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miércoles, 27 de septiembre de 2023

La extraña col mofeta; apestosa y calentita

 

Las hojas de la col mofeta emergen de la nieve en Montgomery, Maryland. Foto de Stephen J. Davies.

Si paseas por los Apalaches a principio de primavera es muy posible que veas algunos lugares embarrados a cuyo alrededor la nieve se derrite en círculos. Acércate. Poco a poco tu olfato se llenará de un repugnante olor a mofeta. Aguanta un poco y sigue acercándote: en los círculos verás sobresalir un puñado de hojas gruesas acopadas que sobresalen por encima de la nieve.

Enhorabuena. Has dado con una rareza botánica. Son las primeras hojas de las coles mofetas, quizás las primeras plantas que florecen en las montañas del este de Norteamérica desde Nueva Escocia, Canadá, por el norte, hasta su límite meridional en Tennessee, al sur. Las hojas y las flores oscuras que parecen un pedazo de carne (y huelen a carne putrefacta) empiezan a emerger durante los primeros días de primavera o en las últimas semanas del invierno cuando son suficientemente benignas.

Tres especies de aráceas, con espádices (1) y espatas (2)


Las coles mofetas pertenecen a la especie Symplocarpus foetidus, un nombre que no es un eufemismo. Se incluye en la familia de las aráceas, en la que se alinean muchas ornamentales, como los filodendros (Philodendron), los lirios de agua o calas (Zantedeschia), los anturios (Anthurium), las costillas de Adán (Monstera), los aros (Arum y Arisarum) o las enormes inflorescencias de los Amorphophallus. Todas ellas tienen en común la producción de minúsculas flores agrupadas en unas inflorescencias llamadas espádices, rodeadas de una hoja modificada (la espata) generalmente de colores muy vivos.

Además de llamativas, todas ellas son plantas venenosas conocidas por su producción de oxalato cálcico, un compuesto que cuando se ingiere en dosis altas puede causar un daño hepático permanente. Por eso es por lo que hay que guardar muchas precauciones a la hora de consumir los ricos frutos de las costillas de Adán.

Si el olor de la col mofeta es inconfundible, también lo es la flor moteada de color púrpura y verde oscuro, con una espiga de color apagado en el centro. Pero lo más notable del repollo mofeta es que está dotada de un notable rasgo evolutivo: es una flor con calefacción capaz de generar su propio calor hasta el punto de que puede derretir la nieve a su alrededor.

La explicación bioquímica de la capacidad del repollo zorrillo para generar el calor de derretimiento de la nieve es tan elegante como simple. Dentro de las células de las coles se encuentran las mitocondrias, la maquinaria generadora de energía de todas las células. En estas mitocondrias existe una enzima llamada oxidasa alternativa o AOX. Esta enzima altera la capacidad de producción de energía de una célula: en lugar de generar energía para el crecimiento, genera calor. Gracias a ello, las flores pueden derretir la nieve.

Así es como pueden crear esos pequeños claros de nieve que aparecen en primavera. ¿Pero por qué huelen a podrido? A medida que la nieve se derrite y las flores comienzan a aparecer, surge la competencia por los polinizadores. Algunos de los primeros insectos que emergen son los escarabajos y las moscas. Han pasado los meses de invierno congelados y son los primeros en buscar comida.

Muchas plantas con flores, como la col mofeta, evolucionaron juntamente con los insectos. La flor proporciona alimento y el insecto transporta el polen de flor en flor. Pero ¿por qué una flor huele a descomposición? ¿Qué tipo de animal visitaría una flor maloliente?

El olor de la col mofeta, como el del aro atrapamoscas que describí en este artículo es un magnífico ejemplo de mimetismo y defensa. El hedor engaña a los escarabajos y a las moscas, haciéndoles creer que hay comida disponible. En lugar de un cadáver de animal en descomposición (su comida preferida en primavera), la planta les engaña para que visiten una flor llena de polen, que luego, sin querer, llevarán a otra flor. Al imitar el olor a descomposición, la col ha desarrollado la capacidad de explotar a los primeros polinizadores primaverales.

Al mismo tiempo, el sabor amargo y el hedor disuaden a los herbívoros que de otro modo se darían un festín con estas primeras hojas tiernas de primavera que brotan cuando no hay otras hierbas disponibles. © Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.