Las pepónides son las bayas particulares de la familia de las cucurbitáceas (sandía, melón, pepino, calabazas). Son de ovario ínfero (Fig. 1.B), por lo que además de la marca del pedúnculo, el fruto posee la cicatriz que dejaron las piezas florales al caerse en el otro extremo de la baya, el exocarpo y el sector del mesocarpo más cercano al exterior se endurecen en una cáscara cáscara que permite el almacenamiento del interior tierno durante varios meses. Son comunes las variedades cultivadas seleccionadas para que la cáscara sea menos dura y fácil de manipular.
Algunas pepónides que hemos comentado en entradas anteriores son el pepino dulce (Solanum muricatum), el pepino de cuernos (Cucumis metuliferus) y el pepinillo del diablo (Ecballium elaterium). Veamos otras tres.
Figura 1 |
La sandía (Citrullus
lanatus), es una fruta originaria de África, pero tiene una gran presencia
y difusión en todo el mundo debido a su fruto, un pepónide de enorme tamaño: la
que tiene el récord pesó 122 kg. Las sandías tienen flores masculinas (A) y femeninas (B) que crecen sobre la misma planta. Las flores femeninas se
distinguen fácilmente por el ovario inflado en la base de la flor (mira la
flecha). Hay registradas unas 1.200 variedades de sandía. En el mercado las más
comunes son las rojas, pero cada vez aparecen más variedades amarillas y
verdes. Para facilitar su almacenaje, en Japón se cultivan variedades cúbicas (Fig. 3).
Si estás enamorado, también las tienes con forma de corazón. La sandía es la
fruta que más agua contiene, casi un 93%, y es habitual que se utilice en las
dietas para perder peso, pero posee otros muchos principios: vitaminas,
minerales, hidratos de carbono. Sus propiedades benéficas para la salud pueden
encontrarse en
este enlace.
Figura 2 |
Las calabazas, en la acepción original del término,
son bayas con cáscara tan endurecida que no sólo permite la conservación del
interior tierno por uno a más años, sino que también se puede utilizar vaciada
con fines no alimenticios, como utensilios de cocina, en instrumentos
musicales, artesanías, etc. Las calabazas conocidas pertenecen tanto a las
cucurbitáceas (Lagenaria siceraria,
variedades de Cucurbita pepo; Fig. 3) como a
las bignoniáceas (Crescentia, Amphitecna). En algunas regiones el
término se extendió para designar variedades seleccionadas con cáscara no tan dura
y no utilizable con fines no alimenticios, que se puede cortar con cuchillo de
cocina y que conserva el interior carnoso por un año: el resto de las
variedades de Cucurbita y la calabaza
china (Benincasa hispida; Fig. 4).
Figura 3 |
Figura 4 |
El melón (Cucumis
melo) es una planta herbácea monoica de tallos rastreros. Se cultiva por su
fruto, una pepónide veraniega con un gran contenido de agua y de sabor dulce. El
melón ya se cultivaba en el Antiguo Egipto durante el III milenio AC, y su
cultivo se extiende por la mayoría de los continentes.
Figura 5. Cucumis melo |
El género Citrus,
cuyo nombre genérico y común es cítrico, designa las especies de grandes arbustos o
arbolillos perennes (entre 5 y 15 m) de la familia de las rutáceas cuyos frutos
característicos son los hesperidios, que poseen un alto contenido en vitamina C
y ácido cítrico, el cual les proporciona ese sabor ácido tan característico.
Oriundo del Asia tropical y subtropical, este género contiene tres especies y
numerosos híbridos cultivados, inclusive las frutas más ampliamente
comercializadas, como el limón (híbrido entre C. medica, cidro o limón francés y C. aurantium, naranjo amargo), la naranja amarga (C. × aurantium), la naranja dulce (C. × sinensis), la lima (C. × aurantifolia, híbridos de C. medica o C. × limon con C. micrantha),
el pomelo (C. maxima) y la mandarina
(Citrus reticulata), con diversas
variedades que dependen de la región en la que se cultive cada una de ellas. Debido
a la facilidad de hibridación de los cítricos, todos los cultivos para uso
comercial se obtienen injertando las especies cultivares deseadas sobre
plantones seleccionados por su resistencia a las enfermedades.
Figura 6 |
Los hesperidios como la naranja y el limón son
bayas modificadas (Fig. 6). Son frutos carnosos de pericarpo más o menos endurecido,
constituido por epicarpo glandular y aromático, mesocarpo blanco y más o menos
esponjoso, y endocarpo, la materia carnosa que engloba las semillas. En este
caso, pues, la parte carnosa no está constituida por las paredes del ovario,
sino por carpelos cerrados (tantos como gajos). La estructura es diferente al
de las bayas, en las que son el mesocarpo y el endocarpo los que constituyen la
materia carnosa o pulpa.
