Amanecer en el campo de batalla de Antietam. |
El día de combate más sangriento en la historia de los Estados Unidos,
la batalla de Antietam, terminó con un empate táctico, aunque con una victoria
estratégica para la Unión, que frustró la invasión del norte por parte de la
Confederación. Como consecuencia de esa batalla, la Proclamación de
Emancipación transformó la guerra civil estadounidense en una cruzada en pro de
los derechos humanos.
El 17 de septiembre de 1862, en los alrededores del riachuelo Antietam,
Maryland, se libró la Batalla de Antietam (Batalla de Sharpsburg, en la
historiografía sudista) el primer gran combate de la guerra civil
estadounidense que se produjo en territorio norteño, a menos de 180 km de la
Casa Blanca. La batalla fue un acontecimiento decisivo en la Guerra de Secesión
y la más sangrienta de la historia americana que se haya librado en un solo día.
La batalla se produjo poco después de la Campaña de Maryland, una
ofensiva dirigida por el general confederado Robert E. Lee, que empujó a sus
tropas hacia el norte y hacia Maryland a principios de septiembre de 1862. Las
tropas de la Unión, bajo el mando del indeciso y cauteloso general George B.
McClellan, un buen ingeniero, pero un militar que jamás había ganado una
batalla, al que Lincoln llegó a considerar un traidor, estaban desmoralizadas.
Como un imparable vendaval de sangre y fuego, el Ejército de Virginia
del Norte de Lee -45.000 hombres- cruzó el Potomac y penetró en Maryland el 3
de septiembre de 1862, tras su victoria en la segunda batalla de Bull Run el 29
de agosto. La estrategia de Lee era triple: hacer acopio de provisiones,
bastimentos y municiones saqueando el Norte, reclutar más soldados en el estado
fronterizo de Maryland, en el que había un número considerable de simpatizantes
de los confederados, y lograr un impacto en la opinión pública previo a las
cercanas elecciones presidenciales que hiciera tambalearse la candidatura del
presidente Abraham Lincoln.
Las cañas se volvieron lanzas para la Confederación cuando, el 13 de
septiembre, la casualidad vino en ayuda de los unionistas. Mientras que los 90.000
hombres del Ejército del Potomac de McClellan se desplazaban parsimoniosamente para
interceptar a Lee, dos aburridos soldados de la Unión dieron con un campamento
abandonado por las tropas de la Confederación y se pusieron a rebuscar.
Encontraron tres cigarros envueltos en un papel. La envoltura era, ni más ni
menos, una copia de la Orden 191 emitida por el General Lee cuatro días antes,
que describía los planes de movimiento de las tropas confederadas.
El maizal de Miller, epicentro de la batalla. Foto. |
La Orden indicaba que Lee había dividido su ejército y dispersado
geográficamente partes del mismo (a Harpers Ferry, en Virginia Occidental, y
Hagerstown, en Maryland), de manera que cada grupo podía ser aislado y vencido
si McClellan se movía con la suficiente rapidez. Sin embargo, McClellan esperó
unas 18 horas antes de decidir sacar ventaja de esta información y reorganizar
sus tropas, por lo que desperdició la oportunidad de infligir a Lee una derrota
decisiva. Con todo, el cauteloso general unionista movió la mitad de su
ejército hacia Maryland.
En la Campaña de Maryland hubo dos enfrentamientos de importancia
previos a la batalla de Antietam. El general de división Thomas J. “Stonewall”
Jackson capturó el gran arsenal de Harpers Ferry, mientras que McClellan logró
pasar a través de las montañas Blue Ridge gracias a su victoria en la batalla
de South Mountain. A la larga, el primero de ellos tuvo una enorme importancia táctica
debido a que una gran parte del ejército de Lee estuvo ausente del campo de
batalla al principio de la batalla de Antietam, esperando la rendición de la
guarnición de la Unión en Harpers Ferry; el segundo debido a que las fuertes
defensas confederadas en dos pasos de las montañas retrasaron lo suficiente el
avance de McClellan para permitir a Lee concentrar el resto de sus tropas en
Sharpsburg.
