Vanesa de los cardos (Vanessa cardui). Foto. |
La vanesa de los cardos, una mariposa muy frecuente en toda España,
realiza cada año vuelos migratorios hasta el sur del Sáhara en los que recorre
más de 4.000 km.
Gracias a algunas migraciones espectaculares, la más conocida de las
cuales es la que realiza la mariposa
monarca (Danaus plexippus), que
cada año viaja desde Canadá a los bosques mexicanos de Michoacán y del estado de
México, el estudio de los viajes migratorios realizados por los insectos se ha
convertido en un tema importante en la investigación ecológica. El pequeño
tamaño de los insectos ha impedido el uso de marcadores exógenos como los
utilizados en aves para rastrear sus movimientos, lo que significa que los
aspectos más básicos de la migración, la ruta seguida y las distancias
recorridas siguen siendo poco conocidas para la mayoría de las especies. Esta
dificultad empieza a superarse utilizando como marcadores intrínsecos isótopos
estables.
Cada año, un gran número de insectos emprenden movimientos estacionales
entre África y Europa [1]. Uno de
estos insectos es la vanesa de los cardos Vanessa cardui, una
mariposa que, mediante la sucesión de al menos seis generaciones, realiza una
migración completa de ida y vuelta en la mayor parte de Europa en primavera y
verano, y en el norte de África en otoño e invierno [2]. Aunque se
conocía su patrón general de migración, existían muchas incertidumbres con
respecto a las distancias recorridas por las vanesas y sus movimientos dentro
de África. En primer lugar, nunca se había demostrado que las mariposas que
aparecen al sur del Sáhara en otoño tuvieran un origen europeo. En segundo
lugar, aunque se pensaba que el noroeste de África (Magreb) está colonizado en
otoño por mariposas migrantes europeas, las observaciones a nivel del suelo y
por radar de la migración hacia el norte en Marruecos y Mauritania durante
octubre-noviembre también apuntaban a posibles orígenes subsaharianos.
Gracias a un análisis realizado con isótopos estables (δ2H) como
marcadores en mariposas procedentes del sur de Europa y del norte y el sur del
Sáhara, en un estudio publicado en Biological
Letters (3), un
equipo internacional de investigadores ha presentado nuevas pruebas para
responder a ambas cuestiones. Los datos muestran de forma concluyente que, en
otoño, algunas mariposas europeas alcanzan la sabana tropical al sur del Sáhara,
donde se reproducen. Algunos de los descendientes de estas mariposas
subsaharianas migran hacia el norte y cruzan el Sahara para reproducirse en el
Magreb. Estos movimientos complejos en todo el Sáhara ofrecen datos muy
reveladores de la migración de insectos a larga distancia entre África y
Europa.
Figura 1: Ejemplos de ubicaciones y tamaños, superpuestos al isoscape de δ2Hw estimado para las alas (wings) de las vanesas en Europa y África. N = Intervalos del número de ejemplares capturados. Fuente. |
Para realizar su estudio, los investigadores recolectaron 334 mariposas
de siete países mediterráneos de Europa y África y de una extensa área al sur
del Sáhara (Figura 1). Las mariposas europeas se atraparon en primavera, verano
y otoño (es decir, durante el período comprendido entre sus migraciones hacia
el norte y hacia el sur y durante el período estival de reproducción), mientras
que las muestras africanas se obtuvieron principalmente de octubre a diciembre
(es decir, el período de colonización del norte de África y la región del sur
del Sáhara).
Las mariposas fueron rastreadas usando un análisis de isótopos
estables. Muchos elementos químicos de interés biológico poseen dos o más
formas con el mismo número atómico, pero con diferente masa (isótopos
estables). Es decir, los isótopos estables tienen el mismo número de protones y
de electrones, pero diferente número de neutrones. En general, los isótopos
estables de un elemento se encuentran en diferente abundancia: uno de los
isótopos está en mayor abundancia y uno o dos isótopos en menor abundancia.
Debido a que el comportamiento físico y químico es diferente para cada uno de
los isótopos estables de un elemento, éstos pueden usarse como trazadores de moléculas
en la biosfera e incluso en experimentos con compuestos enriquecidos en alguno
de los isótopos, con el fin de evaluar el movimiento de los recursos de plantas
y animales (4).
