Un zorro aprendió de la manera más expeditiva que es peligroso
enfrentarse a una bandada de dinosaurios.
La semana pasada la noticia se
hizo viral. Y no era para menos, porque cumplía con un requisito básico en
periodismo: un magnífico titular. El clásico “Niño muerde a perro” o, para el
caso que nos ocupa, “Los pájaros se tiran a las escopetas”. Estamos
acostumbrados a leer noticias que se ajustan al guion previsto, como que los
zorros se cuelan en los gallineros y acaban con decenas de gallinas. Por eso,
cuando una noticia como la que levantó The
Guardian es a la inversa, se expande urbi et orbi, que es exactamente lo que sucedió el pasado 12 de
marzo.
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