La mayoría de los fenómenos naturales con los que convivimos tienen asociados sonidos característicos: la lluvia, las olas, el fuego, el viento, los terremotos, etc. Habida cuenta de que utilizan los sonidos para detectar peligros y presas o para comunicarse, para muchos animales el sentido del oído es capital para sobrevivir.
Es bastante obvio que, aunque los
perros tienen una vista que parecía mal los colores, tienen un sentido del
olfato mucho más potente que el nuestro y otro tanto puede decirse de su
capacidad de percibir algunos sonidos, aunque no todos.
¿Qué es y cómo se mide el
sonido?
Una onda sonora es una onda longitudinal que transmite
lo que se asocia con sonido. El sonido es cualquier fenómeno que suponga la transformación
en ondas mecánicas longitudinales
dentro del oído de las oscilaciones de la presión del aire. La recepción de una
onda sonora por el oído engendra una vibración de las partículas del aire
situadas delante del tímpano, con frecuencias y amplitud determinadas. Las vibraciones
serán percibidas por el cerebro como ondas sonoras si su frecuencia está dentro
del rango audible para los humanos.
El hercio (Hz) es la unidad que
expresa la frecuencia,
es decir, cantidad de vibraciones que emite una fuente sonora por unidad de
tiempo. Cuanto mayor sea la frecuencia, mayor será el tono
del sonido. Los sonidos con tonos agudos son aquellos que tienen una
frecuencia alta (sonidos altos), mientras que los sonidos con tonos graves son
los de baja frecuencia (sonidos bajos).
La frecuencia es el número de vibraciones por unidad de tiempo. Se mide en hercios (Hz). |
El oído humano puede percibir ondas sonoras de frecuencias entre los 20 y los 20 000 Hz. Las ondas que poseen una frecuencia inferior a la audible por los humanos se denominan infrasónicas y las superiores ultrasónicas. Otras especies animales pueden percibir otros rangos de frecuencias: el gato doméstico 100-32 000 Hz; el elefante africano 16-12 000 Hz; el murciélago 1 000-150 000 Hz o los roedores 70-150 000 Hz.
Otra característica del sonido
que conviene tener en cuenta es la intensidad (coloquialmente conocida como
“volumen”, que es la cualidad que nos permite identificar los sonidos como fuertes
o débiles y está directamente relacionada con la intensidad del movimiento
ondulatorio, es decir, con la energía que transporta la onda por unidad de
superficie y por unidad de tiempo. Esta intensidad es proporcional al cuadrado
de la amplitud.
Parámetros de una onda sinusoidal. 1 = Amplitud. 2 = Amplitud de pico a pico. 3 = Media. 4 = Periodo. |
La percepción subjetiva
(fisiológica y psicológica) del sonido no mantiene una relación de
proporcionalidad con la intensidad. Para que una persona aprecie que el volumen
de un sonido es el doble que el de otro, la intensidad de este debe ser diez
veces mayor. Para evaluar la medida del sonido se utiliza una escala
logarítmica en decibelios
(dB) que permite representar magnitudes muy grandes y pequeñas con números
relativamente pequeños.
En la escala de decibelios el
valor 0 corresponde al umbral de audición humano, de forma que los valores
negativos corresponden a sonidos imperceptibles por nosotros. Aun así, el
verdadero umbral de audición varía entre distintas personas y, para un mismo individuo,
depende de la frecuencia del sonido. Se considera el umbral del dolor para el
humano a partir de los 140 dB. Esta suele ser, aproximadamente, la medida
máxima considerada en aplicaciones de acústica.
¿Cómo oímos?
Como puede verse en la siguiente figura
no hay diferencias anatómicas importantes entre los órganos auditivos de perros
y humanos salvo en lo que se refiere al pabellón auricular, que es de mayor tamaño
y orientable en el caso de los cánidos. En unos y otros, el proceso de audición
es idéntico y depende de una serie de pasos complejos
que convierten las ondas sonoras que viajan por el aire en señales eléctricas,
que llegan al cerebro a través del nervio auditivo. Un proceso resumido puede
verse en este vídeo.
La audición de los perros
Es bastante obvio que los perros tienen un sentido
del olfato mucho más potente que el nuestro y otro tanto ocurre cuando
medimos la capacidad auditiva aplicando la frecuencia. Los perros pueden
apreciar sonidos a frecuencias de entre 40 y 46 000 Hz, más del doble de los
que dejan de ser perceptibles por los humanos.
Pero la cosa no es tan sencilla. Para algunos sonidos, la audición de
un perro es realmente cientos de veces mejor que la nuestra, mientras que para
otros sonidos perros y humanos tienen sensibilidades auditivas que son muy parecidas.
Donde los perros realmente sobresalen es con los sonidos más agudos. El
ser humano adulto promedio no puede escuchar sonidos por encima de 20 000 Hz,
aunque los niños pequeños pueden escuchar sonidos de frecuencias algo más altas.
