Si hay algo que merezca la pena en el verano
es la gran variedad de frutas que nos regala cuando más suben las temperaturas.
Melocotones, nectarinas, paraguayas, cerezas, albaricoques, papayas, piñas,
melones, sandías... una delicia. Quizás alguno la haya visto antes, pero en el
mercado donde compro los veranos he visto por primera vez una fruta nueva: la
platerina (A).
El nombre comercial está bien pensado, porque
parece una mezcla entre el chato paraguayo (o paraguaya, como se conoce en
algunas partes de España) y la redonda nectarina, y de ahí que lo primero que
se piense es en un híbrido entre ambas frutas. De la paraguaya (B) vendría su aplastamiento (plate, deriva del antiguo platýs, plano) y de la nectarina (C) habría heredado su piel lisa carente
de la pilosidad aterciopelada de su pariente el melocotón. En realidad, todas
estas frutas no son especies diferentes, sino derivadas del melocotón (Prunus persica; D). Puesto que el melocotón es el origen de todas estas criaturas,
merece la pena dedicarle algún espacio.
Lo primero el nombre. Melocotón viene del
latín malus cotonus, «manzana
algodonosa», en alusión a la piel del fruto. En buena parte de Hispanoamérica
se le suele denominar durazno (del latín durus
acinus, «que tiene la piel dura», aludiendo a la piel del fruto. En cuanto
al nombre científico, Prunus es el
nombre que le daban griegos y romanos a los frutos con hueso, y con tal nombre
aparece en las obra de Plinio el Viejo y de Virgilio. El melocotonero un árbol
originario de China, Afganistán e Irán. Fue llevado a Occidente por los romanos
que lo tomaron como originario de Persia y así lo denominaron (persica). Esta denominaciónpersiste en
numerosos nombres populares españoles como, por ejemplo, “albérchigo” (el
pérsico) o bresquilla/fresquilla (por metátesis de “persquilla”, el persilla).
El melocotonero es un árbol mediano (6-8 m de
altura), ramificado y caducifolio. Las hojas tienen forma de lanza y presentan
márgenes aserradas con dientes en cuya punta hay una glándula. Las flores van
dispuestas a lo largo de las ramas solitarias o por pares. Presentan simetría
radial (son actinomorfas) y tienen cinco
sépalos y otros tantos pétalos denticulados en el ápice, de color rosado
fuerte. Los estambres son muchos, más de una veintena y el ovario es súpero con
cinco carpelos y otros tantos estilos.
El fruto, de diámetro variable (más
o menos del tamaño de una pelota de tenis), es una drupa. Como todas las drupas,
tiene una parte externa, el exocarpo,
que es la piel aterciopelada; un mesocarpo, la pulpa, firme y jugosa, y un endocarpo
(hueso) profundamente surcado y alveolado con una sola semilla almendroide no
comestible debido a la presencia, aunque en pequeña cantidad, de un precursor
del cianuro, la amigdalina: un compuesto de glucosa, benzaldehído y cianuro
que, bajo la acción de un fermento (emulsina) se descompone, produciendo ácido
cianhídrico, potencialmente mortal. Si quieres saber más sobre la amigdalina cliquea este enlace.
Su fruto es el melocotón o durazno, contiene
una única semilla encerrada en una cáscara dura, el «hueso». Esta fruta,
normalmente de piel aterciopelada, posee una carne amarilla o blanquecina de sabor
dulce y aroma delicado. Hay muchas variedades de melocotones, entre
las que destacan aquellas cuya carne se separa fácilmente del hueso («prescos/piescos»);
en otras, la pulpa se adhiere firmemente
a él, como en las variedades «pavía». Las variedades de carne blanca (“presquillas”) son
muy dulces, con escaso gusto ácido y son las más populares en países como
China, Japón y sus vecinos asiáticos, mientras que las de carne amarilla,
predilectas de los países europeos y norteamericanos, poseen un fondo ácido,
que se paladea junto al dulzor. La piel de ambas variedades tiene tonos
rojizos. Pero las variedades comerciales más extendidas son las ya mencionadas:
paraguayas, nectarinas y platerinas.
A diferencia de otras muchas frutas de origen
tropical, el melocotonero y sus variedades prosperan en áreas con frío
invernal. Son resistentes a las heladas invernales, pero no toleran las heladas
primaverales tardías. En verano, requieren temperaturas que faciliten el
crecimiento de los brotes como así también el crecimiento y la maduración de
los frutos (ambos con rango óptimo de 20-25 °C).
A: melocotones en el árbol. B: partes del fruto. C: nectarina completa y mostrando el endocarpo y el mesocarpo carnoso. D: endocarpo partido mostrando las semilla amigdaloide. |
En cuanto a sus propiedades nutritivas, el
melocotón y sus variedades, como la mayoría de las frutas, se componen
mayoritariamente de agua, por lo que contienen pocas calorías. Los nutrientes
principales son los hidratos de carbono en forma de azúcares simples, aunque no
hay que olvidar su gran contenido en fibra, a diferencia de otras frutas. Son
frutas ricas en vitaminas y minerales, entre los que destacan los carotenos y
la provitamina A, la vitamina C y el potasio. El elevado contenido en vitamina
A y C, convierten a estas frutas en muy beneficiosas para el organismo gracias
a sus propiedades antioxidantes. © Manuel Peinado Lorca.
@mpeinadolorca.