Figura 7 |
La papaya o papayón (Fig. 7) es el fruto de un arbusto tropical (Carica papaya) originario de México y cultivada en varias regiones del mundo, como las Canarias. Una curiosidad de los papayos es que reparten su sexo en tres individuos diferentes; unos con flores femeninas (A), otros con flores hermafroditas (B) y otros con flores masculinas (C). Los frutos son bayas de pulpa firme y anaranjada y con muchas semillas negras.
Existen también bayas múltiples, o polibayas, que son sincarpos como, por ejemplo las chirimoyas (Annona cherimola y otras especies del género. Fig. 8, 9) ). Mark Twain decía que la chirimoya (era "la fruta más deliciosa saboreada por los hombres". Aunque su sabor se compara a menudo como intermedio entre un plátano y una piña, las chirimoyas tienen un sabor característico y exquisito. Son nativas de los Andes, pero también prosperan en climas mediterráneos cálidos, y se han introducido en España (sobre todo en la costa de Granada), Italia y California, entre otros sitios. El chirimoyo suele presentar problemas de polinización por ausencia de su polinizador natural, que es un escarabajo típico de su región de origen. Si no se fecundan todas las flores que luego formarán el fruto es posible que las chirimoyas luzcan un aspecto irregular. En las plantaciones comerciales se suele recurrir a la polinización manual. La época de recolección comienza en otoño.
Existen también bayas múltiples, o polibayas, que son sincarpos como, por ejemplo las chirimoyas (Annona cherimola y otras especies del género. Fig. 8, 9) ). Mark Twain decía que la chirimoya (era "la fruta más deliciosa saboreada por los hombres". Aunque su sabor se compara a menudo como intermedio entre un plátano y una piña, las chirimoyas tienen un sabor característico y exquisito. Son nativas de los Andes, pero también prosperan en climas mediterráneos cálidos, y se han introducido en España (sobre todo en la costa de Granada), Italia y California, entre otros sitios. El chirimoyo suele presentar problemas de polinización por ausencia de su polinizador natural, que es un escarabajo típico de su región de origen. Si no se fecundan todas las flores que luego formarán el fruto es posible que las chirimoyas luzcan un aspecto irregular. En las plantaciones comerciales se suele recurrir a la polinización manual. La época de recolección comienza en otoño.
Figura 8. Flores de Annona chirimola. |
Las flores, de seis pétalos amarillentos jaspeados
de púrpura, hermafroditas, son muy aromáticas, poco llamativas, solitarias o en
ramilletes de dos o tres, sobre un corto e inclinado pedúnculo inserto en las
axilas de las hojas. El cáliz consta de 3 sépalos de color verde oscuro,
pequeños (2-4 mm) y de forma triangular. La corola está formada por seis
pétalos dispuestos en dos verticilos; los tres pétalos exteriores bien
desarrollados son carnosos, miden de 2,5 a 4 cm de longitud y la parte superior
tiene forma aquillada o triangular; los tres pétalos internos son
rudimentarios, en forma de escama, ovalados o triangulares, e incluso ausentes.
La parte masculina de la flor consta de numerosos estambres (150-200),
dispuestos helicoidalmente muy juntos sobre un receptáculo, formando una masa
compacta y blanca oprimida por los pétalos. La parte femenina posee también
elevado de número de carpelos (de 100 a 200), cada uno de ellos con un solo
óvulo, dispuestos en espiral, formando un cono compacto en cuyos extremos se
encuentran los estilos y estigmas. Al fecundarse los óvulos se desarrolla un
fruto compuesto sincárpico, como consecuencia de la fusión de los carpelos
alrededor de un receptáculo carnoso de forma alargada y cónica.
La cáscara es fina y delicada y presenta
marcas en forma de U que se corresponden con la zona de unión de los carpelos y
denota los límites de cada frutilla. El fruto, que pesa entre 200 y 800 gr,
no es simple, sino un agregado de bayas
adheridas sobre un solo receptáculo, producto de la fecundación de cada carpelo
por separado. Así, la chirimoya considerada como perfecta es acorazonada y sólo
se consigue en condiciones ideales de polinización abundante y uniforme. El
interior de la fruta, de color blanco, posee una textura carnosa, blanda,
cremosa, moderadamente jugosa, y de sabor dulce. © Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.