Al valor δ de una sustancia (por ejemplo, agua de una hoja, lluvia,
celulosa) se le denomina firma isotópica. Debido a que los neutrones ejercen
una influencia sobre la masa atómica, los isótopos pesados y ligeros se comportan
de manera diferente durante las reacciones físicas y químicas. Cuando esto
ocurre, las firmas isotópicas de las sustancias cambian y a este proceso se le
denomina fraccionamiento. Por ejemplo, los diferentes tipos de agua (subterránea,
pluvial, edáfica, fluvial u oceánica) tienen composiciones isotópicas
diferentes debido a los procesos de evaporación y precipitación. En
consecuencia, las composiciones isotópicas de los diferentes componentes del ciclo
del agua muestran firmas isotópicas bien definidas, las cuales pueden ser
identificadas y así describirse sus interrelaciones.
Figura 2. Isótopos naturales del hidrógeno. |
El hidrógeno tiene tres isótopos naturales (Figura 2): protio (1H),
deuterio (2H) y tritio (3H). El deuterio es el isótopo habitualmente utilizado
como marcador biológico. Para cada mariposa, los investigadores obtuvieron los
valores de δ2H no intercambiables de la quitina del ala. Los valores de δ2H de
todas las muestras se clasificaron en cinco grupos que representaban otras
tantas zonas de origen: Europa centro-oriental; Europa centro-occidental; sur
de Europa y Magreb; Magreb e islas del Mediterráneo; África occidental; y
África centro-oriental.
Los isótopos estables de hidrógeno confirmaron que el desplazamiento
estacional de la población de V. cardui
entre Europa y África es el resultado de la migración a larga distancia por
generaciones sucesivas (es decir, por migración multi- o transgeneracional: el
tramo completo no es concretado por un mismo individuo). Las migrantes otoñales
recolectadas al sur del Sáhara revelaron movimientos de larga distancia que
probablemente comenzaran en el sur y centro de Europa (Figura 3a). Aunque las
montañas del Magreb también aparecieron como un área natal potencial, las
observaciones de campo indicaron que las densidades en la región son muy bajas
hasta la llegada de los migrantes europeos en octubre. Esto significa que la
cría de verano en las montañas del Magreb es a lo sumo un fenómeno local y no
puede explicar el origen de la mayoría de las mariposas que aparecen al sur del
Sáhara en otoño. Dependiendo del origen exacto de las mariposas, los vuelos realizados
por las mariposas europeas para alcanzar el sur del Sáhara podrían superar los
4.000 km. Es probable que estos vuelos solo puedan lograrse aprovechando los
vientos favorables.
Figura 3. Origen natal asignado a las vanesas recogidas en otoño en el Sahel (a) y Marruecos (b, c), con el número de ejemplares analizados (N). Los colores representan la probabilidad pronosticada (0-1) de los orígenes natales de los migrantes. Fuente. |
Las muestras del Magreb revelaron un origen mixto de migrantes. La
mayoría de los individuos (78%) compartían esencialmente los mismos orígenes
natales europeos que los recolectados al sur del Sahara (Figura 3b). Sin
embargo, una fracción más pequeña (22%) pareció originarse en el Sahel (Figura
2c). Para un insecto migratorio, la colonización del Sahel y de zonas más al
sur durante otoño parece muy apropiada, ya que toda la región ofrece
condiciones adecuadas de reproducción coincidiendo con un corto período de alta
productividad después de la temporada de lluvias. Esto también explica los 3.500-4.500
millones de aves que migran en otoño a esta región, la mayoría de las cuales
dependen de las poblaciones de insectos estacionales [5].
Sin embargo, la fuerte estacionalidad también significa que las
generaciones subsaharianas de V. cardui
producidas localmente experimentan un rápido empeoramiento de las condiciones
ambientales una vez agotados los recursos. Los datos muestran de forma
concluyente que algunas mariposas migran hacia el norte a través del Sáhara,
para colonizar áreas favorables en el Magreb, una migración hacia el norte que
realizan otros grupos de insectos como los enjambres de langostas del desierto.
En conclusión, los resultados muestran que la migración otoñal de V. cardui implica vuelos extremadamente
largos de 4.000 km o más desde Europa hasta el sur del Sahel, además del ya conocido
destino en el noroeste de África. Además, se confirma la existencia de
movimientos complejos en África que conducen al refuerzo de la población
reproductora de otoño en el Magreb por mariposas originarias del sur del Sáhara.
©
Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.