El inicio de la primavera 2021 en el hemisferio norte se produjo oficialmente ayer sábado, 20 de marzo a las 10:37, hora peninsular española. Como siempre, la primavera fue anunciada por la floración de algunas plantas vernales.
El equinoccio de primavera marca el inicio de la nueva
estación. Por convenio internacional, el inicio de las estaciones viene marcado
por el instante en que la Tierra está en una determinada posición en su órbita
alrededor del Sol. En primavera, los dos polos de la Tierra están a la misma
distancia del Sol, y solamente una mitad exacta de la Tierra está iluminada.
Además, cuando esto ocurre, la duración del día y la noche prácticamente
coinciden, de donde proviene el término equinoccio (noche igual).
La primavera viene precedida por algunos anuncios florales, cuando
la vegetación se despereza tras el reposo invernal y surgen las primeras flores
de los heraldos primaverales, unos de los cuales son las prímulas o belloritas
(“prímula” significa “primera”), unas hierbas perennes de pequeña estatura y
discretos colores cuyas hojas rugosas se disponen en forma de roseta basal.
En los bosques españoles la más frecuente es la primavera, Primula
veris, de cuya roseta basal emerge un tallo desprovisto de hojas (un escapo) que raramente alcanza un
palmo de longitud, en cuyo extremo cabecean las flores doradas esperando a sus
polinizadores. Su aspecto, que recuerda vagamente a un manojo de llaves, le ha
valido apodos como «hierba de las llaves» o «hierba de San Pedro» en lengua
inglesa (Our Lady’s Keys, Saint Peter’s keys). Para la tradición
germánica, las primaveras son también manojos de llaves que abren las puertas
del cielo, del paraíso o de otras geografías mágicas en fábulas y cuentos: son
las Schlüsselblume o Himmelsschlüssel, las «flores que
abren» la primavera.
Su aspecto delicado y alegre las ha relacionado en algunos
idiomas con las hadas y así lo reflejan nombres como fairy cups («copas
de hadas»). En cambio, la coincidencia de su floración con el despertar musical
de los cucos les ha hecho merecedoras del nombre de flor de cuco en varias lenguas
y dialectos peninsulares.
Cada flor delicadamente aromática está envuelta por un largo
cáliz acampanado, del que sobresale la corola de color amarillo brillante con
sus cinco pétalos soldados en la base formando un tubo. Al fructificar, los
ovarios de las flores se convierten en cápsulas casi cilíndricas, llenas de
semillas.
Las primaveras son grandes aliadas del sistema respiratorio:
tanto sus raíces como sus flores son ricas en principios activos (saponinas) de
efecto expectorante y mucolítico, lo que significa que disuelven las
mucosidades y ayudan a expulsarlas de las vías respiratorias superiores. Las
infusiones de flores pueden tomarse en casos de tos, bronquitis o dolor de
garganta.
Las primaveras son plantas comestibles y sus hojas se
consumen en ensalada o hervidas en algunas zonas del norte peninsular. Las
flores también pueden comerse tanto crudas como cocidas, así como escarcharse o
emplearse para preparar infusiones e incluso vino de Primula. Además, al
tratarse de unas hermosas flores, se han plantado (y trasplantado) como ornamentales
en nuestros jardines o recogido como flores para confeccionar ramos; aunque las
especies silvestres no abundan en los viveros actuales, han servido como
progenitoras para desarrollar híbridos de colores más vivos, con un amplio uso
ornamental como flores de temporada.
Dos especies de Primula ocupan un lugar sobresaliente
en la historia de la biología, pues se encuentran ligadas a Charles Darwin que
escribió largo y tendido sobre las “primroses” (P. vulgaris) y las “cowslips”
(P. veris). Lo que interesó sobremanera al padre de la teoría de la evolución
es que en el género Primula se da un fenómeno conocido como heterostilia. Las flores
de una misma especie no siempre tienen estambres y estilos de la misma
longitud, sino que hay dos longitudes posibles: las flores con estambres cortos
tienen el pistilo largo (lo que se conoce como “pin flower”) y viceversa (“thrum
flower”).
Para que una flor se fertilice con éxito, debe llegarle
polen elaborado en su flor complementaria, porque un estilo largo sólo acepta
polen generado en un estambre largo y viceversa. Eso hace imposible la
autofecundación, como anotó Darwin al observar que únicamente se obtenía una
producción abundante de semillas viables si cruzaba flores “pin” con “thrum”, un
maravilloso fenómeno que narró en su obra Las
distintas formas de las flores en plantas de la misma especie (1877). ©
Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.