Lee tomó posiciones cerca de esa población, desplegando sus fuerzas
disponibles al otro lado del riachuelo de Antietam el 15 de septiembre. Era una
excelente posición defensiva, aunque no inexpugnable. Las dos primeras
divisiones de la Unión llegaron el 15 de septiembre y el grueso del ejército lo
hizo aquella misma tarde. Pese a que, de haberse producido, un ataque inmediato
del ejército federal la mañana del día 16 hubiese contado con una aplastante
superioridad numérica frente a los confederados, la precaución característica
de McClellan y su errónea creencia de que Lee contaba con más de 100.000
hombres hizo que aplazara el ataque para el día siguiente. Eso proporcionó a
los confederados más tiempo para preparar sus posiciones defensivas y permitió
llegar desde Hagerstown al ejército del general Longstreet, y, desde Harpers
Ferry, a parte del de Jackson, exceptuando la división de A.P. Hill.
Confederados muertos antes de la iglesia de Dunker en el campo de batalla Antietam. Foto de Alexander Gardner. Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. |
En la madrugada del 17, los dos ejércitos se encontraron en la Batalla
de Antietam. Durante ese día, los soldados de la Unión participarían en tres
ataques principales contra la Confederación. La primera carga comenzó esa
mañana contra el flanco izquierdo de Lee en un maizal propiedad de la familia
David R. Miller, donde se había emboscado la infantería de Jackson. Al ver el
brillo de las bayonetas confederadas ocultas en el maizal, el general unionista
Joseph Hooker ordenó detenerse a su infantería y montó cuatro baterías de
artillería que dispararon sobre el campo obuses y metralla por encima de los
soldados federales. El fuego de artillería y de los fusiles actuó como una
guadaña, cortando los cuerpos de los soldados confederados como si fueran mieses:
«…
todos los tallos de maíz en la parte norte y la mayor parte del campo fueron
cortados tan bien como si hubiese sido hecho con un cuchillo y los caídos
yacían en filas precisas, tal y como habían estado formados en sus filas hacía
pocos instantes», escribió Hooker en su informe.
La batalla terminó sobre las cinco y media de la tarde. Las pérdidas
fueron importantes en ambos lados. La Unión tuvo 12.401 bajas, incluyendo 2.108
muertos (el 25% del ejército federal). Las bajas confederadas sumaron 10.318
hombres, 1.546 de ellos muertos (el 31% del ejército confederado. Ese 17 de
septiembre murieron más estadounidenses en combate que en cualquier otro día de
la historia militar de los Estados Unidos, incluyendo el Día D en la Segunda
Guerra Mundial.
La tarde del 18 de septiembre, las fuerzas de Lee comenzaron a cruzar el
Potomac para volver a Virginia. La retirada envalentonó al Norte y allanó el
camino para que el presidente Lincoln emitiera su Proclamación de Emancipación
cinco días después. La Proclamación de Emancipación dio un doble propósito a la
guerra; la preservación de la Unión y la abolición de la esclavitud. Con todo,
frente a quienes piensan que esa Proclamación acabó con los esclavos en Estados
Unidos, se olvidan de que se aplicó solo a los esclavos en tierras controladas
por los confederados; no se aplicó a los cuatro estados esclavistas que no
estaban en rebelión (Kentucky, Maryland, Delaware y Missouri), ni a Tennessee
(ocupado por tropas de la Unión desde 1862) y específicamente excluyó los
condados de Virginia que pronto formarían el estado de Virginia Occidental.
Cementerio Nacional de Antietam en Sharpburg, Maryland. |
La Proclamación no fue lo único que firmó Lincoln después de Antietam. Lincoln
relegó a McClellan del mando del Ejército del Potomac el 7 de noviembre,
finalizando de hecho su carrera militar. Resentido, el general se presentó como
candidato demócrata a las presidenciales de 1864. Lincoln lo vapuleó: en el
Colegio Electoral obtuvo 212 electores contra 21 de McClellan.
Ninguna
otra batalla en la guerra tuvo tantas consecuencias de gran trascendencia como
Antietam. En julio de 1863 la doble victoria de la Unión en Gettysburg y
Vickburg asestó otro golpe que debilitó una renovada ofensiva confederada en el
este y aisló el tercio de la Confederación del resto. En septiembre de 1864 la
toma de Atlanta por parte de Sherman anuló otro debilitamiento de la moral del
Norte y puso las bases para el camino final de la victoria de la Unión. Hubo
también momentos fundamentales. Pero no hubieran ocurrido nunca si la triple
ofensiva confederada en Misisipi, Kentucky y sobre todo Maryland no hubieran
sido derrotadas en el otoño de 1862. ©Manuel Peinado Lorca.
@mpeinadolorca.