martes, 17 de marzo de 2020

Así actúa el coronavirus SARS-CoV-2



El coronavirus SARS-CoV-2
Figura 1
El virus SARS-CoV-2 y la enfermedad que causa, la COVID-19, se están propagando actualmente por todo el mundo. Al menos hay otros seis tipos de coronavirus que se sabe que infectan a los humanos; algunos causan el resfriado común y otros dos causan brotes respiratorios: SRAS y MERS.
El coronavirus recibe su nombre de las glicoproteínas en forma de espiga que sobresalen de su superficie y se parecen a una corona. El virus, que no es más que un filamento de ácido ribonucleico (ARN) está envuelto en una burbuja grasa de lípidos que se desintegra al contacto con el jabón.
Figura 2
Ingreso en una célula vulnerable (Figura 2)
El virus entra al cuerpo a través de la nariz, la boca o los ojos y después se aferra a las células de las vías aéreas que producen una proteína llamada ACE2. Se cree que el virus se originó en los murciélagos, donde pudo haber estado adherido a una proteína similar.
Liberación de ARN viral (Figura 3)
El virus infecta la célula al fusionar su membrana grasa con la membrana celular. Una vez dentro, el coronavirus libera un fragmento de su material genético (ARN).
Figura 3
Secuestro de la célula (Figura 4)
El genoma del virus, su material genético, tiene menos de 30.000 “letras" de longitud. (El nuestro, por ejemplo, tiene 3.000 millones). La célula infectada lee el ARN y empieza a producir proteínas que mantienen al margen al sistema inmunitario de la persona infectada y ayudan a crear nuevas copias del virus.
Figura 4
Fabricación de proteínas virales (Figura 5)
Conforme avanza la infección, el retículo endoplasmático de la célula empieza a producir nuevas espigas y otras proteínas que formarán más copias del coronavirus.
Figura 5
Ensamblado de nuevas copias (Figura 6)
Las nuevas copias del virus se ensamblan y se transportan a los límites exteriores de la célula.
Figura 6

Propagación de la infección (Figura 7)
Cada célula infectada puede liberar millones de copias del virus antes de que la célula finalmente colapse y muera. Los virus pueden infectar las células vecinas o terminar en microgotas que escapan de los pulmones.
Figura 7
Respuesta inmunitaria (Figura 8)
La mayoría de las infecciones de COVID-19 causan fiebre porque el sistema inmunitario lucha para liberarse del virus. En casos severos, el sistema inmunitario puede sobrerreaccionar y empezar a atacar a las células pulmonares. Los pulmones se obstruyen con fluido y células moribundas, lo que dificulta la respiración. Un pequeño porcentaje de infecciones puede llevar al síndrome de dificultad respiratoria aguda y, posiblemente, a la muerte.
Figura 8
Fuera del cuerpo
Al toser y estornudar se pueden expulsar microgotas llenas del virus en dirección de las personas y superficies cercanas, en donde el virus mantiene su capacidad de infección durante varias horas y hasta días. Los expertos recomiendan que las personas que han sido diagnosticadas con COVID-19 usen mascarillas para reducir la propagación de virus. Los trabajadores sanitarios y quienes cuidan de personas infectadas también deberían usar mascarillas especiales.
Figura 9
Una posible vacuna (Figura 9)
Una vacuna futura podría ayudar a que el cuerpo produzca anticuerpos contra el virus SARS-CoV-2 e impida que infecte las células humanas. La vacuna contra la gripe funciona de manera similar, pero los anticuerpos que se generan de la vacuna contra la gripe no protegen contra el coronavirus.
Cómo funciona el jabón (Figura 10)
El jabón destruye el virus cuando las colas hidrófobas de las moléculas del jabón se adhieren a los lípidos de la membrana y la abren.
Figura 10
La mejor forma de evitar infectarse con el coronavirus o con otros virus es lavarse las manos con jabón, evitar tocarse la cara, distanciarse de personas enfermas y limpiar con regularidad las superficies de mucho uso.

Fuentes: Jonathan Corum y Carl Zimmer, The New York Times. Dr. Matthew B. Frieman y Dr. Stuart Weston, Facultad de Medicina de la Univ. de Maryland; Fields Virology; Fenner and White’s Medical Virology; Nature; Science; The Lancet; New England Journal of Medicine; Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.