domingo, 26 de agosto de 2018

Trompetas de agua, trompetas de corine

Cryptocorine ciliata. Foto
Cryptocoryne (trompeta de agua) es un género de plantas acuáticas o semiacuáticas perteneciente a la familia Araceae. El género se distribuye de forma natural por todo el sudeste asiático, pero  llevadas de la mano del hombre, las trompetas de agua se han extendido por todo el mundo gracias a la acuariofilia, hasta llegar a convertirse en un hobby exclusivo y en un lucrativo negocio similar al de los cultivadores de orquídeas.
Los centenares de visitantes que visitan una mañana de agosto el Oceanográfico de Valencia, vienen a lo que vienen: a ver anémonas, pulpos, peces, delfines, orcas y grandes mamíferos marinos. Yo también he acudido a lo mismo, pero la afición me lleva inevitablemente a observar las plantas. En un gran estanque de agua dulce, rodeada de preciosos peces de colores, me encuentro con una floración que no había visto nunca, la de una pequeña trompeta de agua, a la que algunos prefieren llamar “mazorca de agua” por la curiosa forma de su inflorescencia. A quienes se hayan molestado un par de entradas anteriores de este blog (1, 2), las inflorescencias no le parecerán tan extrañas.
Cryptocoryne es un género que actualmente consta de alrededor de 60 a 65 especies, todas ellas nativas de las regiones tropicales de Asia y Nueva Guinea. A medida que se investiga, cada pocos años se agregan al menos una o dos nuevas especies y, sin lugar a dudas, hay más especies esperando ser descubiertas. Todas las trompetas de agua se consideran acuáticas en mayor o menor grado, aunque, ecológicamente hablando, las especies se dividen en cuatro grandes categorías según los tipos de hábitats que prefieren.


Izquierda: esquema de las partes externas de una inflorescencia tipo de Cryptocoryne (a, limbo; b, collar; c, garganta; d, tubo; e, olla o tetera. Derecha: sección longitudinal de una inflorescencia tipo: Las flores de estas plantas son muy características y recuerdan a una trompeta, de ahí su nombre común. Las flores masculinas y femeninas se agrupan alrededor de un espádice carnoso, las flores masculinas arriba y las femeninas abajo. Esta inflorescencia está envuelta por una bráctea enrollada en forma de tubo, la espata. La parte externa de la inflorescencia se divide en varias partes; limbo, collar, garganta y tetera. En el interior de la tetera hay una válvula que regula la entrada a la cámara donde están las flores, cuando las flores femeninas están listas, esta válvula se abre, dejando entrar a los polinizadores. Al entrar estos, se cierra, y no se vuelve a abrir hasta que las flores femeninas han sido fertilizadas, justo en ese momento las flores masculinas comiezan a producir polen, y el insecto que deambula por el interior de la cámara buscando la salida, queda impregnado de polen y listo para ir a otra flor. Fuente
Las trompetas más conocidas crecen a lo largo de las orillas de ríos y arroyos de aguas lentas y permanecen sumergidas una gran parte de su vida. Otras crecen en hábitats inundados estacionalmente y experimentan una estación seca pronunciada. Estas especies generalmente permanecen latentes hasta que vuelven las aguas de la inundación. Algunas de ellas crecen en ciénagas boscosas, a menudo en turberas ácidas. Finalmente, algunas de ellas se han adaptado para vivir en zonas de mareas donde se mezclan aguas dulces y salobres.
Como todas las plantas acuáticas, las trompetas se enfrentan a muchos desafíos. Uno de los mayores es la reproducción. A pesar de su hábito acuático, no florecen bajo el agua. Si crecen sumergidas, la mayoría de las especies se reproducen vegetativamente gracias a un rizoma rastrero. De esa forma, forman frecuentemente grandes colonias clónicas tanto en la naturaleza como en los acuarios, un hecho que ha convertido a algunas trompetas en invasoras agresivas en lugares como los Everglades de Florida.
C. wendtii es una de las especies más comune en el comercio de acuarios. Foto.

