Veratrum californicum. Fuente |
En una entrada anterior escribí
sobre los efectos tóxicos e incluso letales que causa la ingestión del eléboro
falso, Veratrum album. Esta herbácea de montaña es una planta de distribución
euroasiática. Al otro lado del estrecho de Bering es sustituida por una especie
próxima, el lirio maíz, Veratrum californicum. El descubrimiento de sus
extrañas cualidades venenosas es una curiosa historia.
En 1957 los ganaderos de
Idaho, muchos de ellos descendientes de emigrantes vascos como atestigua la película Brokeback Mountain, empezaron a alarmarse.
En algunos rebaños las ovejas estaban pariendo corderos con terribles deformidades.
Los corderos simplemente no se desarrollaban bien. Salían del útero materno con
extremidades que emergían de las cabezas, cerebros incompletos y algunos solo lucían
un ojo deforme en el centro de la cara.
Pasó más de una década
antes de que se identificara la causa de estas deformidades y otras dos antes
de que se supiera qué había sucedido. Las primeras evidencias procedieron de
los patrones climáticos durante aquel fatídico año.
Cabeza deforme de un cordero cíclope. Fuente |
En un año normal, las
ovejas suelen encontrar suficiente forraje a bajas altitudes. Con lluvia suficiente
las plantas crecen bien y las ovejas no tienen que viajar muy lejos para
encontrar comida. Las cosas cambian durante las sequías severas. A medida que crece
la sequía, las plantas de las zonas más bajas comienzan a agostarse. Para
encontrar pastos suficientes, las ovejas deben subir a las montañas. Como todo
el mundo sabe, al subir en altitud algunas plantas sensibles al frío desaparecen
mientras que otras comienzan a aparecer y a hacerse cada vez más abundantes. Ese
es el caso del lirio maíz, que comienza a abundar cada vez más a medida que se
asciende al piso subalpino de las Rocosas de Idaho.
Hay un hilo común que muestra
el estrecho parentesco fitoquímico entre todas las especies del género Veratrum,
todas las cuales producen algunos alcaloides muy potentes. Aunque la toxicidad
puede variar de una especie a otra, es seguro que la mayoría de los Veratrum
pueden envenenarnos si se ingieren durante su período de crecimiento activo.
Flor de V. californicum. Fuente |
Sin embargo, a pesar de
que todas las partes de los Veratrum son tóxicas, las ovejas de Idaho,
que raramente habían entrado en contacto con el lirio maíz y por lo tanto no
habían desarrollado el instinto de rechazo que sienten los animales hacia las
plantas venenosas de su entorno, no lo sabían. Durante la sequía de 1957
algunas ovejas se alimentaron de las flores de V. californicum.
Las flores en sí mismas
no son la parte más tóxica de la planta, pero producen niveles apreciables de
alcaloides tóxicos. Después de 11 años de estudiar estas ovejas con
malformaciones, los científicos
se dieron cuenta de que, aunque las ovejas preñadas podían alimentarse de
las flores de V. californicum sin sufrir síntomas de envenenamiento, parían
corderos deformados. Comprobaron que las deformidades encontradas en estos
corderos se debían al consumo de esa planta.
Sin embargo, este caso no
estaba cerrado. Los ganaderos aprendieron que debían mantener a sus ovejas
alejadas del lirio maíz, pero nadie tenía idea de cómo consumir estas plantas
conducía a defectos tan horribles entre los corderos. Pasaron 25 años más antes
de que los científicos tuvieran la respuesta.
Mientras estudiaban el
desarrollo embrionario de las moscas de la fruta, unos investigadores
descubrieron un conjunto de genes que, cuando se desactivan, hacen que a las
moscas les crezcan pelos espinosos por todo el cuerpo. Llamaron a este gen
"Sonic Hedgehog"
(Sonic el erizo) por el personaje de la película y del vídeojuego.
Descubrieron que el gen no era exclusivo
de las moscas, sino que era extremadamente importante en el desarrollo de otros
organismos.
Es importante destacar
que estos genes controlan la forma en que se desarrolla el plan corporal de un
organismo. Cuando algo sale mal en la ruta codificadora del Sonic Hedgehog, surgen
una serie de deformidades. Entre ellas se encuentra el desarrollo de un solo
ojo malformado en el medio de la cabeza de los mamíferos.
Los investigadores que
estudiaron el Sonic Hedgehog recordaron la historia de los corderos cíclopes de
Idaho. No tardaron mucho tiempo en juntar las piezas del rompecabezas. Pronto descubrieron
que V. californicum produce un alcaloide particular que interfiere con el
Sonic Hedgehog. El compuesto se
denominó "ciclopamina" como referencia a las deformidades
causadas en 1957. Los científicos finalmente tenían la prueba definitiva.
Cuando las sequías
hicieron que las ovejas subieran a las montañas en busca de plantas para pastar,
algunas de ellas mordisquearon las flores de V. californicum. Si estaban
preñadas en ese momento, ingerían suficiente ciclopamina como para interrumpir
la vía del Sonic Hedgehog en sus fetos en desarrollo. Una vez que esa vía se
cierra, el embrión ya no tiene un plan coherente de desarrollo y aparecen todo tipo
de deformidades.
La historia no termina
aquí. Los científicos no solo se resolvieron un misterio que había cumplido más
de 30 años, también habían logrado una comprensión mucho más detallada del
desarrollo embrionario. También se fueron con algunas ideas nuevas para probar.
La más interesante de ellas se relaciona a los tratamientos contra el cáncer.
Resulta que la vía del Sonic
Hedgehog es una de las muchas vías implicadas en un par de tipos diferentes de
cáncer. Normalmente, el gen está inactivo en los adultos, pero algunas
circunstancias pueden hacer que se reactive y se acelere, dando lugar a tumores
cancerosos. Algunos científicos están usando ciclopamina para desactivar la vía
del Sonic Hedgehog en estos tumores como una forma de tratamiento anticancerígeno.
©Manuel Peinado
Lorca. @mpeinadolorca.