Los perros pueden escuchar sonidos de hasta 47 000 a 65 000 Hz, que son
demasiado agudos para nosotros.
Además, a altas frecuencias los perros pueden detectar sonidos mucho menos
intensos que nosotros. Recuerde que la intensidad de un sonido se mide en
decibelios (dB) y que el valor cero dB es la intensidad promedio de un sonido
que apenas puede ser escuchado por un ser humano joven. Por lo tanto, los
sonidos demasiado bajos para que los humanos los aprecien reciben una
calificación negativa en decibelios.
Cuando los sonidos tienen una frecuencia de entre 3 000 y 12 000 Hz,
los oídos de los perros son mucho más sensibles que los nuestros. Pueden
escuchar esos sonidos cuando están en cifras negativas, entre -5 dB y -15 dB en
promedio. Eso significa que los perros pueden apreciar sonidos que no son lo
suficientemente fuertes para nuestros oídos.
Una cuestión de ancestros
La causa de que los perros puedan apreciar tan bien los sonidos agudos
se debe a su origen depredador. En la dieta de los lobos, ancestros de los
perros, se incluyen pequeños roedores, por lo que la capacidad de escuchar los
chillidos de animales diminutos es importante para su supervivencia. Los
humanos, que evolucionaron para cooperar con otros humanos, tienen oídos
sintonizados con el tono de la voz humana.
Esta sensibilidad a los sonidos más agudos probablemente explica varios
fenómenos que atañen a los cánidos. Se llama percepción extrasensorial o sexto
sentido a la supuesta percepción de información no obtenida a través de los
sentidos, sino con la mente. Entre esas capacidades psíquicas se cuentan la
telepatía, la psicometría, la clarividencia y otros fenómenos pseudocientíficos
que cautivan a conspiranoicos, terraplanistas y compañeros mártires, además de
ser temas perfectos para comentarios en la barra del bar.
Los perros no tienen un sexto sentido, solo tienen un oído increíble
Pero no, en lugar de tener un sexto sentido, los perros pueden
predecir terremotos usando sus oídos altamente sensibles. Y su reconocida
habilidad para predecir la llegada de alguien a su puerta probablemente se deba
a su capacidad para detectar el sonido de un automóvil o de un ascensor antes
de que usted pueda escucharlo.
Los perros pueden angustiarse mucho no solo con los fuegos
artificiales, sino también con ruidos domésticos como una aspiradora o un
taladro, porque suenan más fuertes para ellos que para nosotros. Demás, los
perros pueden escuchar ruidos agudos de estos dispositivos que nosotros no podemos
detectar.
Otras diferencias
Cuando se trata de otros rangos de frecuencia detectables, la
sensibilidad de los oídos de perros y humanos es casi la misma. Sin embargo,
los oídos humanos tienen una sensibilidad máxima alrededor de los 2 000 Hz y no
es una simple coincidencia que esa frecuencia esté justo en el medio del rango
del habla humana. Por su parte, los perros tienen una sensibilidad máxima alrededor
de los 8 000 Hz, mucho más ajustada para escuchar a sus presas.
Los perros también tienen una capacidad asombrosa para detectar pequeñas diferencias entre frecuencias, lo que significa que se pueden dormir escuchando la televisión, pero se despiertan tan pronto como escuchan algo no relacionado con el sonido de la televisión.
Cómo se mide la capacidad auditiva de un perro
Los investigadores saben lo que los humanos pueden escuchar porque
pueden preguntar a sus sujetos de prueba, pero ¿cómo saben lo que los perros
pueden apreciar? Los estudios pioneros implicaban entrenar a los perros para que
presionaran una palanca debajo de un altavoz cuando escuchaban un sonido.
Hoy en día, las capacidades auditivas de cualquier perro se pueden determinar
sin que el perro tenga que hacer nada. La prueba
de respuesta auditiva del tronco encefálico (RATE), que se usa para detectar
algunos tipos de sordera parcial, como la que causa una lesión o tumores que
afectan los nervios que intervienen en la audición, es tan simple como colocar
electrodos en la cabeza de un perro y auriculares en sus oídos. Los sonidos se
reproducen a través de los auriculares, y si el cerebro muestra actividad
eléctrica, se considera que el perro ha escuchado el sonido.
Al igual que los humanos, los perros pueden perder la audición con la
edad o por otros factores, como una infección grave del oído. La prueba RATE es
una manera de determinar el nivel de pérdida auditiva. La mayoría de los perros
se adaptan bien cuando les fallan los oídos y pueden seguir comunicándose con
sus dueños mediante el lenguaje corporal e interpretando las señales que se les
hacen con las manos.
Además, la capacidad de detectar sonidos agudos suele ser la última en
desaparecer, por lo que los sonidos más fuertes y de alta frecuencia, como un
silbato, pueden funcionar incluso cuando su perro ya no puede escuchar su voz.