Tacca chandrieri. 1: flor abierta. 2: flor semiabierta. 3, flores cerradas. 4: bracteolas. 5: brácteas. Foto. |
Las plantas del género Tacca
(Dioscoraceae) tienen un extraño aspecto. Su ya de por sí curiosa apariencia
cuando no están en flor se queda en nada cuando florecen y exponen sus
extravagantes y un tanto macabras flores. Las flores nacen en grupos
(inflorescencias) rodeadas por una corona de hojas modificadas (brácteas)
grandes y muy vistosas y de muchas otras más delgadas (bractéolas) que parecen
mostachos, de donde procede el nombre de “bigotes de gato” con el que se las
conoce en algunos lugares.
Las veinte especies descritas de
este género prosperan sobre todo en las umbrías húmedas de las selvas
tropicales de todo el mundo. Dada la extraña apariencia de sus inflorescencias
y su peculiar olor a carne en descomposición, una de las hipótesis más
aceptadas para explicar su mecanismo de polinización era la estrategia conocida
como sapromiofilia, es decir, la imitación de un cadáver en descomposición
tanto en olor como en apariencia como medio para atraer a las moscas carroñeras,
un método del que me he ocupado en algún artículo anterior (1,
2,
3).
Sin embargo, a pesar de que se
ha especulado mucho al respecto, ha habido que esperar hasta hace poco para que
algunos investigadores comenzaran a observar la polinización de estas plantas
en sus hábitats naturales. Un estudio
realizado en 2005 en poblaciones de Tacca chantrieri de la provincia
de Yunnan del Sur, China, encontró que, a pesar de la abundancia de los
habituales polinizadores potenciales en los alrededores de donde crecían las
plantas, prácticamente ninguno de ellos visitó sus flores.
Tacca integrifolia. Foto. |
Un estudio
reciente llevado a cabo en Malasia ha logrado arrojar luz en el
conocimiento de la vida sexual de estas plantas. Al observar siete especies
diferentes de plantas murciélago en sus hábitats naturales, los investigadores
descubrieron que las flores de las siete son visitadas por varios insectos,
desde diminutas abejas sin aguijón hasta hormigas, escarabajos y gorgojos.
Sin embargo, los visitantes florales más habituales para la mayoría de esas
especies eran pequeños mosquitos mordedores. Ahora viene lo bueno.
Como sugiere su nombre común,
los mosquitos mordedores son hematófagos que muerden a otros animales con el
propósito de alimentarse a su costa, pero a diferencia de los mosquitos
picadores, no pican con su trompa-estilete, sino que extraen pequeñas piezas epidérmicas
con sus pequeñas mandíbulas. Aunque habitualmente se alimenten de néctar, las
hembras de algunos mosquitos necesitan muchas proteínas para producir sus huevos.
Satisfacen sus necesidades proteínicas a base de la piel de insectos y
mamíferos.
De los mosquitos mordedores que
visitaban con mayor frecuencia las flores de las plantas murciélago
investigadas, los más frecuentes eran conocidos por alimentarse exclusivamente
de sangre de mamíferos. Encontrarlos en grandes cantidades posados en las
flores de las plantas murciélago plantea la cuestión de qué pueden ganar rondando
esas flores de aspecto tan extraño.
(A–C) Una hembra hematófaga del género Forcipomyia posada sobre una bráctea floral de Tacca. Las flechas indican los granos de polen sobre el dorso del insecto. Fuente. |
Como se sabe que las hembras de
los mosquitos localizan a sus víctimas por el olor, también es posible que las
flores emitan aromas volátiles que mejoren este mimetismo, aunque se necesita
más investigación para decirlo con certeza. Lo que sí saben los investigadores
es que el comportamiento de las hembras al visitar una flor es suficiente para
recoger y depositar mucho polen mientras buscan un inexistente banquete de
sangre fresca. ©Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.