Macho de malvasía cabeciblanca. Foto. |
Investigadores de la Universidad de Barcelona y de la Estación de
Doñana (CSIC) han publicado en el último
número de Biological Conservation (junio de 2017) un interesante artículo
en el que ponen de manifiesto los profundos y perjudiciales cambios en los
ecosistemas que provoca la introducción de algunas especies invasoras.
Los lagos mediterráneos poco profundos albergan una alta biodiversidad pero sufren muchas amenazas antropogénicas, incluyendo la introducción de peces
alóctonos, los cuales, faltos de competencia y de depredadores, se transforman
en invasores que alteran profundamente el equilibrio ecológico y degradan el
ecosistema acuático. En ese trabajo se estudió el impacto de la introducción de
la carpa común de origen asiático (Cyprinus carpio)
en los lagos de Medina (Cádiz) y Zoñar (Córdoba). Ambos lagos están protegidos de
acuerdo con el Convenio
Ramsar debido a su importancia para las aves acuáticas, en particular para
la malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala),
considerada en peligro de extinción por la Unión Internacional de Conservación
de la Naturaleza (UICN), y para el porrón común o europeo (Aythya ferina) considerado
vulnerable por la misma organización.
Carpa común o asiática. Foto. |
La introducción accidental de la carpa en el lago de Medina en dos
momentos diferentes (2003 y 2011) separados temporalmente por un período de
erradicación total de la misma, proporcionó una oportunidad única para estudiar
los impactos en la comunidad de aves acuáticas (censaron un máximo de 69
especies) y en la cobertura de macrófitas sumergidas (en las que dominaban dos
especies de angiospermas, Potamogeton
pectinatus y Zannichellia palustris,
y algas del género Chara) que se
analizó mediante imágenes del satélite Landsat LTSM tomadas en mismo período.
Una comparación de la abundancia de aves acuáticas antes y después de la
erradicación de la carpa en el lago Zoñar (más pequeño que el Medina) apoyó los
resultados del lago Medina.
Variación simultánea en la abundancia de fochas (líneas rojas) y de macrófitos sumergidos (líneas azules) en el lago Medina mostrando dos períodos (2004-2007 y 2011-2013) con invasión de carpas. El año 2003 no está representado porque se desconoce el mes de la invasión. El recuadro superior muestra los cambios en la población de la focha Fulica atra antes (2001-2006) y después (2001-2009) de la erradicación de la carpa en el lago Zoñar. Fuente. |
La presencia de la carpa, un pez de hábitos omnívoros, trajo siempre
consigo la radical disminución de las poblaciones de invertebrados acuáticos,
la destrucción de los lechos de macrófitas y, como consecuencia, un cambio
radical en la comunidad de aves acuáticas. El número de individuos y la diversidad
de especies de patos buceadores se redujeron significativamente por la actividad
de la carpa, mientras que el efecto contrario se observó para piscívoros como
las garzas grises (Ardea cinerea). Los
impactos negativos sobre los buceadores como la malvasía cabeciblanca, el porrón
común, el pato colorado (Netta rufina) y las fochas
herbívoras (Fulica spp.) fueron
particularmente notables. También se registró un efecto negativo significativo en
los flamencos (Phoenicopterus roseus),
los zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis),
los zampullines chicos (Tachybaptus
ruficollis) y el ánade friso (Anas strepera).
Los graves impactos de la invasión de la carpa en la cubierta de
macrófitas y en la abundancia de fochas, patos de buceo amenazados a nivel
mundial y otras aves acuáticas se explican por varios mecanismos que no son
mutuamente excluyentes. Como resultado de su actividad alimentaria, la carpa
reduce la abundancia de macroinvertebrados a los que depreda directamente, al
tiempo que disminuye la cobertura de macrófitos por consumo directo, desarraigo
y por el aumento de la turbidez que dificulta la actividad fotosintética de las
praderas acuáticas. Es probable que la pérdida de macrófitas cause el efecto
negativo observado en las fochas, que son herbívoras, y en el porrón común, que
es omnívoro.
El mayor impacto sobre los patos buceadores guarda relación con la
competencia por los invertebrados bentónicos (particularmente larvas de dípteros quironómidos) de
los cuales se alimentan tanto aquellos como la carpa. Finalmente, las
reducciones generales en la abundancia de aves acuáticas se deben en parte al
aumento de la turbidez que impide o limita la visión de patos y zampullines
buceadores, lo que limita su capacidad de caza.
Fluctuaciones de la abundancia de Netta rufina, Anas strepera, Tachybaptus ruficollis, Phoenicopterus roseus y Podiceps nigricollis (desde arriba a la izquierda a debajo a la derecha) mostrando los efectos de dos períodos (2004-2007 y 2011-2013) de invasión de la carpa en el lago Medina. El año 2003 no está representado porque se desconoce el mes de la invasión. Fuente. |
La actual expansión de los ciprínidos alóctonos en la región Mediterránea
constituye una amenaza importante para las aves acuáticas y en particular para
los taxones sedentarios amenazados como la malvasía cabeciblanca y la focha
moruna (Fulica cristata). De los 22
sitios ibéricos con malvasías cabeciblancas identificados en un Plan de
Acción europeo, al menos 14 han sufrido desde entonces invasiones de
carpas.
Es urgente desarrollar más métodos de control de las poblaciones de
carpas para apoyar la conservación de las aves acuáticas en la región Mediterránea.
Conviene también resaltar que la eliminación de las carpas realizada por el
Gobierno andaluz en 2006 se hizo a base de un fitosanitario de efectos piscicidas,
la rotenona, cuyos efectos
tóxicos (1,
2)
sobre invertebrados han motivado su prohibición en medios acuáticos a partir de
2008. Las alternativas son la pesca reiterada y el uso de barreras físicas que
han demostrado ser métodos efectivos (3, 4).
©
Manuel Peinado Lorca. @mpeinadolorca.