Frase
recurrente: ni los más viejos del lugar recuerdan una cosa así. La memoria falla,
pero si pensabas que el mes pasado hacía mucho calor, más calor del que podías
recordar, tenías razón: junio de 2019 fue el mes de junio más caluroso jamás
registrado en todo el mundo. No debe sorprender que la cobertura de hielo en el
océano Antártico alcanzara un mínimo histórico y que el Ártico siga derritiéndose
a un ritmo desconocido.
La
temperatura media de la superficie terrestre y del mar en junio de 2019 fue 0,95
grados centígrados más elevada que la temperatura media mundial (15,5), lo que
hace que el mes pasado haya sido el más caluroso en 140 años, según la Agencia
Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos. Nueve de los diez
meses de junio más calurosos han ocurrido desde 2010.
En
Estados Unidos, Alaska tuvo su segundo junio más cálido desde que el estado
comenzó a mantener registros en 1925. Y aunque las islas tropicales son
casi siempre cálidas, Hawái también experimentó su junio más caluroso este año.
Lo mismo ocurre con las estaciones subtropicales del Golfo de México en
Luisiana y Florida. En Europa, tal para
cual: en conjunto, fue mes de junio más caluroso.
Las
altas temperaturas de junio se ajustan a la tendencia de todo 2019. La
temperatura del primer semestre de 2019 en todo el mundo estuvo también 0,94 grados centígrados por
encima de la media (13,5)
del siglo 20. Solo el primer semestre de 2016 fue más cálido.
El mapa muestra los eventos climáticos más notables que ocurrieron en junio de 2019. Los más notables fueron que el hielo marino sigue derritiéndose: la cobertura promedio del hielo marino en la Antártida fue un 8,5% inferior al promedio de 1981-2010, y la más baja registrada en junio. La cobertura de hielo marino en el Ártico estuvo un 10,5% por debajo de la media, la segunda más baja registrada en junio. Sin embargo, algunos lugares resultaron un poco más frescos: los estados contiguos de Estados Unidos y el sur de Canadá tuvieron temperaturas interanuales de al menos 1,8 grados F más bajas que la media. Fuente: NOAA. |
El
calor del mes pasado se extendió por toda la Tierra y se hizo notar en los
polos. Junio de 2019 fue el vigésimo mes de junio consecutivo con una cobertura
de hielo marino inferior a la media en el Ártico, y el cuarto mes de junio
consecutivo con una cobertura de hielo marino inferior a la media en la
Antártida. La cobertura de hielo en la Antártida fue la más pequeña que haya
habido en junio en el registro de 41 años, superando el récord anterior de 2002
en 160.580 kilómetros cuadrados.
El
hielo que cubre el océano Ártico alcanzó el segundo nivel más bajo registrado
para esta época del año después de que las temperaturas de julio se dispararan
en las áreas alrededor del Polo Norte. La tasa de pérdida de hielo en la región
es un indicador crucial para el clima mundial y una merma que es observada minuciosamente
por las naciones limítrofes que buscan recursos y rutas
comerciales.
La
ola de calor de este año en el Círculo Ártico ha llevado a temperaturas récord
en Alaska, Canadá y Groenlandia, ampliando las tendencias a largo plazo de la
desaparición de más hielo. Los flujos de hielo se están derritiendo a un ritmo
más rápido que las tasas medias observadas durante las últimas tres décadas; cada
día se pierden 20.000 kilómetros cuadrados más de cobertura de hielo, un área que
duplica la de Navarra, por ejemplo.
El
hielo comienza a derretirse en el Ártico a medida que se aproxima la primavera
en el hemisferio norte, y luego, por lo general, comienza a recuperarse hacia
fines de septiembre, a medida que los días se acortan y enfrían. La Oficina
Meteorológica del Reino Unido ha anunciado que la probabilidad de un
mínimo histórico en septiembre "es mayor que en los últimos años".
Extensión del hielo en el Ártico el 15 de julio de 2019. La media del período 1981-2010 se indica en naranja. Fuente: NSIDC. |
Como
de costumbre, cabe preguntarse si estas temperaturas récord son el resultado
del cambio climático. Para contestar esta pregunta, conviene recordar un par de
conceptos. El clima es el conjunto de condiciones atmosféricas que caracterizan
una región. Aunque tienden a confundirse, conviene hacer una diferencia entre
clima y tiempo atmosférico. Por propia experiencia sabemos que los factores
meteorológicos tales como la temperatura, la humedad, la precipitación, las
nubes o el viento no son constantes a corto plazo en cualquier lugar de la
Tierra. Esos factores meteorológicos cambiantes constituyen lo que se llama
tiempo atmosférico o, coloquialmente, el tiempo. El tiempo atmosférico, objeto
de análisis de la Meteorología, se basa en el estudio diario de las
fluctuaciones climáticas.
El
clima, objeto de estudio de la Climatología, se refiere a condiciones generales
de una zona más o menos amplia durante un período de tiempo prolongado, que la
mayoría de los climatólogos establecen en los datos obtenidos de un período de
observación de al menos 30 años. El objeto de estudio de los climatólogos es describir,
clasificar y explicar las causas y los efectos de los fenómenos climáticos. El
enfoque de los meteorólogos es, por el contrario, el de los físicos y de ahí el
constante uso de las matemáticas en sus descripciones y explicaciones. El auge
de la navegación terrestre, marítima y aérea, y las implicaciones que sobre
ellas tienen los meteoros, han hecho evolucionar la Meteorología hacia la
previsión del tiempo. Aquí reside otra gran diferencia entre Meteorología y
Climatología: la primera ha devenido en la previsión, se ha transformado en una
herramienta fundamentalmente prospectiva, mientras que la segunda es
eminentemente retrospectiva al fundamentarse en largas series de observaciones
previas, las citadas series de 30 años.
Por
tanto, un año frío (o cálido) tiene poco que ver con el clima general. Cuando
esos años fríos (o cálidos) se vuelven más y más regulares es cuando empezamos
a reconocerlos como un cambio en el clima en lugar de considerarlos simplemente
como un año de tiempo anómalo. A medida que las olas de calor extremo ocurren
con mayor frecuencia en todo el mundo y la temperatura de la Tierra continúa
aumentando, cada vez es más difícil ignorar los efectos del
cambio climático. Un estudio más, esta vez publicado en junio en la revista Nature Climate Change, expone que es probable que la
tendencia al calentamiento continúe todos los años si no se toman medidas para
reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. ©Manuel Peinado
Lorca. @mpeinadolorca.