viernes, 19 de abril de 2019

Drácula debería comer ajos


No deja de sorprender que una criatura sobrenatural como el vampiro pueda ser ahuyentado con una modesta ristra de ajos. Sin embargo, este sistema de profilaxis es casi tan antiguo como las más viejas leyendas de vampiros.
En la Edad Media no era raro que pasaran varios días hasta que un cadáver fuese enterrado, incluso semanas si las condiciones climáticas eran adversas o si, como consecuencia de alguna epidemia, los cadáveres permanecían insepultos muchos meses. Los enterradores utilizaban un collar de ajos alrededor del cuello para protegerse de los efluvios fétidos de los cuerpos en descomposición, un hábito pragmático que pudo ser confundido con algún tipo de práctica esotérica. El remedio se perpetuó en la costumbre de colgar ajos en ventanas, puertas y chimeneas, creyendo que esto ahuyentaba los espíritus pestíferos, una saga variopinta que en Rumanía incluía a los vampiros.