Bombeo de petróleo en el campo Bakken. Fuente. |
Cuando escribo este artículo (21/12/2018), el precio del petróleo WTI
(el que se comercializa en Estados Unidos) está a 46 dólares el barril, lo que significa que el precio del crudo ha caído un 58% desde el inicio del
último trimestre del año. Eso significa una verdadera sangría para la industria
norteamericana del fracking. Sin
embargo, siguen perforando como si tal cosa.
Como escribí en
la entrada anterior, vivimos en una sociedad “petroadicta” dispuesta a pagar
cualquier precio por su dosisdiaria de droga. No hay mejor manera de
describir lo que está ocurriendo actualmente en la industria de la fractura
hidráulica de Estados Unidos. Como decía en ese artículo, esa industria
ya perdía dinero cuando el petróleo se cotizaba entre un 30 y un 40% más que en
la actualidad, así que con los precios actuales la situación ha ido de mal a
peor.
Desde sus inicios, el principal problema con la industria estadounidense de fracking era que las
enormes tasas de disminución de la producción características de la fractura horizontal
devoran una enorme cantidad de capital. Y es que los gastos de capital que se
utilizan para fracturar un pozo de lutitas no con comparable, por ejemplo, con
los de explotar una mina de oro. Debido a que los pozos de petróleo de lutitas
experimentan una tasa de disminución de 75-80% en los primeros años, la
industria debe continuar gastando aún más capital para perforar más y más con
objeto de maquillar el inevitable desplome en la producción. Por el contrario, el
capital invertido en una mina de oro durará entre 15 y 20 años o más antes de
que se agote la veta.
Quiero decir con ello que el capital gastado en la industria del fracking no es realmente una inversión
a largo plazo como el capital invertido en una mina de oro. Por lo tanto, los
gastos de capital en la industria del petróleo de lutitas se comportan más como
"costes" que como "inversiones".
Gráfica 1. |
Si los analistas energéticos pensaban que los precios del petróleo estaban
repuntando un poco más la semana pasada, esta semana el mercado ha entrado en
una "fase de desplome". En la entrada anterior publiqué unas cifras
que reproduzco en la Gráfica 1 para ahorrarles el trabajo de buscarla y para
que puedan compararla con la siguiente, que es la misma pero con precios actualizados
a fecha de hoy.
Gráfica 2. |
Las peores pérdidas las está sufriendo estos días el yacimiento de
fractura hidráulica más grande de Estados Unidos, el Bakken de Dakota del
Norte. De acuerdo con las cotizaciones del precio del petróleo en la web The
OilPrice.com, el crudo de referencia de Bakken, el Williston
Sweet, cayó a un nivel mínimo de 20 dólares desde los 39,55 dólares el 1 de
diciembre. Recomiendo a los lectores interesados que visiten la web OilPrice.com por sus excelentes
artículos y por sus datos sobre más de 100 precios. Puede consultar los
diversos precios en este enlace.
Por lo tanto, la ironía de las cifras en la Gráfica 2 es que los
suministros de petróleo no convencional más caros que proceden de las de Bakken
y de las arenas bituminosas Alberta (Tar Snds en las gráficas) son las que se
comercializan a precios más bajos. Es como comprarse un BMW, pero tratar de
pagarlo con el salario de un trabajador de Burger King.
En estos momentos no hace falta tener un doctorado en Ciencias Económicas
para darse cuenta de que los inversores en la industria del fracking están cometiendo las mismas
estupideces que los que acudieron a la rica miel de las hipotecas basura. Si no
fuera por las comisiones que obtienen los grandes gestores de fondos y los
banqueros merced a sus cuentas hiperbólicas, uno pensaría que son tontos de
capirote. Según mi análisis, la mayoría de la industria del petróleo de lutitas
practica el negocio de Abundio: continúa gastando más dinero del que gana.
Entonces, ¿por qué alguien invertiría en una compañía que sigue perdiendo
dinero? Me imagino que, si Abundio pudiera hablar, tendría algo que decir a los
incautos que dejan sus ahorros en manos de unos irresponsables que los invierten
en el negocio de la fractura hidráulica.
Pero como soy un don nadie en estos temas, veamos lo que piensa el analista
energético Art Berman. En uno de sus recientes gráficos,
Berman mostraba cómo solo el 33% de las compañías que producen petróleo de lutitas
obtuvieron un flujo de efectivo libre positivo (Gráfica 3). Y tengan en cuenta
que los datos en rojo de la gráfica estaban basados en el precio promedio del
petróleo de 67,95 dólares el barril en el tercer trimestre de 2018.
Observen la línea del precio actual del petróleo de a 47,50 dólares el
barril: cualquier compañía por encima de esa línea está perdiendo dinero. Lo
que significa que las compañías que ganan dinero ahora son tres o cuatro como
máximo. Además, la situación de las compañías que operan en el mayor yacimiento
norteamericano, el Bakken, se verán mucho más afectadas debido a la enorme
reducción del precio del crudo Williston Sweet en comparación con el precio del
WTI.
Mientras que los resultados del cuarto trimestre en el negocio de las
lutitas se verán afectados negativamente debido a los precios más bajos del
petróleo, sus finanzas serán aún peores en los primeros dos trimestres de 2019.
Debemos recordar que los precios del petróleo aún eran bastante altos en
octubre, por lo que el precio promedio para el cuarto trimestre no resultará
tan bajo. Sin embargo, el próximo año, según se pronostica, el precio promedio
del petróleo podría estar por debajo de los 40 dólares el barril.
El último que apague la luz. ©Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.