Introducción
¿Por qué las fresas tienen las semillas por fuera en vez de
por dentro como el resto de las frutas? Respuesta: No, no las tienen.
Cuando mires de cerca una fresa madura, verás que el
exterior está revestido de pequeños hoyos cada uno de los cuales contiene una
diminuta semilla ¿verdad? No son semillas. Lo que estás viendo son decenas de
pequeños frutos [1] individuales, cada uno con su
propia semilla. Son un tipo de "aquenio" (un fruto que
contiene una sola semilla). Son frutos secos y deben ser considerados como los verdaderos
frutos de las fresas.
Dentro de cada fruto hay una pequeña semilla. Uno y otro son
tan diminutos y están tan estrechamente unidos que parecen uno solo. La parte
carnosa es sólo un tejido accesorio cuyo papel biológico es que la fresa resulte
atractiva para los animales frugívoros. Los animales se tragan la jugosa pulpa
y los aquenios. Más tarde, cuando defecan, los resistentes aquenios, que han
superado el ataque de los jugos gástricos del tracto digestivo del animal, son
depositados en otro lugar donde algunos germinarán para producir una nueva
planta.
Estudio morfológico y anatómico
1. Imágenes 1 y 2. Observa toda la fresa. Lo primero que hay
que considerar su relación con la flor de la que proviene. El trozo de tallo
donde la flor se une al resto de la planta es el pedúnculo floral, que sostiene
la flor. Esté como esté la fresa una vez cortada, debes tener en cuenta que cuando
estaba en la planta de la que proviene era péndula, es decir, apuntaba hacia el
suelo.
2. Imágenes 3 y 4. En las flores de las fresas, como las de
géneros afines (Potentilla en la imagen 4), cáliz y corola son
pentámeros; hay múltiples estambres formando un anillo por dentro de los
pétalos. En el centro de la flor, hay un montículo (el receptáculo), en que se
disponen decenas de pistilos,
los órganos femeninos de las plantas con flores, compuestos de una cámra cerrada, el ovario, que se conecta con el exterior por una columna hueca, el estilo, por donde penetrara el tubo polínico.
3. Imágenes 5 y 6. Observa los sépalos verdes que forman un
anillo en la base de la fruta. Recuerda que los sépalos son las piezas más
externas de las flores, cuya función biológica es proteger al resto de las
piezas florales cuando la flor no está abierta, es decir, cuando está en capullo.
El conjunto de los sépalos se llama cáliz.
Aunque parezca que hay diez sépalos formando dos anillos
alternos de cinco sépalos, no es así. El anillo exterior se llama epicáliz y en
realidad está compuesto por brácteas o estípulas, unos apéndices
de los sépalos. Cada sépalo está flanqueado por dos estípulas, pero las
estípulas adyacentes de dos sépalos vecinos se fusionan, dando la impresión de
que las estípulas individuales alternan con los sépalos.
Levanta los sépalos para descubrir los estambres. El
siguiente verticilo de apéndices de los sépalos normalmente está compuesto de
pétalos, aunque estos desaparecen cuando las fresas han madurado. A veces, raras
veces, un pequeño pétalo blanco arrugado y enmohecido puede aparecer pegado a
la fresa en algún sitio. Lo que sí se puede ver al levantar los sépalos son un
par de anillos de estambres que permanecen adheridos al cáliz. Los estambres de
la fresa tienen forma de espátula, cuya parte ancha son las anteras, en las que
se produce el polen. A estas alturas, las anteras se han abierto para arrojar el
polen y las hendiduras acopadas por las que sale se ven de un color más oscuro
que el resto del estambre (el filamento estaminal).
Imagen 7 |
4. Imagen 7. Mira ahora el esquema de una flor hermafrodita
completa. No es la de la fresa, pero lo que quiero mostrar es que justo por
dentro (en realidad por encima) del anillo de estambres está el pistilo (o los
pistilos), cuya parte más importante es el ovario. Los ovarios son las
estructuras cerradas que contienen los óvulos (en realidad debería llamarlos primordios
seminales), que cuando sean fertilizados se convertirán en semillas. Después
de la fecundación, los propios ovarios se convierten en frutos que encerrarán
las semillas.
Imágenes 8, 9 y 10. Si seguimos ese modelo floral, podríamos comenzar imaginando que el gran montículo rojo en el centro de la flor de la fresa tiene que ser el ovario maduro (la fruta, botánicamente hablando el fruto). Pero observa que el montículo está cubierto de pequeñas piezas duras de color madera a las que solemos llamar semillas. Ahora bien, basta pensar en cualquier fruta (piensa en una sección cortada de una manzana, de una naranja o de un melón), para darse cuenta de que las verdaderas semillas están en el interior de los frutos.
Si miras muy de cerca una de esas “semillas”, verás que en
su extremo hay un pequeño apéndice filiforme. Ese hilo es el estilo que conduce
al interior del ovario. Cualquier grano de polen que aterrice en el estigma (el
extremo superior viscoso del estilo) puede germinar y desarrollar un tubo a través del
estilo para llevar los gametos masculinos hasta los óvulos situados en el
interior del ovario.
No hay semillas con estilo y estigma, porque ambos son
atributos exclusivos de los frutos. Por tanto, la presencia de un estigma y de un
estilo nos dice que cada una de esas "semillas" es en realidad un
ovario maduro individual. El montículo de una fresa está cubierto de muchos
frutitos duros. A ese tipo de frutos los llamamos aquenios: un tipo de fruto seco derivado de un ovario súpero que contiene una sola semilla.
Fresas, zarzamoras y frambuesas
Imágenes 10, 11 y 12. Para resumir, una fresa no es una baya
(para conocer más a fondo las bayas, lee estos dos artículos de mi blog: 1,
2)
sino un eje floral dulce y carnoso (receptáculo) cubierto de muchos frutos secos
individuales llamados aquenios. Botánicamente, el conjunto recibe el nombre de eterio o conocarpo.
Mira ahora la figura 12. Conceptualmente es útil comparar
las fresas con zarzamoras y frambuesas del género Rubus, que pertenecen
a la misma familia (Rosaceae). Como las fresas, zarzamoras y frambuesas tienen
un receptáculo agrandado cubierto de frutos individuales; sin embargo, a
diferencia de las fresas, zarzamoras y frambuesas tienen un receptáculo seco.
Las frambuesas parecen huecas porque sus receptáculos se
quedan anclados en el arbusto cuando arrancamos el conjunto piramidal que
forman las drupas estrechamente unidas las unas a las otras.
Conclusión
Fresas y moras usan diferentes estrategias para el mismo fin:
la dispersión de sus semillas a gracias a los animales, lo que conocemos como
zoocoria. Ya sea el receptáculo de la fresa o las drupitas de moras y
frambuesas, se trata de estructuras dulces y carnosas que atraen y recompensan
a los dispersores de semillas, mientras que una pequeña cubierta dura, la pared
del aquenio o el hueso de la drupa, protege a las semillas cuando atraviesan el
tracto digestivo de los animales que las digieren.
[1] Una cuestión básica que
muchas veces mueve a confusión. De la misma forma que a los peces cuando están
en el mercado les llamamos “pescados”, a las estructuras orgánicas
reproductoras de las plantas, que botánicamente se llaman frutos, les llamamos
“frutas” una vez puestas sobre los mostradores comerciales.