Diascia "coral belle". |
Los viveros siempre tienen algo que enseñar. Aunque sea botánico profesional, la diversidad de plantas ofrecida que encuentro en cualquiera de ellos nunca deja de sorprenderme. Al leer las etiquetas de las innumerables especies y variedades, siempre encuentro algo nuevo e interesante en lo que indagar. La primavera pasada me encontré por primera vez con algunas especies del género Diascia y este verano, leyendo algunos artículos especializados, he aprendido mucho sobre su peculiar morfología floral. Además de ser hermosas, estas plantas herbáceas han desarrollado una relación interesante con un pequeño grupo de abejas que me ha ofrecido una interesante lección de biología de la polinización (1, 2, 3) .
El género Diascia (familia Scrophulariaceae) comprende aproximadamente setenta especies nativas del sur de África que se han adaptado a varias condiciones climáticas. La mayoría son anuales, pero algunas son perennes. Lo que llama la atención en estas plantas no son solo las flores con pétalos de brillantes colores rosas y naranjas, sino los dos espolones que cuelgan de la parte posterior de cada flor. Muchas plantas tienen espolones, una prolongación de los pétalos en forma de tubo delgado y generalmente curvo en el que suelen depositar el néctar.
Salvo algunas excepciones como las especies del género Aquilegia, las plantas suelen presentar un solo espolón por flor, pero la mayoría de las flores de Diascia, aunque no todas, presentan dos espolones cuya función en la ecología de la polinización de estas plantas es sorprendente. La longitud de los espolones varía de una especie a otra, lo que tiene mucho que ver con su polinizador específico. Además, el interior de cada espolón no está lleno de néctar como cabría esperar. En cambio, las paredes están tapizadas con unos pelitos especiales, los tricomas, que secretan una sustancia oleaginosa. Esta sustancia es la única recompensa que reciben los insectos que visitan las flores de Diascia.
Diascia megathura (a) inflorescencia con flechas que señalan los espolones; (b) sección transversal de un espolón mostrando los tricomas que secretan aceite (Foto: G. Gerlach). |
En el sur de África son frecuentes diferentes especies de abejas del género Rediviva, cuyas hembras tienen patas de proporciones curiosas. Las dos patas delanteras son desproporcionadamente largas en comparación con el resto. Parecen un poco extrañas en comparación con otras abejas, pero cuando observas una Rediviva faenando rápidamente te das cuenta de lo que está pasando. Las abejas Rediviva son los polinizadores exclusivos de las flores de las Diascia. Atraídas por sus colores brillantes, las abejas se posan sobre la flor y comienzan a hurgar en esas dos espuelas con cada una de sus largas patas delanteras.
Una hembra de Rediviva longimanus con sus largas patas delanteras. Foto. |
Si se mira de cerca cada pata delantera, se observa que están cubiertas de pelos especializados. Esos pelos limpian las secreciones oleaginosas de cada espolón, que a continuación la abeja transfiere a los sacos en sus patas traseras. Lo que es aún más sorprendente es que cada especie de Diascia parece relacionarse únicamente con un pequeño grupo de especies o incluso con una sola especie de Rediviva. Por eso las longitudes de los espolones difieren de una especie a otra: cada especie de Diascia está adaptada a la longitud de la pata delantera de cada especie de abeja.
Las abejas hembras no se comen los aceites que recolectan. Los llevan de regreso a sus cámaras de cría, alimentan con ellos a sus larvas y usan lo que sobra para encerar sus nidos. No hace falta decir que si Diascia desapareciera, también lo harían estas abejas. Es increíble pensar en las innumerables formas en que las plantas han atraído a sus polinizadores para que presten la mayor parte su atención, si no toda, a un solo tipo de flor.
Además, me encanta el hecho de que una simple visita a un vivero te abra los ojos hacia un mundo completamente nuevo de la biología floral de un grupo de bonitas y pequeñas flores. Las plantas tienen mucho más que enseñarnos que su innegable belleza. © Manuel Peinado Lorca @mpeinadolorca.