Tal y como conté
en un artículo anterior, la industria estadounidense del fracking sigue endeudándose hasta las
cejas para producir petróleo y gas sin rentabilidad económica y con graves
daños ambientales. Pero como ha denunciado hace unos días SRSrocco,
hay otro fenómeno importante que los analistas energéticos, empeñados en sus
hiperbólicas e ilusorias contabilidades, no comprenden: el hecho de que la
industria del fracking está estafando
y robando energía de otras fuentes para mantenerse con vida.
Empecemos por echar un vistazo a algunos gráficos interesantes modificados
a partir de Bloomberg
Gadfly. La Figura 1 muestra cómo la industria de la fractura hidráulica continúa
perforando con el dinero de los inversores independientemente de que los
precios del petróleo estén a 50 o a 100 dólares el barril (U$/b).
Figura 1. La gráfica muestra el flujo de
caja de 33 compañías de exploración y producción que operan en cuatro grandes
campos de lutitas de Estados Unidos. Las compañías tenían pérdidas incluso
cuando el crudo estaba a 100 dólares el barril.
La gráfica muestra el flujo de caja negativo para 33 empresas de
exploración y producción (E & P) que operan en cuatro campos de lutitas. En
2012 y 2013, cuando el precio del petróleo estaba a 100 U$/b, esas compañías
gastaron más dinero en la producción que el que obtuvieron con la venta del
crudo. Ya entonces, vendían duros a cuatro pesetas. Aunque los costes de
producción de petróleo y gas de lutitas bajaron en 2015 y 2016 (debido a los
menores precios de los insumos energéticos), las compañías siguieron gastando
más dinero del que ganaban. Como podemos ver, la cuenca Permian (en negro) encabeza
el ranking de pérdidas de dinero.
Figura 2. La emisión de acciones de las
compañías estadounidenses de fracking
subieron en 2013 con el boom de las lutitas y alcanzaron su máximo en 2016 para
combatir la bajada de precios del crudo. Los datos son de 7 de agosto de 2017 y
de ahí que sean incompletos.
Pero quemar el dinero de inversores poderosos para producir petróleo de
baja calidad es solo una parte de la historia. Las compañías de fracking utilizan otra táctica para
atraer fondos adicionales de fondos minoristas. La táctica se llama emisión de
acciones. La Figura 2 muestra la emisión anual de acciones de las compañías
estadounidenses de E & P. De acuerdo con la gráfica, esas compañías
estadounidenses habrán recaudado más de 100.000 millones de dólares entre 2012
y 2017 mediante la emisión de nuevas acciones.
Por lo tanto, las compañías estadounidenses de E & P obtuvieron una
financiación adicional de 212.000 millones en los últimos seis años para
producir gas y petróleo antieconómicos y antiecológicos. En la Figura 3, aparece
la proporción de efectivo (flujo de caja negativo) y emisión de acciones con
los que las compañías han financiado sus actividades de fracking en los cuatro campos de lutitas más importantes de Estados
Unidos (los de la Figura 1). Así las cosas, ¿cuánto dinero necesitarán esas compañías
para reembolsar esos fondos?
Si suponemos que las compañías pudieran producir otros 10.000 millones
de barriles de petróleo, necesitarían obtener un beneficio de 21 U$/b para devolver
esos 212.000 millones. Pero, si no han obtenido ganancias en al menos los
últimos seis años, ¿por qué esperan obtener ganancias en los próximos seis?
Figura 3. Capital invertido en efectivo
(flujo de caja negativo) o mediante la venta de acciones por las compañías
estadounidenses de E & P en los cuatro campos de lutitas de la Figura 1.
Bien, ahora que hemos vista que la industria de lutitas estadounidense ha
estado quemando dinero en efectivo y emitiendo acciones para continuar con un
modelo de negocio no rentable, avancemos un poco más. Si la industria E & P
de lutitas no está obteniendo suficiente dinero de la producción de petróleo y
gas, eso también significa que, aunque suene en principio extraño, se necesita
más energía para producirlos. Veamos.
Debemos recordar que invertir dinero en la industria del fracking es otra forma de proporcionar energía.
Las compañías que explotan las lutitas están gastando esos 212.000 millones
(2012-2017) y quemando la energía equivalente para producir petróleo y gas. Por
ejemplo, se necesita mucha más agua para explotar mediante fractura hidráulica
los pozos (Figura 4). Para transportar el agua, lo hacemos mediante cisternas o
por tuberías. Si bien este uso extraordinario de agua es un coste en dólares
para la industria, en realidad es un coste energético. Piense en toda la
energía que se gasta en transportar el agua en cisternas o en la energía gastada
para fabricar e instalar las tuberías y para bombear el agua.
Además, si sumamos todos los costes adicionales para producir petróleo
y gas de lutitas, de una u otra forma la mayor parte proviene de la combustión.
Una vez más, los fondos de los inversores se traducen en quemar energía. Por lo
tanto, la industria del fracking necesita
más energía para producir el petróleo y el gas de la que obtiene. Desgraciadamente,
los inversores no lo ven así porque no se dan cuenta de que nunca volverán a recuperar
lo invertido. Su inversión se gastó y se quemó hace años para continuar con el
Gran Esquema Ponzi del fracking de
Estados Unidos del que me ocupé en mi libro El
fracking ¡Vaya timo!
Figura 4. Demanda de agua en el campo
Permian. Cifras en miles de millones de galones (1 galón = 3,78 litros). Los puntos
son decimales. Fuente: Houston Chronicle (1/agosto/2017.
Lo diré de otra forma. Las economías de Estados Unidos y del mundo se
basan en la quema de energía. Cuando quemamos energía, creamos actividad
económica y esperamos crecer. Si la industria estadounidense del fracking necesitó 212.000 millones de
dólares más de lo que obtenía de las operaciones para producir petróleo,
entonces significa que quemó más energía de la que puso en el mercado. ¿Me
explico?
Por lo tanto, la industria estadounidense del fracking está robando energía de algún sitio para mantenerse viva.
Este es el ejemplo perfecto del desplome de la Tasa
de Retorno Energético (EROI) del fracking
que está canibalizándose a sí misma (y al público) para evitar la bancarrota. Con
el paso del tiempo, la industria estadounidense del fracking se comportará como un agujero negro que absorberá cada vez
más energía para producir petróleo y gas de menor calidad.
En algún momento la industria del fracking
se derrumbará, dejando tras de sí un desastre económico y ecológico. Si bien es
difícil predecir el momento, me atrevo a decir que el desplome ocurrirá antes
de que termine está década. © Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.