores.
Las hembras de chimpancé experimentan un cambio hormonal similar a la
que se observa en los humanos. Los científicos siguieron a las hembras posreproductivas
para recolectar muestras de orina que caían de los árboles en los que estaban
encaramadas las hembras. El equipo encontró una disminución en los niveles de
estrógenos y progestinas, junto con niveles elevados de hormona estimulante del
folículo y de hormona luteinizante en esas hembras; ambas son hormonas que
controlan la ovulación y la renovación del revestimiento uterino después de la
menstruación. Eso quiere decir que los chimpancés pasan por el mismo proceso
fisiológico que los humanos.
Queda por saber si los chimpancés del Parque Nacional Kibale son un
grupo excepcional. En otro artículo publicado el mismo día, la bióloga Angela
Goncalves, del Centro Alemán de Investigación del Cáncer en Heidelberg,
descubrió que, en animales cautivos en zoológicos, laboratorios y otros
entornos de cautividad, el cese de la ovulación está muy extendido. Las hembras
de seis de los veinte órdenes de mamíferos de los que había datos experimentan
este cese, lo que lleva a una fase estéril de la vida.
Goncalves dice que investigar el cese de la ovulación entre especies
podría permitir a los investigadores descubrir los mecanismos biológicos
implicados. Respecto al cese de la ovulación, afirma que todavía no está claro
exactamente dónde comienza, si los responsables son los ovarios, por ejemplo, o
la glándula pituitaria productora de hormonas.
Al igual que los animales cautivos de su estudio, los chimpancés de
Kibale también podrían vivir en circunstancias protegidas. Según el equipo que
ha investigado en ese parque, el grupo de chimpancés vive aislado y están menos
afectado por las enfermedades y las actividades humanas que otros grupos de
chimpancés. En otras poblaciones de chimpancés, las hembras suelen morir poco
después del final de su vida reproductiva.
La 'hipótesis de la abuela' recibe un contratiempo
Una hipótesis sobre la evolución de la vida más allá de la reproducción
se llama hipótesis de la abuela, que sugiere que las hembras mayores podrían
impulsar su legado genético ayudando a sus hijas a criar a sus hijos. Pero la
hipótesis no funciona en los chimpancés, porque las hembras jóvenes abandonan
su grupo familiar para aparearse y, por tanto, quedan separadas de su madre.
Una explicación evolutiva alternativa que podría explicar la menopausia
en los chimpancés de Kibale es la hipótesis del conflicto reproductivo, que
sugiere que, dentro de un grupo, las hembras mayores dejan de reproducirse para
evitar la competencia reproductiva con las hembras más jóvenes, quienes, con el
tiempo, tienen cada vez más probabilidades de ser sus nietas. ©
Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.