Campanula persicifolia |
La polinización, el proceso de depositar polen sobre el estigma de una flor, es la clave del éxito de cualquier planta que se
reproduzca sexualmente. Hay dos tipos principales: autopolinización y polinización
cruzada. La autopolinización es el depósito de polen de una flor sobre el
estigma de la misma flor, mientras que la polinización cruzada sucede cuando el
polen de una flor se deposita sobre el estigma de una flor diferente de la
misma planta o de una planta diferente de la misma especie.
Por tanto, la autopolinización involucra a una sola planta,
mientras que, desde el punto de vista genético, en el caso de la polinización cruzada pueden ocurrir dos circunstancias.
Cuando el polen se traslada desde una flor hasta el estigma de otra flor de la misma planta, no hay intercambio de genes
y, en consecuencia, acechan los peligros degenerativos de la endogamia. En cambio, cuando
el polen se traslada desde una flor hasta otra de una planta diferente de
la misma especie, es decir, en la polinización cruzada propiamente dicha, el
intercambio genético está garantizado.
Evitar la endogamia y favorecer el intercambio genético entre plantas
diferentes de la misma especie es la diferencia clave entre la autopolinización
y la polinización cruzada propiamente dicha. El transporte de
los granos de polen desde la flor de una planta hasta otro ejemplar de su misma especie es una forma de conseguir una descendencia genéticamente diversa. No
existe una estrategia única para todas las plantas cuando se trata de buscar el
intercambio genético.
Las plantas tienen muchas estrategias diferentes para incrementar las
posibilidades de que su polen termine en un individuo distinto en lugar de depositarlo
en sus propias flores. Teniendo en cuenta que miles de plantas tienen flores en
las que coexisten estambres y ovarios, es decir, en la que en el pequeño
espacio de una flor conviven los dos sexos, en la naturaleza existen múltiples mecanismos
implicados en favorecer la alogamia,
es decir, en impedir o dificultar al máximo la autopolinización.
Disección de la flor de Campanula persicifolia. Fuente |
Las campanillas de los géneros Campanula y Campanulastrum
han desarrollado un original mecanismo que implica el movimiento de unos
pequeños pelos situados en el interior de sus flores. Su estrategia se llama “presentación
secundaria del polen”. Consiste en la transferencia del polen desde las anteras
a otra estructura floral de donde será recogido por los polinizadores.
En el caso de las Campanula, eso significa que el polen permanece
encerrado en las anteras
hasta que el estilo
(la columna que emerge del ovario) se alarga por el interior de las anteras y
arrastra el polen con él. El proceso se ve favorecido por el hecho de que los
estilos de las campanillas están cubiertos externamente de pelos que recogen el
polen a medida que se alarga. Básicamente, el estilo actúa como una pequeña escobilla que barre el polen contenido en las anteras.
Aunque el estigma arrastre el polen, no hay mayor problema porque no el estigma no es receptivo al polen hasta que se haya eliminado la mayor parte del mismo. La cuestión es cómo "sabe" la planta cuándo se ha eliminado su
propio polen. La clave está en esos pelos.
Los pelos que cubren el estilo son sensibles al tacto. Cuando un
insecto aterriza en la flor y comienza a recolectar polen, sus movimientos
envían una señal a las células en la base de cada pelo que provoca un cambio en
la forma en que almacenan agua. Cuando se activan, las células basales expulsan agua,
lo que hace que se encojan. A medida que se encogen, los pelos se dirigen curvándose
gradualmente hacia unas microcavidades del estilo. Mientras lo hacen, el polen
cae o se introduce en esas cavidades. Allí lo recogerán los insectos.
Pelos recolectores de polen en los estilos de: 1) Campanula barbata; 2) Campanula kremeri; 3) Campanula dichotoma; 4-6) Cavidades a las que se han retirado los
pelos recolectores de polen. Fuente.
Hasta que los pelos no se hayan retraído por completo, el estigma no será receptivo al polen. Al hacerlo, la planta minimiza las posibilidades de que su propio polen termine en el estigma receptivo. La velocidad a la que se retraen los pelos depende de la frecuencia con la que se visitan las flores. Las flores que reciben numerosas visitas de polinizadores en un corto período de tiempo retraen sus pelos mucho más rápidamente que las plantas que reciben menos visitas.
Eso no quiere decir que el mecanismo funcione siempre. Cuando una flor
no ha recibido visitas, el estilo se volverá receptivo independientemente de si se
ha eliminado el polen o no. En esos casos de emergencia, la autopolinización
asegurará la descendencia de ese ejemplar. No es la mejor
solución, pero este plan de emergencia funciona especialmente en las especies que
tienen solo una breve temporada de reproducción (especies anuales).
Desde que de niño leí Peter Pan, siempre me han gustado las
campanillas. Son plantas hermosas con mucho valor ecológico. Gracias a estas
lecturas (1,
2,
3,
4),
haber aprendido este verano su sorprendente y complejo mecanismo de
polinización ha conseguido que me gusten un poco más. © Manuel Peinado Lorca.
@mpeinadolorca.