Sin embargo, cuando los ciclos hidrológicos son los adecuados, las trompetas florecen y, cuando lo hacen, es algo verdaderamente digno de contemplar. Como es típico en las aráceas, producen una inflorescencia compuesta por una lámina plegada en forma de trompeta,  la espata, que rodea una especie de maza, la espádice, en la que, helicoidalmente dispuestas, se agrupan decenas de flores masculinas y femeninas. La espata, una vaina llamativa, es la clave para una floración eficaz de las diversas especies de Cryptocoryne.
Si la espata se abriera bajo el agua, la inflorescencia se pudriría rápidamente. En cambio, la mayoría de las trompetas parecen tener una extraña habilidad para detectar los niveles de agua. En etapas tempranas de desarrollo, la espata encierra completamente al espádice dentro de una envoltura hermética. La espata tubular continúa creciendo hacia arriba hasta que la parte superior emerge por la superficie. Por lo tanto, la longitud total de la inflorescencia de una trompeta es muy variable dependiendo del nivel de agua de su hábitat. Las trompetas que viven en zonas de mareas llevan esta habilidad un poco más allá. De algún modo, son capaces de sincronizar sus episodios de floración con el flujo y reflujo de las mareas, y únicamente producen flores durante los períodos mensuales en los que las mareas están en su punto más bajo.
C. lingua. Foto
Con el extremo de la inflorescencia emergiendo sobre el agua, la espata acabará finalmente por abrirse revelando su anatomía y su coloración sorprendentemente complejas. Es una pena que la mayoría de los aficionados a la acuariofilia nunca lleguen personalmente a contemplar ese esplendor floral. La espata de muchas especies de Cryptocoryne emite un olor débil pero desagradable. Además, algunas especies adornan la espata con flecos que, junto con la coloración, mejora las posibilidades de visitas de los polinizadores.
No hay muchos estudios sobre los polinizadores de las trompetas de agua, aunque, se piensa que las moscas pequeñas realizan la mayor parte del trabajo. Atraídas por la promesa de una comida podrida en la que pueden alimentarse y poner sus huevos, las moscas quedan atrapadas dentro del tubo largo de la espata. Al igual que ocurre con las trampas foliares de las jarras (género Nepenthes), las paredes internas de la espata están recubiertas en una sustancia cérea resbaladiza que evita que los insectos se fuguen antes de hacer su trabajo.
En general, las flores femeninas maduran primero. Si el insecto que están en el interior ha visitado una trompeta de la misma especie el día antes, es probable que transporte polen y, por lo tanto, que lo deposite en los estigmas de la trompeta en la que se encuentra encerrado. Después de que las flores femeninas hayan sido fecundadas, maduran las flores masculinas. Los insectos que están en el interior resultan espolvoreados con el polen nuevo, las paredes de la espata se secan, perdiendo sus propiedades resbaladizas, y los insectos son liberados para que pueda repetir el proceso.
El fruto de Cryptocorine es un sincarpo. Fruto
Según parece, la mayoría de las trompetas no son autocompatibles, sino que deben recibir polen de otros individuos para que se formen las semilla. Debido a que las colonias grandes de trompetas se componen de clones de una sola planta madre, la reproducción sexual es bastante infrecuente entre las diversas especies. Sin embargo, cuando hay reproducción sexual, las semillas se producen de una manera diferente a la mayoría de las otras aráceas. En lugar de bayas como la mayoría de sus parientes familiares, las trompetas producen semillas en una agregación de frutos llamado sincarpo. Cuando está maduro, el sincarpo se abre como una pequeña estrella y las semillas flotan en la corriente.
Una especie, Cryptocoryne ciliata, lleva la producción de semillas a un nivel completamente diferente porque produce semillas vivíparas. Antes de que el sincarpo se abra, las semillas germinan en la planta madre. De esta forma, las plántulas pequeñas se forman directamente con raíces y hojas en lugar de surgir de semillas. Las plántulas tienen una superficie mucho mayor que las semillas y se quedan atrapadas fácilmente en el barro y en otras plantas acuáticas. De esta forma, los descendientes de C. ciliata tienen ventajas en el proceso de establecimiento. Por eso, no es de extrañar que C. ciliata tenga una de las distribuciones más amplias que cualquier otra especie de trompetas.
El nombre genérico Cryptocorine proviene del latín Kryptos (oculto) y Koryne (mazorca), y hace referencia a su espádice oculto por la espata, que es una bráctea que lo envuelve. En la foto C. cordata, de Borneo. Foto.
A pesar de que las áreas de distribución de varias especies de trompetas se superponen, el género muestra una sorprendente gama de variaciones. Algunos han comparado a las trompetas con la versión entre las aráceas de los pinzones de Darwin, en los que la ecología única de cada especie parece haber creado barreras para la introgresión entre las especies. Aunque se producen híbridos, cada trompeta parece mantener su propio nicho gracias a exigir hábitat único, una fenología floral diferente o un conjunto específico de polinizadores. Todo indica  que se puede aprender mucho sobre la mecánica de la especiación a través del estudio de diferentes especies de Cryptocoryne y de sus hábitos.
Sin embargo, el estudio adecuado del género se complica por el hecho de que muchas especies son muy plásticas. Deben serlo para sobrevivir a los rigores del entorno acuático. La verdadera identificación de especies solo se puede hacer cuando florecen y algunas poblaciones parecen preferir la reproducción vegetativa a la sexual la mayoría de las veces.
Desgraciadamente, la limitada distribución geográfica y los requisitos específicos de hábitat de las especies de trompetas constituyen un motivo de preocupación. Muchas se vuelven cada vez más raras a medida que se expanden los asentamientos humanos y se destruyen sus valiosos hábitats. Creo que es seguro decir que Cryptocoryne merece mucha más atención de la que recibe actualmente. Son sin duda componentes importantes de la ecología de sus hábitats nativos y haríamos bien en entenderlos un poco mejor. Con un poco más de atención de los jardines botánicos y otras organizaciones de conservación, tal vez el futuro de muchas trompetas no tenga que ser tan sombrío. © Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.

Bibliografía recomendada
Bow, D. 2013. Aroids: Plants of the Arum Family (Segunda edición). Timber Press.