domingo, 8 de marzo de 2020

¿Qué pasaría si el supervolcán de Yellowstone entrara en erupción?


Los científicos del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) y de la Universidad de Utah que trabajan en el Observatorio del Volcán Yellowstone (YOV) están cansados de desmentir los bulos y los memes sobre las espantosas supererupciones que amenazan al Parque Nacional, pero eso no significa que dejen de evaluar las posibles consecuencias de una de ellas.
Además de pronosticar los posibles daños, los científicos supervisan constantemente la región para detectar la aparición de túneles de roca fundida bajo tierra. Además, para predecir qué sucedería si el volcán explotara, analizan las supererupciones y las explosiones volcánicas más pequeñas del pasado.
Como casi todo en Estados Unidos, el Parque Nacional Yellowstone tiene unas dimensiones enormes. Sus 8.983 km² superan en casi mil el tamaño de la Comunidad de Madrid. La mayor parte del Parque Nacional se encuentra dentro de la Caldera Yellowstone, el volcán más grande del continente, considerado un volcán activo. En realidad, son tres calderas superpuestas que, como tres cuencos poco profundos, se formaron en lo que era la antigua meseta de Yellowstone (situada a 2.400 m de altitud) cuando estalló una cámara subterránea de magma. Con el tiempo, cada vez emergía más material hasta que el terreno original colapsó y creó una caldera. Las grandes explosiones sacudieron Yellowstone hace 2,1, 1,3 y 0,64 millones de años. Esas grandes erupciones, que son el origen de las tres calderas, sirven como pistas para comprender lo que sucedería si hubiera otra megaexplosión.
Mapa geológico de Yellowstone. Fuente
En contra de lo que cualquiera puede leer en las redes sociales, no hay una colosal balsa de roca fundida agitándose debajo de los icónicos géiseres y fuentes de barro de Yellowstone. Entre 5 y 10 km por debajo del parque descansa una cámara muy caliente de magma. Los cálculos, siempre estimativos, varían, pero una cámara de magma necesita alcanzar aproximadamente el 50% de magma fundido antes de que se acumule y escape. No es el caso de Yellowstone.
La corteza terrestre y el manto debajo del parque están muy, muy calientes, pero en su mayoría son sólidos, con pequeñas bolsas de roca fundida esparcidas por todas partes, como el agua dentro de una esponja. Solamente un 9% de la masa caliente está fundida y el resto es sólido. Por eso, los vulcanólogos piensan que en estos momentos no parece que el depósito de magma de Yellowstone pueda producir una erupción.
Yellowstone es un volcán activo. Las características de la superficie, como los géiseres y las aguas termales, son resultados directos del vulcanismo subyacente de la región. Imagen del Servicio Nacional de Parques.
¿Cómo miden los investigadores el magma? Las ondas sísmicas viajan más lentamente a través de rocas calientes o parcialmente fundidas que a través de las rocas sólidas normales, por lo que observando y cartografiando dónde viajan las ondas sísmicas más lentamente, los geólogos pueden ver dónde está almacenado el magma y cuánto hay allí.
De la misma forma que la cartografía del magma es cada vez más precisa, la capacidad de los científicos para pronosticar erupciones volcánicas siempre está mejorando. La mayoría de los vulcanólogos piensa que la acumulación de magma sería detectable durante semanas, tal vez años, antes de que ocurriera una gran erupción de Yellowstone. Las señales de advertencia incluirían cientos de pequeños terremotos muy característicos, emisiones de gases y deformación rápida del suelo.
Alguien que conozca estas señales de advertencia podría pasear por el parque en cualquier momento y pensar que está sucediendo algo extraño. No debe sorprenderse: Yellowstone es un volcán vivo y siempre hay pequeños terremotos que causan temblores y gases que se filtran desde el suelo. El volcán incluso respira: la superficie del suelo se hincha y se hunde a medida que los gases y fluidos se mueven alrededor del sistema de "fontanería" volcánica situado debajo del parque.
Grosor de las capas de ceniza que, a escala continental, arrojaría el volcán de Yellowstone en caso de una superexplosión. En el mapa aparecen las principales ciudades de Estados Unidos. Fuente USGS.
Pero el temblor diario no presagia una superexplosión que pudiera arrasar el parque. El YOV nunca ha registrado señales de advertencia de una erupción inminente. ¿Cómo lo saben? Por un lado, los terremotos provocados por el movimiento de roca fundida son muy característicos y los vulcanólogos los conocen bien, porque el “túnel” subterráneo de magma emite señales sísmicas que son diferentes de las generadas por las líneas de falla deslizantes que provocan los terremotos habituales. En cuanto se produjeran se observarían terremotos moviéndose según un patrón definido y produciéndose cada vez a menor profundidad.
Recuerde la erupción de 2014 del volcán Bardarbunga en Islandia. Rastreando terremotos, tanto los aficionados como los expertos "vieron" cómo el magma del Bardarbunga se elevaba bajo tierra. El avance superficial se anunció casi de inmediato en Twitter y en otras redes sociales. Esté tranquilo: como sucede en Islandia, todos los datos sísmicos de Yellowstone están disponibles públicamente a través del YOV y de la Universidad de Utah.
Además, si una futura supererupción se parece a sus predecesoras, la lava que fluye no será una gran amenaza. Según el USGS, los flujos de lava más antiguos de Yellowstone nunca viajaron mucho más allá de los límites del parque. Para los vulcanólogos, la mayor preocupación son las cenizas arrojadas por el viento. Imagine un círculo de aproximadamente 800 kilómetros alrededor del corazón del parque. Los estudios más recientes, que datan de 2014, dicen que una capa de cenizas de unos diez centímetros cubriría toda la superficie incluida dentro de ese círculo.
Es probable que la próxima supererupción del volcán Yellowstone arrojara grandes cantidades de gases como el dióxido de azufre, que forma un aerosol que absorbe la luz solar y la refleja hacia el espacio. El enfriamiento climático resultante podría durar hasta una década. El cambio climático temporal podría alterar los patrones de lluvia y, junto con las heladas severas, causar pérdidas generalizadas en cultivos y hambruna, que afectaría a toda la agricultura extensiva del Medio Oeste y, en la costa del Pacífico, desde California hasta Columbia Británica.
Cascadas del río Yellowstone en el corazón del Parque Nacional
Pero por grande que fuera la explosión no acabaría ni con la Humanidad ni con la vida en la Tierra. No hubo extinciones después de las últimas tres enormes erupciones de Yellowstone, como tampoco las hubo con otras siete supererupciones sucedidas en los últimos millones de años.
Sin embargo, los científicos coinciden en que aún queda mucho por aprender sobre los efectos globales de las supererupciones. El problema es que estas catástrofes masivas son, afortunadamente, raras, y suceden en algún lugar de la Tierra solo una o dos veces cada millón de años. Estos acontecimientos han sido tan poco frecuentes que los vulcanólogos aconsejan no preocuparse por ellos.
Un escenario de daño mucho más probable en Yellowstone reside en los peligros menos predecibles: grandes terremotos y explosiones hidrotermales en las áreas por donde deambulan los turistas. Aunque sean catástrofes locales de escasa magnitud regional y mucho menos continental, sí representan un cierto peligro y podrían tener un gran impacto en la gente que estuviese cerca. ©Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.