viernes, 17 de marzo de 2017

¿Puede un meteorito impactar contra un avión?

Hace algunos años conocí a un cazador de asteroides, Tom Gehrels, profesor de la Universidad de Arizona en Tucson. En colaboración con su equipo, unos tipos tan sabios como él y de similar desaliño indumentario, ese veterano cazador de asteroides de origen holandés detectaba cada año, casi 20.000 objetos (muchos de ellos, asteroides sin catalogar) usando el telescopio Spacewatch del observatorio de Kitt Peak. Unas cuantas charlas con él, acompañadas de unas Budweisers frías, fueron suficientes para que aprendiera cuanto sé sobre los asteroides, esos pedruscos que revolotean amenazadoramente sobre nuestras cabezas sin que seamos conscientes de ello.
Cada vez que tomo un avión me acuerdo de Tom, quien sacó de mi cabeza un hado que asalta a muchos que tienen que volar: ¿qué probabilidad hay de que un asteroide o un simple meteorito choque con un avión comercial?
Sí que la hay, pero muy baja. Veamos. Mi próximo vuelo será a Estados Unidos, así que calcularé la probabilidad de que un meteorito golpee mi avión mientras sobrevuelo el país. En Estados Unidos, grosso modo, hay casi 100 millones de vehículos. Cada vehículo, tiene una superficie media de 10 metros cuadrados, lo que significa que, puestos uno junto a otro bien apretaditos, cubrirían una superficie equivalente a la octava parte de la Comunidad de Madrid, unos 1.000 kilómetros cuadrados.

En ningún sitio he encontrado cuál es la superficie de un avión comercial, así que la he calculado un poco a la cuenta de la vieja, pero siempre a favor de aumentar la superficie del aparato. Como referencia he tomado el “superjumbo” de la imagen de arriba. Suponiendo que el avión fuera un cuadrado perfecto, su superficie sería la calculada multiplicando la longitud del fuselaje de morro a cola por la envergadura de las alas. En total, unos 6.000 metros cuadrados. Teniendo en cuenta que las alas son estrechas, y que los aviones gigantes como ese son la excepción y no la norma, debería dividir esa superficie por seis de donde resultaría que cada avión comercial ocuparía una superficie de mil metros cuadrados. Pero no quiero ser cicatero y haré mis cálculos al máximo: todos los aviones del mundo serán artefactos gigantescos (que por supuesto no lograrían levantar el vuelo) de 6.000 metros cuadrados cada uno (háganse una idea de lo exagerado de mi cálculo: más de medio campo de fútbol por avión).
¿Cuántos aviones comerciales hay en el mundo? En julio de 2016, la flota comercial mundial era de 19.583 aviones de más de cien pasajeros, según los datos del informe de Airbus Global Market Forecast for 2016-2035. Bien, ignoro su tamaño y los uniformizo todos al máximo que he tomado para el “superjumbo” de marras. La superficie resultante son 117 kilómetros cuadrados, o sea, un factor al menos 100 veces inferior al de los vehículos terrestres. Solo se conocen tres casos de impactos de meteoritos contra coches en Estados Unidos durante el siglo XX, de modo que las probabilidades de que un meteorito golpee el avión en el que me desplazaré desde Nueva York a Seattle son ridículas. Y observen que he dado por supuesto que todos los aviones del mundo están sobrevolando al mismo tiempo el espacio aéreo estadounidense.
En definitiva, una probabilidad tan ridícula como que me tocara el gordo de la lotería varias veces seguidas teniendo en cuenta que yo noy soy Carlos Fabra. Eso sí, en el caso de que algún avión sufriera un impacto, sería más probable que le ocurriera parado que en vuelo, porque los aviones pasan más tiempo en tierra que volando.