Sarracenia purpurea |
En las plantas, la carnivoría es una maravilla evolutiva que ha
fascinado a los naturalistas y a la gente en general. Darwin incluso dedicó un
estudio exhaustivo a las que consideraba las "plantas más maravillosas del
mundo". La carnivoría en plantas ha evolucionado varias veces en todo el
mundo, a menudo en ambientes húmedos, abiertos y pobres en nutrientes, como una
ruta alternativa de adquisición de nutrientes. Entre las plantas carnívoras,
las plantas jarra (familia Sarraceniaceae), y específicamente la planta jarra
del norte (Sarracenia purpurea), han intrigado
a los primeros naturalistas.
La idea de que una planta carnívora pueda atrapar y zamparse un
vertebrado puede parecer más ficción que realidad. Aunque durante años han
circulado rumores de que a algunas plantas jarra les gustan bocados algo más
grandes que un insecto, el asunto, falto de evidencias tangibles, ha sido
difícil de demostrar. Eso no quiere decir que no suceda de vez en cuando. De
hecho, se han encontrado pequeños mamíferos en las jarras de algunas de las
plantas tropicales más grandes del género Nepenthes.
Aunque ha sido así, parece que ha sido cosa de la casualidad más que de la
intencionalidad. Sin embargo, unas
investigaciones recientes en algunas plantas carnívoras canadienses del
género Sarracenia sugieren que los
vertebrados pueden, al menos bajo ciertas circunstancias, constituir una parte
más grande del menú de algunas plantas carnívoras.
Sarracenia es un género de angiospermas
que comprende unas diez especies de plantas carnívoras nativas de Norteamérica.
El género pertenece a la familia Sarraceniaceae, que también contiene los
géneros Darlingtonia y Heliamphora. Las tres tienen en común que
sus hojas forman una especie de jarra en cuyo fondo hay enzimas digestivos que
digieren los insectos que caen en su interior. Los insectos son atraídos por la
secreción de néctar y por una combinación atractiva de olores y colores. Estas
plantas viven en medios pobres en nitrógeno, así que obtienen este nutriente
esencial como lo hacemos nosotros, a partir de proteínas de origen animal.
Las observaciones sobre la alimentación que vamos a comentar se
realizaron en unas poblaciones de una de las plantas jarra más abundantes de Norteamérica,
la jarra púrpura (Sarracenia purpurea),
que viven en turberas del Parque Provincial Algonquin, en Ontario. A finales
del verano de 2017, los investigadores descubrieron que algunas plantas
contenían salamandras recién metamorfoseadas. Algunas de las salamandras
estaban vivas, pero otras estaban muertas y a medio digerir. Esto era muy
emocionante porque, a pesar de que se han estudiado mucho, casi no existe
evidencia comprobada de la captura de presas de vertebrados en la jarra
púrpura.
Los investigadores realizaron análisis para determinar si las plantas estaban
capturando salamandras de forma regular o de si el hallazgo de salamandras eran
acontecimientos excepcionales. Resulta que, al menos para las plantas jarra que
crecen en ese pantano, las salamandras pueden constituir una proporción
considerable de sus presas. Los investigadores descubrieron que las salamandras
recién metamorfoseadas estaban presentes en casi el 20% de las plantas jarra
que inspeccionaron.
No todas las salamandras que encontraron estaban muertas. Algunas estaban
en un estado relativamente animado, porque retrocedían hacia la parte inferior
de la jarra cada vez que eran molestadas. Algunos de los especímenes muertos
más grandes mostraban signos de putrefacción, lo que probablemente se deba a
que simplemente eran demasiado grandes para ser digeridos. Sin embargo, muchas
de las salamandras muertas mostraban signos de digestión, lo que sugiere que
las plantas se están beneficiando de la captura de los animales. De hecho, se
ha estimado que una sola salamandra podría aportar tanto nitrógeno a la planta como
el contenido completo de tres jarras alimentadas con insectos.
Ejemplares de salamandras jóvenes en el interior de jarras de Sarracenia purpurea. Foto. |
En conjunto, los investigadores encontraron pruebas suficientes para
sugerir que las salamandras no solo constituyen una parte de la dieta de las
plantas jarra, sino también que las plantas jarra son una causa importante de
mortalidad para las salamandras jóvenes de esas turberas. Cómo atrapan las
salamandras es un tema de debate. Podría ser que las salamandras estén buscando
un lugar seguro y húmedo para esconderse, pero la complejidad del hábitat de
las turberas significa que no faltan lugares seguros para que una salamandra joven
se esconda sin que ello signifique su muerte.
También podría ser que las salamandras se sientan atraídas por los
invertebrados que capturan estas plantas o que las salamandras sean víctimas
accidentales que hayan caído por azar en la trampa mientras exploran su
hábitat. Sin embargo, algunas jarars no solo contenían más de una salamandra, sino
que la posición y el tamaño de las plantas significan que la mayoría de las
salamandras tendrían que haber trepado intencionadamente hasta terminar dentro
de la jarra. Puede que, después de todo, eso sea un indicador de que la caída
no es una posibilidad aleatoria. Pero demostrar eso exigirá más pruebas para asegurarlo.
Lo que podemos decir por ahora es que dentro de los confines de las turberas
de Algonquin, las salamandras están siendo atrapadas y digeridas por las plantas
jarra. Si lo que está ocurriendo en Algonquin es exclusivo de esas turberas en
particular o si está sucediendo en otras zonas en las que vive Sarracenia purpurea, es tema para
futuras investigaciones. ¡Es posible que la captura de vertebrados sea más
común entre las plantas carnívoras de lo que creemos! ©
Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.