Grupos de hormigas tejedoras (Oecophylla smaradigna). Foto. |
El nitrógeno es, con
diferencia, el elemento químico más abundante: un 78% de la atmósfera es
nitrógeno. Es también un elemento esencial en el metabolismo de todos los
organismos, por tratarse de un componente esencial de los aminoácidos y los
ácidos nucleicos, vitales para los seres vivos. De todos los nutrientes
minerales, el nitrógeno es el que mayor efecto tiene en el crecimiento de las
plantas y, por lo tanto, en la productividad primaria de los ecosistemas, lo
que afecta a su vez a todos los organismos que dependen de ellas. El aumento en
el rendimiento de las cosechas a partir de que se comenzaron a utilizar
fertilizantes nitrogenados en el siglo XIX lo demuestra. A pesar de la gran
cantidad de nitrógeno atmosférico, este elemento es limitante: pocos organismos
pueden asimilarlo en esta forma. Las plantas solamente pueden asimilarlo
eficientemente forma de iones amonio (NH4+) o nitrato (NO3-),
aunque también pueden absorber pequeñas cantidades de aminoácidos y urea.
Las hormigas y las plantas en
las que viven han evolucionado para beneficiarse mutuamente de su estrecha
relación. Las plantas proporcionan espacio para anidar y alimento para las
hormigas, que a su vez defienden a la planta contra los herbívoros. Ahora
sabemos también que las hormigas tejedoras (Oecophylla smaragdina) se ganan la vida proporcionando estiércol fertilizante
a las plantas de café (Coffea arabica).
En un artículo que se acaba de publicar en la revista Journal
of Ecology, Pinkalski y colaboradores han presentado los resultados de una
investigación que demuestra un mecanismo hasta ahora desconocido mediante el
cual las hormigas tejedoras suministran nutrientes a las plantas cafeteras. Sus
experimentos, tan sencillos como ingeniosos, consistieron básicamente en
alimentar a las hormigas con una dieta de glicina que contenía nitrógeno
isotópico 15N, lo que les permitió observar cómo el nitrógeno de las heces se absorbía
a través de las hojas para después incorporarse a toda la planta. Las hojas de
las plantas que alojaban a las hormigas contenían más nitrógeno que las que no
albergaban a los himenópteros. El experimento se repitió en plantas con algunas
hojas cubiertas con bolsas de plástico: invariablemente, el contenido en 15N
era mayor en las hojas descubiertas.
Aunque todavía es pronto cómo para saber cuán extendido está el fenómeno, estas evidencias sugieren que las hormigas se pagan su hospedaje no sólo combatiendo a los herbívoros, sino alimentando con nitratos a sus hospedantes. ©Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.
Aunque todavía es pronto cómo para saber cuán extendido está el fenómeno, estas evidencias sugieren que las hormigas se pagan su hospedaje no sólo combatiendo a los herbívoros, sino alimentando con nitratos a sus hospedantes. ©Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.