Rhizanthella gardneri. Foto |
En un cálido día de primavera de 1928, cuando un joven agricultor
australiano llamado Jack Trott se agachó para examinar una grieta extraña en el
suelo, notó un olor dulzón . Después de raspar cuidadosamente una delgada capa de
tierra, el sorprendido granjero vio una pequeña flor de apenas un centímetro de
ancho, que crecía bajo tierra.
Lo que Trott había encontrado era una nueva especie de orquídea: Rhizanthella gardneri, una planta
extraordinaria que pasa toda su vida en oscuridad total. El nombre Rhizanthella deriva de dos palabras
griegas: rhiza, que significa raíz, y
anthos, que significa flor. Así es
como se ve la planta: un tubérculo carnoso blanquecino, de unos cinco centímetros
de largo, que funciona como almacén de sustancias de reserva. Cuando se produce
la floración entre mayo y junio, de ese tubérculo surge una inflorescencia acabezuelada
formada por alrededor de 150 flores pequeñas densamente empaquetadas a las que
rodean cuatro o cinco hojas blancas papiráceas.
Las flores nunca sobresalen del suelo, lo que las hace difíciles de
encontrar, pero elevan ligeramente la capa superior abriendo pequeñas grietas
en la superficie. Estas grietas y el olor dulce y tenue de las flores, son los
únicos signos de la existencia de la orquídea.
R. gardneri se reproduce
vegetativamente por lo que puede producir plantas hijas. También se reproducen
sexualmente, polinizadas por termitas y mosquitos, que son atraídos por la
fragancia. La flor polinizada tarda seis meses en madurar. En todas las flores
estudiadas, las semillas carnositas carecen de dispersores y finalmente se
descompusieron. Sin embargo, puede ser que los marsupiales nativos fueran
importantes agentes dispersores, pero es difícil saberlo, ya que actualmente
solo se conocen 19 especímenes maduros silvestres y hasta hoy solo se han
recolectado 300 ejemplares.
Melaleuca uncinata. Foto. |
¿Cómo logra sobrevivir esta orquídea del inframundo? A diferencia de
otras plantas, no puede usar la luz solar para obtener energía. En su lugar,
toma su alimento de otra planta, porque vive de los tocones en descomposición de
un arbusto, el mirto de miel Melaleuca
uncinata. La orquídea se enlaza a los tocones a través de un hongo, Thanatephorus gardneri, que es esencial
para la supervivencia de la orquídea, porque R. gardneri es micoheterótrofa que, a través del
hongo, obtiene del arbusto nutrientes y dióxido de carbono. Una vez obtenidos
estos, la planta es capaz de convertir el agua, los nutrientes y el dióxido de
carbono en la energía necesaria para su crecimiento y sustento.
A pesar de no realizar la fotosíntesis, la orquídea retiene
cloroplastos en sus células. Sin embargo, son unos cloroplastos muy reducidos,
que contienen aproximadamente la mitad de los genes que un cloroplasto normal.
Es el genoma de cloroplasto más pequeño conocido. Esto ofrece a los
investigadores una oportunidad única para profundizar en cómo funcionan. El
resto de los genes de los cloroplastos codifican cuatro proteínas vegetales
esenciales, lo que significa que los cloroplastos ofrecen funciones distintas a
la fotosíntesis. © Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.