Si te gustan las orquídeas y nunca las has cultivado,
comienza con una orquídea mariposa (género Phalaenopsis). Son
fáciles de cuidar y se pueden hacer florecer varias veces al año. Hay muchas
especies e innumerables variedades de este género. Cualquiera de ellas te
servirá.
Popular desde la época victoriana, esta orquídea con forma
de mariposa es la flor que la mayoría de la gente tiene en mente cuando se les
habla de "orquídea". Las Phalaenopsis son vistosas y crecen muy
bien en ambientes domésticos. Estas son las respuestas a algunas preguntas
típicas sobre cómo mantener una tu nueva orquídea mariposa sana y feliz.
¿Dónde debo ponerla?
La temperatura ideal para una Phalaenopsis oscila entre
los 23 y 26 grados centígrados (eso es lo ideal, pero tolerará unos pocos
grados por debajo y muchos más por encima). Necesita poca luz, por lo que
colocarla cerca de una ventana orientada al este es lo mejor, aunque las
ventanas orientadas al sur o al oeste también están bien siempre que estén sombreadas.
La mejor manera de determinar si tu orquídea recibe
suficiente luz es mirando las hojas. En las orquídeas, lo que se busca es que
las hojas sean de color verde oliva o ligeramente verde-amarillentas. Si las
hojas toman un color verde oscuro eso significa que la planta no recibe
suficiente luz; por el contrario, si las hojas adoptan tonos ligeramente rojos es
que la planta recibe demasiada luz.
¿Y la humedad ambiental?
Aunque a las Phalaenopsis les gustan los ambientes
húmedos (entre 50-80%), eso no quiere decir que tengan que cultivarse
exclusivamente en las condiciones húmedas de un invernadero. Puede adaptarse
bien en ambientes domésticos menos húmedos. Cuando la planta florezca, aumenta
la humedad colocándola en una bandeja poco profunda con guijarros y agua. Por
el contrario, si vives en un clima muy húmedo como el de muchas zonas costeras
españolas, es conveniente usar un ventilador de techo para darle más
circulación de aire.
¿Cuánta agua hay que darle?
El riego excesivo es el mayor pecado de los cultivadores
novatos y el asesino más común de las orquídeas, pero también la mala práctica
más fácil de solucionar. Primero y principal, ¡nunca uses agua demasiado fría!
El golpe de frío dañará las raíces de la orquídea. Usa agua tibia o a
temperatura ambiente. Riega la planta cuando el sustrato en el que crece esté
seco; no riegues cuando no lo esté.
¿Cómo puedes saber si tu Phalaenopsis está sedienta?
Pon los dedos en la mezcla de corteza o musgo en la que suele comercializarse la
orquídea. Si está seca, dale un buen remojo colocándola debajo del grifo (¡ojo!,
que el chorro no golpee con fuerza) y dejando que el agua corra por el fondo.
Espera hasta que se seque antes de volver a regar.
Las raíces cambian a color verde fuerte cuando están
mojadas. Las raíces firmes con una capa blanquecina indican que la orquídea goza
de buena salud. Por el contrario, si las raíces están blandas u oscuras la
orquídea está en un estado poco saludable. La orquídea necesitará agua cada
5-14 días, dependiendo de la temperatura y la insolación del lugar en el que
crezca.
El riego excesivo o insuficiente mata a la mayoría de las
plantas, así que observa qué pinta tiene tu orquídea cuando acabas de regarla y
qué aspecto tienen una semana después de haberla regado.
La orquídea ha terminado de florecer, ¿y ahora qué?
Una vez que tu Phalaenopsis haya terminado de
florecer, su espiga vieja se puede cortar de dos maneras. Se puede cortar hasta
el nivel las hojas y florecerá nuevamente al cabo de varios meses, o se puede
cortar hasta los dos nudos (las bandas marrones a lo largo de la espiga) situados
inmediatamente debajo del lugar en el que creció por última vez, en cuyo caso debería
florecer nuevamente en 8-12 semanas.
¡Suerte!