Han pasado más de dos años desde que pudimos
ver el último gran eclipse lunar total. El espectáculo de la Luna completamente
oscurecida por la sombra de la Tierra será visible en toda España en un
intervalo de algo más de una hora de la madrugada del lunes 21 en Alcalá de
Henares. La duración del eclipse será más larga de lo normal: 1 hora y 2
minutos.
Técnicamente, un eclipse lunar sucede cuando la Tierra se interpone
entre el Sol y la Luna, generando un cono de sombra que oscurece a la última.
Para que tenga lugar, los tres cuerpos celestes deben estar exactamente
alineados o muy cerca de estarlo, de tal modo que la Tierra bloquee los rayos
solares que llegan al satélite; por eso, los eclipses lunares solo pueden
ocurrir en la fase de luna llena.
Para describir un eclipse lunar, podemos usar una analogía cinematográfica.
La sala es la noche en la Tierra. La "pantalla" es la Luna llena, y
la "película" es la progresión de la sombra de la Tierra sobre la
cara visible de nuestro satélite. Todos los espectadores de la sala ven lo
mismo y, de manera similar, todos los que estén observando desde el lado
nocturno de la Tierra verán la misma secuencia y en el mismo momento, aunque en
diferentes husos horarios. La fase total del eclipse será visible desde el
hemisferio occidental, Europa y la parte occidental de África, así como en las
partes más septentrionales de Rusia. En total, asumiendo buenas condiciones
climáticas, esta sombría proyección tendrá una audiencia potencial de unos
2.800 millones de personas.
Como sucede en un gran auditorio, algunos espectadores tendrán mejor
vista que otros. Los mejores asientos del patio de butacas estarán en América
del Norte, que verán la actuación celestial en lo más alto del cielo en pleno
invierno. Entre esos privilegiados espectadores, los más selectos, los del
centro de las primeras filas, son los que viven a lo largo de la costa este de Estados
Unidos, en donde la Luna totalmente eclipsada se verá a unas alturas
extraordinarias.
En Nueva York, cuando el eclipse llegue a la mitad, la Luna ensombrecida
se levantará unos 70 grados sobre el horizonte meridional; como un puño cerrado
de tamaño normal sostenido a la distancia del brazo mide aproximadamente 10
grados, los neoyorquinos dicen que lo verán a unos "siete puños" por
encima del horizonte. La última vez que los vecinos de la Gran Manzana pudieron
mirar tan alto a una Luna totalmente eclipsada fue en 1797, cuando John Adams
era presidente; la próxima oportunidad no llegará hasta 2113. Más al sur, la
luna aparecerá aún más arriba. En Cabo Hatteras alcanzará los 75 grados; en Orlando,
80 grados, y en Miami, 83 grados. Los cubanos tendrán que mirar directamente
sobre sus cabezas.
Por el contrario, para quienes estemos en Europa, el eclipse tendrá
lugar cuando la Luna se acerque a su puesta al amanecer del lunes 21 de enero.
De hecho, en Europa Central y Oriental, la Luna se pondrá antes de que esté
completamente libre de la sombra terrestre. En este
enlace hay una tabla que detalla los momentos de las fases del
eclipse total en diferentes lugares de España. El horario es el local
incluyendo el cambio de horario de invierno.
En cuanto a la altura, cuánto más sur se esté en España, más
alta se observará la Luna. En Madrid, por ejemplo, la altura será de 54 grados,
mientras que el máximo español estará en Canarias (68). En Alcalá asistiremos a
todas las fases del ciclo. El inicio de la fase penumbral será a las 3:37 de la
madrugada del lunes; el de la fase umbral a las 5:41; el máximo umbral sucederá
entre las 6:12 y las 6:43. Luego comenzará la fase penumbral de declive que culminará
a las 8:48, cuando desaparecerá todo vestigio del eclipse.
Tradicionalmente, la luna llena de enero se conoce como la "luna
lobo", aunque últimamente han dado en llamarla "luna de sangre" que
es, como mínimo, un nombre inapropiado. De hecho, el color (o colores) que
tomará la Luna durante la totalidad del eclipse dependerá en gran medida del
estado de nuestra atmósfera y puede abarcar desde el negro, pasando por el gris
y el marrón, hasta el rojo brillante. El término “luna de sangre” procede de un
libro, Four Blood Moons, publicado en
2013 por dos alucinados cristianos de los que pronostican el fin del mundo, que
sugirieron que una serie de eclipses lunares totales en 2014 y 2015 eran la señal de acontecimientos
desastrosos profetizados en la Biblia.
¿Y qué mejor manera de sugerir posibles catástrofes que invocar a la sangre? Los
eclipses vinieron y se fueron, mientras las supuestas calamidades nunca llegaron,
pero lamentablemente la marca “luna de sangre” permanece.
A veces, una luna llena coincide con el perigeo, el punto en la órbita lunar
en el que doña Catalina está más cerca de la Tierra, por lo que parece algo más
grande de lo normal. Tradicionalmente, una luna llena que ocurre dentro del 90
por ciento del perigeo gana el título de "superluna". Como esa es
precisamente la posición de la próxima luna llena, el hecho de que coincida con
un eclipse total convierte el eclipse en un acontecimiento extraordinario.
Pero no echemos las campanas al vuelo. La verdad es que una "superluna"
no es realmente tan buena cuando coincide con un eclipse lunar total. La
duración de la totalidad de un eclipse se basa principalmente en la distancia
de la Luna a la Tierra. Cuando la Luna está cerca del perigeo, se está moviendo
más rápidamente en su órbita en comparación de cómo lo hace cuando está cerca
del apogeo, su punto más alejado de la Tierra, por lo que se mueve tras las
sombras a más velocidad. De hecho, si la Luna estuviera cerca de un apogeo, veríamos
unos ocho minutos más de eclipse total.