sábado, 10 de abril de 2021

Cambio climático: bases militares secretas y cajas de galletas danesas

Tundra ártica en Qnnannq, Groenlandia. Foto de Helen Brochmann.

Unas hojas conservadas bajo kilómetro y medio de hielo de Groenlandia y perdidas dentro de cajas de galletas en un congelador durante años, traen nuevas lecciones sobre el cambio climático.

En la década de los 50 del siglo pasado, en plena Guerra Fría, el ejército de Estados Unidos puso en marcha un proyecto denominado Iceworm (Gusano de Hielo). Hasta el noreste de Groenlandia llegaron cientos de militares, equipos pesados e incluso un reactor nuclear. Los ingenieros militares construyeron una base subterránea de túneles. La llamaron Camp Century. No duró mucho. La nieve y el hielo comenzaron a aplastar lentamente los edificios sobre los túneles situados debajo, lo que obligó a los militares a abandonarlo en 1966.

La base formaba parte de un plan secreto para ocultar armas nucleares a los soviéticos. Oficialmente, se anunció como un laboratorio de investigación del Ártico. De hecho, alguna investigación hubo. Durante su corta vida, los científicos pudieron atravesar el núcleo de hielo y comenzar a analizar la historia climática de Groenlandia. 

Para conseguirlo, perforaron en el hielo con una sonda tubular. Poco a poco, fragmento a fragmento, extrajeron un núcleo de hielo de diez centímetros de ancho y de más de kilómetro y medio de largo. En el fondo del gigantesco cilindro, sepultado bajo 1,4 kilómetros de hielo, había algo más: casi cuatro metros de suelo congelado.

Los científicos estaban interesados en el hielo. El hielo puede contar parte de la historia climática de la Tierra. A medida que se acumula año tras año, captura capas de ceniza volcánica y atrapa burbujas de aire que revelan la composición de la atmósfera. No les interesaba el suelo congelado, pero fueron cuidadosos. En lugar de deshacerse de él, lo examinaron un poco, los guardaron en latas de galletas y luego se dedicaron a escudriñar en el hielo. 

Construcción de un túnel bajo el hielo en Camp Century. Foto


Uno de los científicos de Camp Century, el glaciólogo Chester Langway, había mantenido congeladas las muestras del suelo en la Universidad de Buffalo durante años, y luego las envió a Dinamarca en la década de 1990, donde el suelo pronto cayó en el olvido. Años después, unos científicos daneses redescubrieron ese suelo congelado dentro una caja de tarros de vidrio para galletas que llevaban etiquetas descoloridas: "Camp Century Sub-Ice".

En julio de 2019, las muestras de suelo en estado sólido congelado llegaron a un laboratorio de la Universidad de Vermont. Allí, empezó a revelar sus secretos. Utilizando técnicas de laboratorio inimaginables en cuando se perforó el núcleo, un equipo internacional de científicos ha podido demostrar que la enorme capa de hielo de Groenlandia se había derretido en el último millón de años. La datación por radiocarbono mostró que habría ocurrido hace más de 50.000 años. Lo más probable es que sucediera en momentos en que el clima era cálido y el nivel del mar alto, posiblemente hace unos 400.000 años.

Y había más. Mientras exploraban el suelo al microscopio, se sorprendieron al descubrir los restos de un ecosistema de tundra: ramitas, hojas y musgos. No era solo tierra. Era un ecosistema antiguo perfectamente conservado en la congelación profunda natural de Groenlandia. Los investigadores tenían bajo sus ojos las plantas del norte de Groenlandia tal como existía la última vez que la región estuvo libre de hielo. 

Un resumen de esta historia puedes verla en este vídeo.

Sin una capa de hielo, la luz solar había calentado el suelo lo suficiente como para que la vegetación de la tundra cubriera el paisaje. Los océanos de todo el mundo habrían sido unos 2,5 metros más altos, quizás incluso cinco metros. La mayoría de las grandes ciudades costeras de hoy habría estado bajo las olas del océano.

Los científicos examinan una pieza de la sonda. Foto.
 

Todo esto sucedió antes de que los humanos comenzaran a calentar el clima de la Tierra. La atmósfera en ese momento contenía mucho menos dióxido de carbono que en la actualidad y su concentración no aumentaba tan rápido como lo hace ahora. El núcleo de hielo y el suelo son algo así como la piedra Rosetta para comprender cuán duradera ha sido la capa de hielo de Groenlandia durante los períodos cálidos interglaciares, y cómo de rápido podría derretirse de nuevo a medida que el clima se calienta.

A, tallo de un arbusto no identificado. B, tallo del arbusto Empetrum nigrum. C, corte de un tallito (caulidio) de musgo. D, ápice foliar del musgo Polytrichum juniperinum. E, caulidios y hojitas (filidios) de P. juniperinum. F, G, filidios del musgo Tomentypnum nitens. H, esclerocio del hongo Cenococcum geophyllum. I, filidio de un musgo no identificado. Fuente

Durante el último millón de años, el clima de la Tierra estuvo marcado por períodos cálidos relativamente cortos, que generalmente duraron alrededor de 10.000 años, llamados interglaciares, durante los cuales había menos hielo en los polos y el nivel del mar era más alto. La capa de hielo de Groenlandia sobrevivió a lo largo de toda la historia de la humanidad durante el Holoceno, el actual período interglaciar de los últimos 12.000 años, y la mayoría de los interglaciares en el último millón de años.

Pero la nueva investigación muestra que al menos uno de estos períodos interglaciares fue lo suficientemente cálido durante un período de tiempo lo bastante prolongado como para derretir grandes porciones de la capa de hielo de Groenlandia, lo que permitió que emergiera un ecosistema de tundra en el noroeste de Groenlandia. Un trabajo anterior realizado en otro núcleo de hielo, GISP2, extraído del centro de Groenlandia en la década de 1990, mostró que el hielo también había estado ausente allí en el último millón de años, quizás hace unos 400.000 años.

Lo que vamos conociendo gracias a esta historia de la Tierra escrita en el hielo, son lecciones para un mundo que enfrenta un rápido cambio climático. Perder la capa de hielo de Groenlandia sería catastrófico para la humanidad de hoy. El hielo derretido elevaría el nivel del mar varios metros. Eso rediseñaría las costas de todo el mundo.

Aproximadamente el 40% de la población mundial vive a menos de cien kilómetros de la costa y 600 millones de personas viven a menos de diez metros por encima del nivel del mar. Si el calentamiento continúa, el hielo derretido de Groenlandia y la Antártida verterá más agua en los océanos. Las poblaciones humanas se verán obligadas a mudarse, los refugiados climáticos serán más comunes y abandonaremos las costosas infraestructuras que hemos construido durante décadas. La actual y progresiva elevación del nivel del mar ya ha aumentado las inundaciones producidas por las tormentas costeras y ha causado cientos de miles de millones de euros en daños cada año.

La historia de Camp Century abarca dos momentos críticos de la historia contemporánea. Una base militar ártica construida en respuesta a la amenaza de una guerra nuclear nos ha llevado a descubrir en el hielo otra amenaza más grave: la del aumento del nivel del mar debido al cambio climático causado por los humanos. © Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.