viernes, 12 de octubre de 2018

La subida de las tasas de interés y el fracking


Escribo este artículo el 10 de octubre, cuando la prensa anuncia que Wall Street, en medio de ventas generalizadas en los sectores tecnológico y energético, ha cerrado con unas fuertes pérdidas imputadas por los expertos a que el Banco Central de los Estados Unidos, la Reserva Federal (Fed), decidió subir sus tasas de interés de intervención y anunció que probablemente vendrán más aumentos.
La Fed ajusta los tipos de interés para impulsar cambios en la economía de Estados Unidos. Si quiere incentivar a los consumidores a pedir préstamos para que el gasto aumente, reduce los intereses y hace que los préstamos sean más baratos, con lo que consigue favorecer el crecimiento económico. Para conseguir el efecto contrario y ralentizar la economía (enfriarla en la jerga del sector), la receta es el aumento de los tipos de interés, por lo que los préstamos y las tarjetas de crédito son más caros. En definitiva, para quienes viven del crédito, la subida es una mala noticia.
Una de las peores cosas para una economía sobrecalentada y extremadamente apalancada como la del sector de la fractura hidráulica es el aumento de las tasas de interés. Con la tasa de interés del 2-2.25%, el gran problema aparece en el horizonte. Además, con tasas de interés más altas, el Tesoro estadounidense tendrá que desembolsar aún más dinero para pagar su deuda.
Este es de hecho un gran cambio para la "política de estímulo económico" de la Fed, ya que mantuvo las tasas de interés por debajo del 0,25% desde enero de 2009, pero en poco más de dos años, las ha aumentado en casi dos puntos. Las tasas de interés extremadamente bajas, casi cero, permitieron a los Estados Unidos duplicar la producción nacional de petróleo. Desgraciadamente para quienes dependen del sector, el renacido petróleo ha tenido un coste enorme. Ha creado otra gran burbuja al estilo Ponzi. De este timo y de la insostenible posición de la industria del fracking me he ocupado repetidamente tanto en este blog (1, 2, 3), como en un par de libros (1, 2).
Figura 1. Evolución de las tasas de interés de intervención de la Fed.
La tasa de fondos federales es ahora 2-2,25% que, como podemos ver en la Figura 1, es la más alta en casi una década. Además, cada vez que la Fed subió las tasas de interés, el resultado fue una recesión (áreas sombreadas de la Figura 1). Cuando la Fed incrementó la tasa desde el 1% en mayo de 2005 a más del 5% en 2007, ayudó a dinamitar la colosal burbuja inmobiliaria de los Estados Unidos y, haciéndolo, precipitó la crisis de la banca de inversión en 2008.
La Fed también planea aumentar las tasas al 2,5% en diciembre. Por lo tanto, eso debería comenzar a ejercer una gran presión sobre la economía estadounidense en los próximos años. Además, las obligaciones de la deuda que tiene que pagar el Tesoro de los Estados Unidos también aumentan a medida que aumentan las tasas. Por ejemplo, el gasto en intereses que el Tesoro yanqui abonó para pagar la deuda pública de 2018 aumentó a 523.000 mil millones de dólares (Tabla 1) desde los 458.000 del año pasado (Tabla 2). Por lo tanto, el gasto por intereses aumentó en la friolera de 65.000 millones (14%), en solo un año.
Por supuesto, otra razón por la cual el gasto por intereses sube cada vez más tiene que ver con la deuda pública cada vez mayor. En poco más de un año, la deuda pública de Estados Unidos ha aumentado en 1,8 billones. De acuerdo con mis cálculos, los 523.000 millones en gastos por intereses de 2018 representan aproximadamente un incremento del 2,4% con respecto a los 21,6 billones de deuda pública total de Estados Unidos.
Como he escrito en artículos anteriores (1, 2, 3,) ¿qué sucede cuando las tasas de interés se duplican al 5%, como sucedió en 2007? Eso significa que el Tesoro de los Estados Unidos tendrá que pagar 1,08 billones solo para pagar su deuda. Sin embargo, no creo que la tasa de la Fed llegue al 5% antes de que el mercado de valores reviente y la economía se dirija a otra recesión. Incluso si la Fed continúa elevando las tasas, posiblemente hasta llegar al 3%, tendrá que bajarlas otra vez más cuando la sobrecalentada economía comience a enfriarse.
La próxima recesión de Estados Unidos (posiblemente otra depresión) destruirá la industria del fracking del país. Esta es sin duda una mala noticia para quienes sueñan con la quimera de la independencia energética, porque sin los 5,5 millones de barriles diarios adicionales que viene suministrando la fractura hidráulica en la última década no creo que la economía estadounidense hubiera podido salir de la recesión de 2008-2009. Tenemos que darnos cuenta que se necesita energía física real para impulsar las economías.
Aunque imprimir dinero y aficionarse a la deuda pueden apuntalar la economía, no se puede hacer sin aporte energético. © Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.