Nido de arcilla de una avispa americana. Fuente |
La Biosociología se encarga del estudio de las relaciones entre insectos sociales. Entre la gran variedad de actividades colectivas realizadas por los insectos sociales (hormigas, termitas y algunas especies de abejas y avispas), la capacidad de construir viviendas es la más espectacular. Algunos insectos son arquitectos magistrales y diseñan con precisión y creatividad guaridas basadas en su utilidad como almacenes, trampas de caza, protección frente factores climáticos adversos o defensa frente a los enemigos. Los naturalistas, los científicos e incluso los arquitectos podrían aprender de los insectos algunos trucos sobre el arte de construir viviendas funcionales, protectoras, autosuficientes y, lo que es también muy importante, sostenidas con elementos naturales obtenidos en el entorno natural.
En un libro maravilloso (1),
Mike Hansell, profesor emérito de la Universidad de Glasgow, cuenta cómo, desde
las amebas unicelulares a los seres humanos, la construcción de estructuras
protectoras constituye un fenómeno extraordinariamente extendido que nunca deja
de sorprender tanto por los materiales empleados como por la complejidad de la bioarquitectura.
Los ejemplos más sofisticados de arquitectura animal se encuentran
principalmente entre los arácnidos, las aves y los insectos. Entre estos últimos,
unos consumados bioconstructores son las avispas, una denominación amplia que se
aplica a distintas especies de insectos del orden Hymenoptera que, como nos
enseñaron Johnson & Triplehorn (2),
incluye a todo himenóptero no clasificado como hormiga o abeja.
Avispa del género Vespula. Fuente |
Las avispas elaboran
nidos de varios tipos, desde cavidades a nidos hechos de arcilla o madera
masticada que cuelgan o adhieren a los muros (1). Las avispas del género Nitela (familia Crabronidae) anidan en
cavidades preexistentes, tales como las agallas producidas por las avispas
gallaritas de la familia Cynípidae, las madrigueras excavadas por escarabajos
de la madera o en agujeros de rocas (3).
Pero hay una especie de las selvas de la Guayana francesa, Nitela constructor, que construye su nido usando materiales
completamente diferentes a los que utilizan no ya las avispas, sino cualquier
otro artrópodo (4).
Esta avispa solitaria neotropical
anida exclusivamente en una planta, Hirtella
physophora (Chrysobalanaceae), que vive en simbiosis con Allomerus decemarticulatus, una especie
de hormiga amazónica, cuyas obreras son unos predadores consumados que, además
de la planta usan a algunos hongos para cazar a sus presas (5).
Las hormigas, que forman colonias de unos mil individuos, viven en bolsas (domacios) que
construyen en las hojas de H. physophora.
Cada colonia vive únicamente en un árbol, pero en diferentes bolsas cada una de
ellas ocupada por unos cuarenta individuos. Su dieta consiste principalmente en
grandes insectos a los que capturan en la planta, pero también comen el néctar
y algunas excrecencias alimenticias producidas por la planta. Capturan las
presas, cuyo tamaño supera ampliamente el de las hormigas, mediante la
construcción de una plataforma que actúa como una trampa para la desprevenida presa.
Las hormigas están emboscadas en la trampa y atacan cuando cualquier insecto
cae en ella. La estrategia de estas hormigas es tan elaborada que merecen una próxima entrada.
A) Una hembra de Nitela constructor en la embocadura de su nido de hifas entrelazadas; (B) nido de N. constructor en la parte inferior de una hoja de Hirtella physophora cerca de las bolsas ocupadas por las hormigas Allomerus decemarticulatus; (C) Ejemplar de N. constructor (barra = 1 mm); (D) Ramichloridium strelitziae creciendo en los nectarios extraflorales (flechas) de una hoja de H. physophora (barra = 1 cm); (E) detalle de un nectario extrafloral colonizado por R. strelitziae (barra = 5 mm). Fuente |
Las avispas siempre construyen
sus nidos en forma de botella sobre el nervio central de la hoja a corta distancia
(uno o dos centímetros) de las bolsas de hojas ocupadas por las hormigas. La
entrada del nido está siempre en el lado opuesto a su anclaje en la hoja. Tales
asociaciones con las hormigas no son raras en las avispas y son consideradas
como un medio de protección contra los depredadores que evitan acercarse a las
peligrosas hormigas. Las avispas construyen sus nidos, que forman un entramado
muy parecido a un capullo de gusano de seda, utilizando hifas de un hongo, el ascomycete
endofítico Ramichloridium strelitziae,
que ensamblan junto a hilos de seda de las arañas que viven en los alrededores.
El hongo, a su vez, se alimenta de los nectarios extraflorales de H. physophora (Fig. 1).
Nitela constructor, como las aves que utilizan los rizomorfos del basidiomycete
Marasmius androsaceus (6), ha desarrollado así el uso de un nuevo tipo de material
para construir su nido. Las hifas fúngicas son abundantes y cuando se entrelazan
firmemente componen una estructura fuerte y repelente al agua comparable en
complejidad al nido de los pájaros tejedores de la familia Ploceidae.
En cualquier caso, esta especie
de avispa es el único ejemplo conocido de una especie de artrópodo que cosecha hongos
con fines estructurales y no nutricionales. ©Manuel Peinado Lorca.
Si quiere ver tres vídeos cortos sobre la actuación de las hormigas, cliquee en estos enlaces (1, 2, 3).
Si quiere ver tres vídeos cortos sobre la actuación de las hormigas, cliquee en estos enlaces (1, 2, 3).
[1] Animal architecture. Oxford University
Press, Oxford.
[2] Johnson, N. F. & Triplehorn,
C.A. 2004. Borror's Introduction to the
Study of Insects. Brooks/Cole.
[3] Bohart, R. M. & Menke,
A.S. 1976. Sphecid wasps of the world. A
generic revision. University of California Press, Berkeley.
[4]
Ruiz-González, M. X., Corbar, B., Leroy, C. Dejean, A. & Orivel, J. 2010.
The Weaver Wasp: Spinning Fungus into a Nest. Biotropica 42(4): 402-404.
[5]
Dejean, A., Solano, P. J., Belin-Depoux, M., Cerdan, P. & Corbara, B. 2001.
Predatory behavior of
patrolling Allomerus decemarticulatus
workers (Formicidae: Myrmicinae) on their host plant. Sociobiology. 37: 571–578.
[6] McFarland, K. P. & Rimmer,
C. C. 1996. Horsehair fungus, Marasmius androsaceus,
used as nest lining by birds of the subalpine spruce-fir community in the
Northeastern United States. Can.
Field-Nat. 110: 541–543.